En una sorpresiva medida, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, confirmó el miércoles por la noche que le solicitó la renuncia a todos sus ministros. "Me voy a dar 72 horas para tomar la decisión de quiénes se quedan y quiénes se van", dijo la mandataria durante una entrevista a una televisora local.

La decisión coincidió con una encuesta divulgada ayer (6.5.2015) en la que Bachelet alcanzó poco más del 30 por ciento del apoyo popular y un 64,0 por ciento de desaprobación, uno de los peores resultados desde que asumió su segundo mandato el 11 de marzo del año pasado. "Este es el momento de un cambio de gabinete", afirmó la gobernante durante una conversación con Mario Kreutzberger, un popular conductor de televisión, más conocido como "Don Francisco".

En los últimos meses el país ha debido enfrentar masivos casos de fraude fiscal y tráfico de influencias en los que se han visto involucrados empresarios, dirigentes políticos de todas las tendencias, incluido el hijo de la presidenta, Sebastián Dávalos.

Bachelet, salpicada por caso de corrupción

Los casos de corrupción golpean también a la mandataria, después de que se revelara que Dávalos y la esposa de éste consiguieron un polémico y millonario crédito inmobiliario un día después de que Bachelet fuera elegida en las urnas en 2013.

Tras el anuncio, dirigentes oficialistas y de la oposición coincidieron en que, no obstante lo sorpresivo de la medida, un cambio ministerial parecía posible en el corto plazo. "Era inevitable", dijo el diputado Osvaldo Andrade, el líder del Partido Socialista (PS), la formación de la mandataria.

En tanto, el derechista partido opositor Renovación Nacional (RN) consideró "necesario un cambio de timón", según dijo esta noche su presidente, el diputado Cristian Monckeberg. El parlamentario aseguró que la decisión de la gobernante es la correcta porque "las cosas no se estaban haciendo bien", según declaró a la emisora BioBio.

Además de los graves casos de corrupción que golpean al gobierno, la mandataria y sus ministros tuvieron que asumir las tareas que demandaron los desastres naturales que han azotado al país en el último tiempo.

Al aluvión de agua y barro de hace pocos más de un mes en el desértico norte del país, que dejó varios muertos y desaparecidos, le siguió, hace unas semanas, la erupción del volcán Calbuco, en el sur. En ambos casos, la gestión de su gobierno ha sido mal evaluada por la ciudadanía.

CP (dpa, efe, rtr)