Barco Sea Watch se niega a devolver a 52 inmigrantes a Libia
13 de junio de 2019
La ONG Sea Watch rechaza devolver a Libia a 52 inmigrantes que rescató este 12 de junio en el Mediterráneo central por "no ser un puerto seguro", a pesar de que Italia exija que desembarque a “esas personas” en Trípoli.
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"Sea Watch no desembarcará a los náufragos en Libia. Trípoli no es un puerto seguro. Devolver forzosamente a personas salvadas en el mar a un país en guerra, para que las encarcelen y torturen, es un crimen", denunció la organización alemana en sus redes sociales. Los inmigrantes fueron rescatados ayer cuando viajaban en una barca frente a Libia, en concreto a unas 47 millas (unos 75 kilómetros) del litoral de Zawiya, próxima a la frontera con Túnez y zona de actividad de las mafias que se dedican al contrabando de personas.
El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, artífice de la política de puertos cerrados a los barcos de las ONG, ha instado a la nave de Sea Watch a dirigirse al puerto de Trípoli y ha amenazado con consecuencias de no hacerlo. "El barco ilegal, tras embarcar 52 migrantes en aguas libias, se encuentra a 38 millas de las costas de Libia, a 125 de Lampedusa, 78 de Túnez y 170 de Malta. Las autoridades libias han asignado oficialmente Tripoli como puerto más cercano para el desembarco. Si este barco ilegal desobedece, poniendo en peligro a los migrantes, responderá por ello", adelantó el líder ultraderechista Salvini.
Libia, sumida en la guerra y en el caos desde 2011, es el lugar desde el que zarpa gran parte de los inmigrantes que cruzan en mar rumbo a Europa. Italia ha alcanzado acuerdos con las autoridades de que controlan Trípoli para que se encarguen de interceptar las barcazas. "Es vergonzoso que Italia promueva estas atrocidades y que los gobiernos de la Unión Europea sean cómplices", lamentó la ONG. La organización publicó un intercambio de correos con las autoridades de la Guardia Costera Libia en los que se le conmina, a petición de Italia, a trasladar a los rescatados a Trípoli.
Sea Watch: "Libia no es puerto seguro”
Sea Watch responde con una negativa, al señalar que Libia "no es un puerto seguro", como lo han corroborado varios tribunales italianos en diversas sentencias. "Las personas a bordo escapan de países en guerra y, como capitán de un barco con bandera europea, no puedo asumir la responsabilidad de devolverlas forzosamente. Por lo tanto estoy obligado a desoír la indicación de Trípoli como puerto seguro y pedir uno acorde con las ley de búsqueda y rescate, de refugiados y los derechos humanos", se lee.
Inmediatamente después, Salvini acusó a la ONG de "secuestrar a los inmigrantes por motivos políticos" y de utilizarles porque, dijo, que fue la organización la que previamente había pedido que Libia indicara un puerto al que dirigirse.
El Consejo de Ministros italiano aprobó el martes sancionar con entre 10.000 y 50.000 euros a las ONG que entren, transiten o estacionen en aguas territoriales italianas, un decreto ley que aún tiene que ser aprobado por el Parlamento, pero que no incluye las multas de hasta 5.000 euros por cada inmigrante rescatado en el Mediterráneo que Salvini quería aplicar en un principio.
jov (efe, ansa)
Migrantes de Centroamérica: parturientas y varadas en la frontera entre México y Estados Unidos
Alvin Jr. nació en México mientras sus padres huían de Honduras con la esperanza de encontrar refugio en Estados Unidos. A pie llegaron a la frontera con Estados Unidos y allí perseveran con el bebé en brazos.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
Erly Marcial y su hijo, Alvin Jr.
La hondureña Erly Marcial, de 21 años, tuvo a su tercer hijo mientras huía de su país con su esposo con la esperanza de obtener autorización para entrar a Estados Unidos. El pequeño Alvin Jr. llegó con seis semanas de adelanto en un hospital de Puebla, México.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
México, a pie
Marcial tenía ocho meses de embarazo cuando ella y su esposo, Alvin Reyes, decidieron escapar de la violencia que azota a su ciudad, Sabá, llevando en coche a sus otros dos hijos: María (6) y David (2). Eso hizo que el viaje fuera muy lento. Honduras no es sólo uno de los países más peligrosos del mundo, sino también uno de los más pobres en Centroamérica.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
Descanso, a duras penas
La familia se vio forzada a dormir en la calle, con los niños a buen resguardo entre los padres. La breve pausa sobre el asfalto en la ciudad mexicana de Tapanatepec no fue descanso suficiente para Marcial. Pese a la abundancia de personas dispuestas a ayudar a los migrantes en su camino hacia el norte, los hondureños encontraron muy pocos lugares en México para abastecerse y relajarse realmente.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
Un momento de solaz
Un riachuelo en el sur de México, cerca deTapanatepec, les ofreció a los viajeros una de las pocas oportunidades para bañarse tranquilos. Ellos tampoco tuvieron acceso regular a asistencia médica. La suya es una odisea en el estricto sentido de la palabra.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
Hacinamiento e incertidumbre
La familia pudo cubrir un trecho de su viaje hacia el norte a bordo de un camión. El vehículo iba repleto de migrantes que, como ellos, sueñan con un futuro más auspicioso en un país más próspero que el suyo. El recorrido con el camión les permitió ahorrar energías, pero tuvo sus riesgos: Amnistía Internacional advierte que más de un vehículo cargado de migrantes se ha volteado por el camino.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
Camino al hospital
Cuando Marcial llegó a Puebla con su familia comenzaron las dolorosas contracciones que avisaban la llegada de Alvin Jr. La Cruz Roja Mexicana se encargaron de llevarla al hospital. Una red de voluntarios numerosa se asegura de que los migrantes cenntroamericanos reciban la ayuda más urgente que necesitan a su paso por México. Los lugareños suelen ofrecer alojamiento y donar alimentos y ropa.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
El día después
La alegría de la pequeña María fue grande cuando sus padres la dejaron tomar a su hermano recién nacido en sus brazos. Con la cooperación de la embajada hondureña en México, el hospital de Puebla le entregó a Marcial la partida de nacimiento de Alvin Jr. Eso era lo único que necesitaban para poder continuar su viaje hacia Tijuana, en la frontera mexicano-estadounidense.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
Varados en Tijuana
Marcial, su esposo y sus hijos quedaron represados en Tijuana como miles de migrantes centroamericanos más. Ellos esperan que esta no sea la última parada de su viaje, pero la frontera mexicano-estadounidense no es fácil de cruzar para solicitar asilo. Desde luego, si no consiguen entrar a Estados Unidos, la familia procurará construir su futuro en México. De regreso a Honduras, ni en sueños.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
Biografía movida desde el principio
Cuando sea grande, Alvin Jr. podrá contar las incidencias que rodearon su nacimiento como si de una aventura se tratara.
Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins
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