Baja convocatoria en nueva jornada de protesta en Francia
29 de diciembre de 2018
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El séptimo sábado de protestas del movimiento de los "chalecos amarillos" arrancó este sábado (29.12.2018) con una participación claramente a la baja, con unos cientos de manifestantes reunidos en los Campos Elíseos de París y cerca de un millar en el centro de Marsella, sureste de Francia.
Tras el seguimiento continuado que mantuvieron las autoridades los anteriores fines de semana en cuanto al número de manifestantes y el de detenciones, bastante elevado, la Prefectura de Policía de la capital no dará cifras de participación hasta el final de la jornada, según aclararon a Efe fuentes de la institución. "De momento, la situación está muy, muy tranquila", indicó esta misma fuente.
Las principales concentraciones de los "chalecos amarillos" se han convocado en París, Marsella, Lyon, Toulouse y Burdeos, pero también en otras ciudades más pequeñas como Aviñón (sureste), Metz (noreste) o Tourcoing (norte). En Marsella, en torno a las 10 de la mañana (hora local), un millar de manifestantes se reunieron frente a Porte d'Aix, el Arco del Triunfo local, exigiendo métodos de gobierno más participativos y más medidas a favor del alza del poder adquisitivo.
En los Campos Elíseos de París, pese a las altas medidas de seguridad y la presencia de grupúsculos de "chalecos amarillos", los comercios que se vieron obligados a cerrar sus puertas las últimas semanas permanecen abiertos sin que se hayan registrado incidentes en la apertura.
El movimiento, que se extiende desde mediados de noviembre, ha decaído tras las concesiones del Gobierno del presidente Emmanuel Macron, pero también por las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
El sábado pasado, las autoridades apuntaron que 39.000 manifestantes participaron en las movilizaciones, frente a los 66.000 de la semana anterior y los 282.000 de la primera jornada, el 17 de noviembre. Unos 4.100 antidisturbios han sido desplegados este sábado en todo el país frente a los 10.500 encargados de mantener el orden hace tres semanas. (EFE)
Protestar y bloquear: desobediencia civil alemana
La desobediencia civil es parte del repertorio de la cultura de protesta de la posguerra en Alemania. Muchos alemanes buscan la confrontación con las autoridades, especialmente cuando se trata del medioambiente.
Imagen: picture alliance/dpa/C. Gateau
Desalojo de manifestantes
La desobediencia civil es parte del repertorio de la cultura de protesta de la posguerra en Alemania. Muchos alemanes buscan la confrontación con las autoridades, especialmente cuando se trata de proteger al medioambiente. En la foto, la Policía desaloja a una activista del bosque de Hambach. Este será un proceso largo, y las fuerzas de seguridad no siempre son tan cuidadosas como en esta foto.
Imagen: picture alliance/dpa/C. Gateau
La importancia del medio ambiente
Numerosos ambientalistas se han refugiado en el bosque de Hambach en casas construidas en los árboles. Allí protestan desde hace seis años contra la tala de los antiguos bosques de esa región del oeste de Alemania, que está prevista con el fin de facilitar la extracción de los yacimientos de lignito que hay en la zona.
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"¿Energía nuclear? No, gracias"
La fase más dura de la desobediencia civil comenzó en los 70 del siglo pasado. Como consecuencia de mayo del 68, el descontento con ciertas leyes se tornó cada vez más común. En febrero de 1975 hubo un punto de inflexión: en Wyhl, en el sur de Alemania, activistas ocuparon los terrenos donde se iba a construir una planta de energía nuclear. Wyhl se convirtió en un modelo de protesta.
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Encadenados a los rieles
Los movimientos antinucleares ampliaron su rango de trabajo tras el éxito de Wyhl. Una de sus acciones predilectas era la protesta contra el transporte anual de residuos nucleares en Baja Sajonia, que comenzó a realizarse en 1995. Para detener el paso de los trenes con la carga en cuestión, algunos activistas se encadenaban a las vías. El proceso de liberación tomaba largo tiempo a los policías.
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Premio Nobel contra misiles
El 1 de septiembre de 1983 un Nobel se sumó a las protestas. Con su esposa y otros artistas, el escritor Heinrich Böll apoyó el bloqueo de los depósitos nucleares de EE. UU. en Mutlangen. Fue una de las tantas acciones realizadas contra la "doble decisión" de la OTAN, que modernizó sus misiles nucleares en diciembre de 1979. Esa lucha fue una de las más importantes del movimiento pacifista alemán.
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Protesta contra la ampliación del aeropuerto
También proyectos como la pista oeste del aeropuerto de Fráncfort concitan la atención de los manifestantes. El 14 de noviembre de 1981, más de 120 mil personas expresaron su rechazo al plan de ampliar la losa. Al día siguiente, los activistas montaron barricadas e intentaron derribar el muro que rodeaba la construcción. El 12 de abril de 1984, la polémica pista igual entró en operaciones.
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El nacimiento de los "ciudadanos furiosos"
Casi tan polémica como la pista aérea ha sido la construcción de la estación de trenes subterránea de Stuttgart. Para llevar a cabo el proyecto "Stuttgart 21", varias zonas de la ciudad deberán ser reconstruidas. Primero protestaron los adultos mayores junto a sectores de izquierda, en 2009. Luego se sumaron más personas. En la prensa se hizo popular el término "Wutbürgers": "ciudadanos furiosos".