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Bélgica: atacada por el racismo

Luna Bolívar Manaut12 de mayo de 2006

El corazón de Europa se enfrenta a un nuevo capítulo del sinsentido: en Bélgica, un joven mata a una pequeña de dos años y a su niñera, de piel negra, después de herir a una mujer turca que leía en un parque.

Los ciudadanos de Amberes recuerdan a la víctimas.Imagen: AP


Su intención era matar al mayor número de extranjeros posible. Así lo dejó escrito en una carta de despedida. En Amberes, al norte de Bélgica, Hans van Themsche acabó con la vida de una joven au-pair procedente de Mali y de la niña a quien cuidaba. Antes había intentado asesinar a una mujer turca, ahora hospitalizada en estado crítico. En el forcejeo con la policía, van Themesche recibió un disparo en el vientre.

Hans van Themesche tiene 18 años. Su familia se desenvuelve en círculos derechistas: una tía suya es parlamentaria del Vlaams Belang, un partido catalogado como racista por la Justicia belga, y al parecer su padre milita también en las filas de la extrema derecha.

"Estoy profundamente conmocionado", reconoció el primer ministro belga, Guy Verhostadt. Más allá de la situación familiar o de la orientación política del joven, los ciudadanos belgas, y por ende los europeos, se preguntan qué está sucediendo en el Viejo Continente.

El pueblo propio primero

El racismo causa estragos en la sociedad belga.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

El periódico belga De Morgen denuncia estos días en sus páginas la oleada de actos de contenido racista que azota Flandes, el norte del país. En una semana, un joven de raza negra ha sido apaleado hasta el coma, un marroquí murió ahogado perseguido por los clientes de una discoteca y, cuando los belgas comenzaban a reponerse de tanto horror, a la tragedia se suman dos cadáveres y una mujer entre la vida y la muerte.

La Libre Belgique culpa de esta situación al "discurso racista" que según el diario domina en Flandes. Discusiones constantes sobre la inmigración, legal e ilegal, crean un ambiente rancio en el que las teorías de los radicales de derechas encuentra suelo fértil. El Vlaams Belang (VB) aporta su granito de arena con un discurso relativista en el que, como en otros muchos partidos europeos de esta tendencia, se mezcla el "pero si nosotros no tenemos nada contra los extranjeros", con el "el pueblo propio primero", que es el eslogan del partido.

La escena extremista

"Que se encontraran en poder del autor de los hechos pegatinas del VB no debe conducir a una estigmatización de nuestro partido", dijo Frank Vanhecke, presidente del VB, tratando de alejar el asesinato de la imagen del Vlaams Belang.

Los seguidores del NPD se manifiestan.Imagen: AP

La existencia de grupúsculos racistas y de extrema derecha en Europa no es ningún misterio. Algunos de ellos llegan a convertirse en partidos, o al contrario, de algunas formaciones políticas, herederas de viejas tendencias que se creyeron inocentemente erradicadas, emanan organizaciones derechistas. Son una minoría, pero sus actos duelen. No logran gran apoyo electoral, pero los pocos asientos que ocupan sirven para ensombrecer parlamentos.

En Alemania, los derechistas del NPD –Partido Nacionaldemócrata de Alemania- bloquean la cámara representativa de Dresde cada vez que los restantes grupos políticos pretenden sacar adelante alguna declaración de condena al genocidio nazi. También ellos simpatizan con el VB y se encuentran en los mismos actos a nivel supranacional.

Estos partidos se mueven entre la legalidad democrática y parlamentaria, y unas ideas nunca confesadas abiertamente. Si los miembros del NPD no quieren manifestarse contra los crímenes nazis es, según la versión oficial, porque no se reconoce a los miles de muertos en los bombardeos aliados de las ciudades alemanas. Incluso, pese a que profesan un antieuropeísmo ferviente, estos partidos hacen uso del Parlamento Europeo.

También los alemanes tuvieron que manifestar su condena al racismo después de que hace unas semanas un hombre de color sufriera fuera apaleado en las calles de Potsdam. Johan Vande Lanotte ha hecho en Bélgica un llamamiento a revisar el comercio de armas en el país. La escena de la extrema derecha parece necesitar igualmente una inspección a fondo.

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