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A cambio, el jefe del hotel Hotel Mozart, Ben Abderrahman Ahmed, impone algunas condiciones: por ejemplo, las personas sin hogar tienen que ducharse todos los días y cambiarse de ropa. En enero, durante las semanas más frías, cerca de 50 personas dejaron la calle para alojarse en este hotel. Apenas llamaban la atención entre los otros huéspedes. El director del hotel se ocupó de sus originales huéspedes consiguiéndoles ropa y donaciones. Cuando se le preguntó por qué lo hacía, respondió simplemente que él es musulmán y entiende el Islam como una religión en la que lo importante es compartir.