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Bélgica: ganan independentistas en Flandes

13 de junio de 2010

Los belgas votaron en elecciones parlamentarias para elegir Gobierno. Bart de Wever, del independentista flamenco N-VA (Nueva Alianza Flamenca) se proclamó ganador de los comicios en Flandes.

Bart De Wever del N-VA (centro), gana en Flandes.Imagen: picture alliance / dpa

"Queridos amigos, estamos ante un momento histórico. Ha llegado el tiempo de las reformas. Tendemos la mano a nuestros amigos francófonos", dijo De Wever, en su primera comparecencia tras conocer las primeras tendencias de voto, a media tarde, con menos de la mitad de los votos contados. "Tiendo la mano a nuestros amigos de Valonia, nosotros estamos abiertos a negociar, pero hay una cosa clara: las cosas no pueden seguir como hasta ahora", subrayó.

Bélgica es un país federal formado por dos comunidades principales, Flandes, al norte, la parte más rica, y Valonia, al sur, la más pobre.

Ambas comunidades votan por separado, pero deben ponerse de acuerdo para formar un gobierno federal unido. Los flamencos aspiran a tener mayor autonomía respecto a la parte francófona.

Según esos datos oficiales, los flamencos independentistas del N-VA han conseguido, en Flandes, casi el 27 por ciento de votos, a costa de un fuerte desgaste del xenófobo nacionalista Vlaams Belang, que se ha hundido en muchas localidades de Flandes.

En el sur, en la francófona Valonia, el Partido Socialista (PS), liderado por Elio di Rupo, ha logrado el mayor número de votos, a escala nacional, con cerca del 9,8 por ciento.

Los socialistas francófonos son partidarios de mantener el país federal unido, mientras que De Wever quiere un país confederal, en una primera fase, para quizás en un momento ulterior, apostar por la separación definitiva. Ahora tanto Di Rupo como De Wever deberán sentarse a negociar el futuro gobierno, tarea harto compleja, pues ambos mantienen posturas antagónicas sobre la reforma del futuro estado belga.

El plan Wever

El líder independentista flamenco Bart de Wever desea que Flandes (seis millones de habitantes) se separe de la empobrecida Valonia (cinco millones), a la que deben transferir ingentes sumas de dinero en virtud de la "caja común" de la seguridad social federal.

En realidad, la pujante Flandes es "contribuyente neto" a esas arcas federales, pues, según estadísticas oficiales flamencas, paga más de lo que recibe de Valonia, otrora rica, pero que lleva varias décadas en progresivo declive económico. De Wever apuesta, al menos como primera medida previa a una posible separación real, por un país confederal con dos "cantones" principales, Flandes y Valonia, que puntualmente cedan soberanía, pero con competencias cada vez más profundas para Flandes.

Bruselas, sede de la UE y la OTAN, que los flamencos consideran su capital, quedaría como una región (bilingüe) autónoma, unida con Valonia, quizás a través de un simbólico pasillo, como sugiere Joelle Milquet, la presidenta del francófono CDH, el partido humanista.

Figura controvertida

El "fenómeno" electoral Bart de Weber, como lo califican los analistas, es producto de una larga carrera de fondo en la política, siempre desde postulados independentistas. Tras finalizar sus estudios de Historia desarrolló parte de su carrera como investigador en la prestigiosa Universidad Católica de Lovaina, en Flandes. Pero muy pronto, la política le sedujo. En 1996 logró entrar como miembro del consejo municipal de la ciudad, el primer paso en su carrera, y en 2004 fue elegido diputado en el Parlamento flamenco y se hizo con la presidencia del N-VA, después de ganarle un duro pulso a su principal contrincante.

Su interés por la política ya empezó a despuntar en sus tiempos universitarios, cuando simpatizó con el nacionalista Volks Unie (Unión Popular). No obstante, en 2001, el partido se rompió en dos, debido a las fuertes desavanencias entre moderados y radicales. De esa ruptura surgió el ala más radical, rebautizada N-VA. También en 2004, su alianza con los flamencos democristianos del CD&V, del actual primer ministro en funciones Yves Leterme, tampoco acabó demasiado bien. A la postre, las diferencias irreconciliables entre ambos los acabaron por separar.

La crisis entre Leterme y De Wever se puso de manifiesto durante las negociaciones para formar el anterior gobierno federal. Tras un acalorado debate, De Wever se negó a dar marcha atrás en sus promesas de convertir Bélgica en un estado confederal y también mostró su rechazo a mantener las facilidades lingüísticas que disfrutan los francófonos que viven en Flandes, en la periferia con Bruselas.

Fue el primer síntoma de la radicalización de De Wever, quien hace unos meses protagonizaba una polémica portada con Miss Bélgica 2010, Cilou Annys, en la revista flamenca "P-Magazine". En ella, De Wever posaba junto a la miss pisoteando la bandera de Bélgica con el titular: "Bélgica es el país más fracasado del mundo".

Autor: DPA/Reuters/ CHP

Editor : Claudia Herrera Pahl

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