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Bélgica dio su brazo a torcer

14 de julio de 2003

El nuevo gobierno belga quiere enmendar la polémica ley de competencia universal sobre el genocidio y dar una clara señal a Washington e Israel y evitar una crisis con la OTAN.

El primer ministro belga, Guy Verhofstadt, derecha, recibe a su homólogo alemán, Gerhard Schroeder.Imagen: AP

En su primer discurso sobre el estado de la nación, el primer ministro belga, el liberal Guy Verhofstadt, pidió a la población y al parlamento belga que respalden la enmienda a la controvertida ley de competencia universal que ha tensado las relaciones con Washington e Israel y ha abierto un posible conflicto con la OTAN.

La ley de 1993, otorgaba a tribunales belgas la competencia de juzgar crímenes de guerra, genocidio y de lesa humanidad cometidos en cualquier lugar del mundo. El fin de semana el nuevo ejecutivo belga, una coalición de liberales y socialistas, aprobó una serie de enmiendas a la ley con el propósito de que el Parlamento lo apruebe antes de las vacaciones de verano.

Bélgica enmudeció

"Es un despertar brutal, en el que duele tanto la imagen que tenemos de nosotros mismos y de nuestra moral. Los nuevos criterios han sido reducidos al mínimo y transcurrirá mucho tiempo hasta que la voz de Bélgica vuelva a escucharse en el parquet internacional", se quejaba amargamente el diario belga "Le Soir". La enmienda intenta disipar las tensiones diplomáticas con varios países y es de facto una derogación de la llamada ley de competencia universal.

La organización Amnistía Internacional subrayó que la derogación significa un retroceso en la lucha por los derechos humanos. "Es la crónica de una muerte anunciada. Bélgica se refugia en el pelotón del anonimato", dijo Jan Brocatus, presidente de la sección belga de la organización.

Con la nueva revisión, los denunciantes y las víctimas sólo podrán ser de nacionalidad belga o residentes en Bélgica desde por lo menos tres años. Verhofstadt declaró que su decisión estaba dirigida a evitar abusos de la ley, bajo la cual se han presentado demandas contra el presidente estadounidense George W. Bush, el primer ministro israelí Ariel Sharon y el primer ministro británico Tony Blair. El borrador de la enmienda contiene una serie de cláusulas de inmunidad con las que el ejecutivo belga garantiza que ningún diplomático o político extranjero pueda ser demandado.

"Bélgica no es un lugar seguro"

"Todos los ciudadanos estadounidenses están amenazados en Bélgica", denunció el pasado 12 de junio en la sede de la OTAN, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld. Por ello amenazó con trasladar fuera de Bélgica la sede de la Alianza Atlántica. Una demanda acusó a Bush, Blair, a los secretarios estadounidenses de Estado, Colin Powell y de Defensa, Donald Rumsfeld, así como al general Tommy Franks, de crímenes de lesa humanidad en la reciente guerra en Irak. Otra demanda acusa a Bush, Rumsfeld y a altos funcionarios estadounidenses como John Ashcroft, procurador general, Condoleezza Rice, asesora nacional de Seguridad, y Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa, de crímenes en Afganistán y en Irak.

Las acusaciones contra el primer ministro israelí, Ariel Sharon, presentadas por sobrevivientes de la masacre de refugiados palestinos en 1982 por milicias en el Líbano fue suspendida cuando la corte decidió que Sharon tenía impunidad por ser jefe de gobierno. Verhofstadt mencionó tres casos que continuarían curso, relacionados con sucesos ocurridos en Guatemala, Chad y Ruanda. En las tres demandas se encuentran involucrados ciudadanos belgas. El juicio en Bélgica contra dos monjas ruandesas acusadas de genocidio, en el 2001, fue la primera vez que se aplicó la ley, y provocó un aluvión de nuevos casos.

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