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Baracoa: la niñez en Cuba

Eva Usi
14 de febrero de 2019

El primer largometraje del cineasta argentino Pablo Briones retrata el día a día de dos niños en las afueras de La Habana; una cinta que arrancó risas y despertó simpatía en un público infantil en la Berlinale.

Internationale Filmfestspiele Berlin 2019 | Film Baracoa
Imagen: DW/E. Usi

"¿Nunca has soñado con los ojos abiertos?, Pregunta Leonel a Antuán. Tienes que fijar la mirada en algo y pensar en lo que quieras, como en qué lugar del mundo te gustaría vivir". Antuán es más alto que Leonel, le lleva por lo menos una cabeza de diferencia y es cuatro años mayor, pero eso no es obstáculo para se diviertan con objetos como un pedazo de cartón, en sus recorridos por una apacible localidad a las afueras de La Habana, en donde pasan las vacaciones de la escuela. Antuán vive en La Habana con su padre y Leonel en Pueblo Textil. Ahí se desarrolla la cinta, una mezcla entre ficción y documental.

"Ellos se interpretan a ellos mismos, las abuelas que se ven en la película son sus abuelas, el pueblo Textil es el mismo y todos los personajes llevan su nombre, lo que sucede en la película es la realidad de ellos, pero al mismo tiempo es una ficción, porque todo lo que sucede está fijado en un guión", afirma el cineasta Pablo Briones en conversación con DW.

Se trata del primer largometraje del realizador nacido en Tucumán, Argentina, en 1983, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba. Se basa en un cortometraje realizado con los mismos protagonistas, titulado Pezcal, que fue estrenado en el Festival de Locarno en 2016.

Fotograma de la película.Imagen: C-Side

Los niños negociaron el guión

El proyecto original surgió en un taller que impartió el cineasta iraní Abbas Kiarostani, en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba. "Tenía la idea de hacer un cortometraje con un niño y fui a un pueblito que está muy cerca de ahí buscando a un niño para mi historia". En poco tiempo el realizador se vió rodeado de muchos niños interesados, cuando aparecieron  Antuán y Leonel, el mayor con su brazo en el hombro del más pequeño, como a menudo se les ve en la película.

"Llegaron preguntándome que hacía yo ahí", dice riéndose el cineasta. Cuando él les explicó que buscaba a un niño, Leonel, intrigado, preguntó, ¿Pues qué pasa en tu película? Les expliqué que se trataba de un niño que buscaba a su gato. Pues mejor si somos dos, argumentó Leonel, así lo encontramos más rápido. Al cineasta le causó mucha gracia que negociaran el guión, y así surgió una conexión con los niños y decidió sustituír su idea original por una con ellos dos.

La cámara sigue contemplativa el deambular de Antuán y Leonel, por los paisajes rurales de Pueblo Textil, que tiene una playa llamada Baracoa, en la que se inspira el título de la cinta. Compran fósforos con los que encienden unas improvisadas antorchas para explorar una cueva, juegan sobre un herrumbroso automóvil abandonado en un descampado. Sus diálogos son un elemento conductor de la cinta, lo que provoca risa en el público infantil.

Antuán y Leonel comparten aventuras.Imagen: C-Side

Representativa de la niñez en Cuba

"La cinta es muy representativa de la niñez en Cuba. Los chicos están muy cómodos, tienen mucha libertad, juegan con cosas simples, tienen una vida comunitaria muy fuerte con otros niños, y mucho contacto con la naturaleza, jugando con poco pero divirtiéndose mucho", afirma Briones.

Lo que más disfrutan es provocarse mutuamente, Leonel critica a Antuán por haberse pintado de rubio un mechón de pelo. Antuán le responde que está de moda y le dice a Leonel que es un miedoso que no sabe nadar. Leonel lo acusa de mentiroso, que sólo habla por presumir, cuando Antuán le cuenta que tiene una computadora y un televisor en La Habana, en donde vive con su padre. "En aquella época se la pasaban dándose chuchos, como se dice en Cuba. Provocándose, diciéndose cosas para que el otro reaccione. Se provocaban todo el tiempo, como se ve en la película, luego Antuán creció y se calmó y se dan menos chuchos que antes", dice riéndose el director.

Un momento de tensión se produce cuando Leonel ha viajado a La Habana para visitar a Antuán. Una noche salen solos al carnaval. Después de nuevas provocaciones se separan, Leonel camina solo, se ha perdido en medio de la multitud en un lugar que no conoce.

"Crear ese momento dramático en el que se separan es una situación un poco peligrosa; están en medio de una ciudad repleta de gente, pero incluso en el carnaval en la Habana hay mucha más seguridad que en la mayor parte de las capitales de Latinoamérica. El riesgo de que se perdiera, era parte del guión".

Mariana, madre de Leonel, Pablo Briones, Antuán y su padre Arturo. Imagen: DW/E. Usi

Los niños se han vuelto famosos en Pueblo Textil

Antuán viajó con su padre Arturo a la Berlinale, Leonel con su madre Mariana, que no quisieron figurar en la cinta, sólo las abuelas aceptaron participar.

Leonel ya tiene 12 años y Antuán tiene 16. La película los ha hecho famosos en Pueblo Textil. El cineasta espera exhibir la cinta en el Festival de Cine de la Habana en diciembre. "Es el público con el que más queremos compartir la película, para invitar a los familiares de la Habana y de Pueblo Textil".

Baracoa, ópera prima de Pablo Briones es una producción respaldada por Suiza, Estados Unidos y España, y fue realizada junto con The Moving Picture Boys, integrado por Jace Freeman y Sean Clark, de Nashville, Tennessee. Briones conoció a Freeman en el taller de Kiarostani.

La cinta fue estrenada en la sección Generation Kplus, para un público infantil, y aspira al premio Glashütte Original, el galardón dedicado a propuestas documentales, que está dotado de 50.000 euros.

Autora: Eva Usi (er)

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