Alemania vive la bajada del desempleo más significativa desde la reunificación del país a principios de los años noventa. Durante el presente mes de mayo, 255.000 trabajadores han encontrado una ocupación laboral. En comparación con las cifras de hace un año, 349.000 personas más lograron abandonar las oficinas de la Agencia Federal del Trabajo en dirección a un empleo, si no fijo, por lo menos remunerado. Así, el número de desocupados sigue siendo alto, pero ofrece una pequeña alegría y sobre todo esperanzas de que el cambio a mejor haya comenzado.

Más empleo, menos calidad

Un desempleo cercano a los cinco millones de personas ha sido, y es pese a la buena nueva, uno de los principales quebraderos de cabeza de la sociedad y la clase política alemanas, así como fuente de cambios en la legislación. Ahora, Alemania cuenta con 4.535.000 desocupados, y se espera que las cifras sigan a la baja.

"Desde hace un año se ha impuesto el desarrollo positivo", dijo Frank-Jürgen Weise, director de la Agencia Federal del Trabajo. "Más trabajo, más posibilidades de ocupación, más puestos de aprendizaje", es la fórmula mágica que, según el ministro de Trabajo, el socialista Franz Müntefering, hay que seguir promoviendo si se quiere mantener el buen curso iniciado.

Sin embargo, "continúa el desmantelamiento de puestos de trabajo con contrato [es decir, aquellos en los que el empresario ha de contribuir a pagar los gastos de seguridad social del empleado]", lamentó Weise, reflejando una tendencia en el mercado alemán que se está convirtiendo en la norma habitual. Pese a que en mayo hubo más ocupación, el número de contratos bajó en 88.000 con respecto al 2005.

Y tampoco la situación en el mercado de la formación ha mejorado. En Alemania, los títulos de profesiones que no requieren asistir a una universidad o una escuela superior se obtienen por medio de una combinación de clases teóricas y trabajo práctico en empresas, para lo cual es necesario encontrar un puesto de aprendizaje, cosa cada vez más difícil.

¿Fue Hartz IV?

Hace poco más de un año que entró en funcionamiento y ya se está hablando de reformar la reforma, e incluso de sustituirla por completo. Hartz IV se llamó el plan que debía servir para impulsar el mercado laboral alemán y eliminar la carga excesiva y contraproducente del Estado en esta materia, que llevaba a crear situaciones de desempleo crónico y falta de incentivos para buscar realmente un empleo. La ley se bautizó en honor a Peter Hartz, el autor del informe del que nació y directivo de Volkswagen envuelto posteriormente en escándalos de corrupción.

Sin embargo, Hartz IV resulta ser demasiado burocrática y cara, además de poco efectiva. Por eso el gobierno alemán plantea endurecer las condiciones para recibir el subsidio de desempleo porque, como ha declarado la canciller Angela Merkel en repetidas ocasiones durante los últimos días, "no puede ser que resulte económicamente más beneficioso quedarse en casa que ir a trabajar".

Tras la bajada del desempleo de mayo, los que no están tan desconformes con la ley le han apuntado algunos tantos a Hartz IV. Los llamados "empleos de un euro"- una modalidad de insertar a los desempleados de larga duración en el mercado laboral también muy criticada- y las mejoras en el tratamiento de los casos de desocupados por parte del personal administrativo del Estado, han contribuido según Heinrich Alt, uno de los directivos de la Agencia Federal del Trabajo, al éxito de estas cifras de mayo.