Fusión de arte y naturaleza
24 de noviembre de 2015 ¿Ha soñado alguna vez con nadar con tiburones, pero apenas chapotea como un perro? ¿Se ha preguntado también cómo debe ser un hijo fruto del amor de una sirena y de un marinero solitario? ¿Ideas extrañas? No para Tre Packard, fundador del colectivo artístico PangeaSeed, un grupo de artistas callejeros que fusionan arte y naturaleza. Ellos quieren un cambio, Tre Packard denomina activismo a este proceso artístico.
Fundada en Honolulu, en 2009, la organización sin ánimo de lucro, recluta artistas de todo el mundo para transformar paredes blancas en una especie de galería pública. "Queremos informar e inspirar a la gente", dice Packard. En los últimos tres años, los miembros del colectivo han pintado más de 40 murales, que tienen como tema la conexión entre las personas, la naturaleza y la cultura.
El proyecto, de nombre "Sea Walls" (“Murales Marinos”, en español), tiene como objetivo acercar la diversidad del mundo marino a lugares públicos de todo el mundo. La gente debe pararse, mirar, prestar atención y comprender los desastres ambientales relacionados, por ejemplo, con la basura plástica en los océanos o la pesca de tiburones.
Con su proyecto, Packard pretende acercar este tema al espacio público y provocar un discurso a favor de la conservación ambiental. Quiere abrir los ojos a través del arte. Una multitud de organizaciones ecologistas y comunidades ya le han invitado con este fin. "Nosotros construimos una obra de arte, la exponemos y la gente interactúa con ella", explica.
Los artistas de PangeaSeed (http://pangeaseed.org/swmfo/) expusieron su primer Mural Marino en 2014 en la mexicana Isla Mujeres. Con motivo de un festival anual, que celebra la importancia de los tiburones ballena para las comunidades pesqueras locales, el colectivo de artistas fue invitado para realizar una serie de murales. El Golfo de México es el hogar de la mayor población de esta especie, en la que el propio Packard tiene un gran interés: "a pesar de ser el mayor pez del océano, la especie sigue siendo un misterio", aclara.
La combinación de estos factores inspiró al colectivo para la realización de 14 frescos, que exploran la historia del lugar y de su gente. Composiciones expresivas y salvajes asaltan al espectador, transmitiendo un profundo aprecio por la diversidad marina en varios estilos estéticos.
Defensores marinos por pasión
Pintar murales es una práctica cultural ancestral, que se remonta a la época de nuestros antepasados cavernícolas, que inmortalizaban los animales, que respetaban y cazaban, en las paredes de las cuevas. Aún hoy, 40.000 años después – en nuestra actual sociedad saturada de imágenes – las ilustraciones de la naturaleza pueden dejar impresiones duraderas.
Celeste Byers (http://celestebyers.com/), artista de PangeaSeed, de San Diego, cree firmemente que el arte y la naturaleza están estrechamente vinculadas, y se ve a sí misma conectada con el mar a través de su arte. "La naturaleza es lo primero en términos generales de las cosas", dice. "Pero no puedo estar sentada sin hacer nada y simplemente contemplar, tengo que pintar y hacer algo para sentirme satisfecha". Para la artista, eso significa transformar un muro monótono de hormigón gris, en el barrio residencial de Point Loma, San Diego, en un tríptico estimulante desde la perspectiva de una foca.
En su papel como activista, la artista está trabajando en una serie de murales que se inspiran en el océano, compartiendo escenario con socios artistas como Aaron Glasson y los miembros del colectivo PangeaSeed. Sus obras de arte conjuntas decoran edificios en San Diego, Cozumel e Isla Mujeres. A través de las redes sociales comparten sus imágenes y alcanzan un público mucho más allá del Golfo de México.
Esto es importante para Byers. "Creo que la pintura tiene el poder de inspirar a la gente para proteger los océanos", dice la artista. "Cuando uno ve cómo otras personas trabajan juntas por una causa, puede verse motivado por ese mismo fin", explica.
La esperanza es interminable, como el océano
La recién fundada organización, sin ánimo de lucro, SeaLegacy (http://www.sealegacy.org/) también está planeando su propio enfoque creativo para proteger el mar. Los fundadores y fotógrafos veteranos de animales salvajes, Cristina Mittermeier y Paul Nicklen, quieren ir más allá de los hechos para contar historias visuales acerca de los océanos.
Mittermeier critica que para las organizaciones ecologistas la comunicación de sus proyectos no sea una prioridad. "Su tarea es la conservación y tradicionalmente sus recursos económicos se dirigen a la ciencia y a la investigación", dice. "Ha sido muy difícil conseguir que destinen parte de su presupuesto a la comunicación científica”, añade.
Para remediar ese desequilibrio, SeaLegacy planea recaudar dinero para financiar expediciones, que combinen imágenes hermosas con los objetivos de la conservación marina. "Vamos a tratar de colaborar con varios grupos de conservación de la Columbia Británica para establecer una red de áreas marinas protegidas allí", dice Mittermeier.
A nivel mundial, existen esfuerzos para preservar las poblaciones de peces que quedan y la vida marina, a través del establecimiento de áreas marinas protegidas, o reservas, donde la pesca está restringida o prohibida. Sin embargo, esto solo se aplica en un 2% de los océanos. Y esa cifra en absoluto es suficiente para SeaLegacy, que quiere ver una tasa de protección del 20% en 2020.
Una gran tarea y muy poco tiempo para proteger tanta cantidad de agua. Sin embargo, tanto SeaLegacy como PangeaSeed creen firmemente que el arte y la creatividad pueden cerrar la brecha del conocimiento, permitiendo a los políticos responsables tomar decisiones informadas. Las emociones que desencadenan sus obras de arte deben ser una primera llamada a la acción.