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Barenboim laureado

vr3 de marzo de 2004

El famoso director y pianista argentino-israelí, Daniel Barenboim, recibirá la medalla Buber-Rosenzweig, por fomentar el diálogo entre cristianos y judíos.

El próximo 14 de marzo, en Bad Nauheim, será la entrega oficial de la medalla a Barenboim.Imagen: AP

"La música es la mejor escuela de la vida y al mismo tiempo el mejor modo para escapar de la vida", estas no son sólo las últimas palabras de la autobiografía de Daniel Barenboim, sino de algún modo también el lema de su vida. El director musical general de la Opera Estatal de Berlín y el music director de la Orquesta Sinfónica de Chicago es un brillante alumno de la vida musical. Y no le huye a la vida, sino que, por el contrario, se enfrenta a las heridas del mundo, causando el disgusto de algunos de sus compatriotas israelíes.

Daniel Barenboim.Imagen: AP

En julio de 2001 Barenboim dirigió en Jerusalén, como bis de un gran concierto, un fragmento de la ópera "Tristán e Isolda", del antisemita Richard Wagner, quebrando así un gran tabú. La crítica lo acosó, rezongó y boicoteó. El artista luego explicaría su opción por esta pieza, diciendo que durante la conferencia de prensa, el día anterior al concierto, sonó un teléfono celular con la melodía de "La Valquiria" de Wagner, lo cual lo inspiró para elegir este bis. Voces oficiales israelíes protestaron y la discusión llegó hasta Alemania. Pero dos meses más tarde las aguas se calmaron, y en la inauguración del Museo Judío de Berlín, la Sinfónica de Chicago interpretó obras del judío Gustav Mahler, bajo la batuta precisamente de Daniel Barenboim.

Rompiendo barreras

Para Barenboim la música sirve de elemento para transgredir fronteras, es el único lenguaje válido cuando las palabras pierden todo valor. En 1999 reunió en Weimar, a pocos kilómetros del campo de concentración Buchenwald, a jóvenes israelíes y árabes en una orquesta juvenil. El director definió esta acción como un "símbolo esperanzador para el futuro". En este conflicto tan recargado de odios casi nadie conoce a alguien proveniente "del otro lado", dijo Barenboim. Los jóvenes sólo deben cumplir dos condiciones para integrar esta orquesta: demostrar talento musical y estar convencidos de que la guerra no es la solución para los conflictos en Oriente Medio.

Fantasía y compromiso

Ya desde niño Barenboim transgredió fronteras. El director, que desde muy temprana edad fue ovacionado como "niño prodigio", es un verdadero cosmopolita: nació como nieto de judíos rusos en 1942 en Buenos Aires. Se formó en Europa central y trabaja con ciudadanía israelí en Chicago y Berlín. Su talento musical es indiscutido y le ha valido fama internacional y un lugar seguro en el olimpo musical. Pero Barenboim siempre se destacó también por su compromiso y su intervención en debates políticos. El 14 de marzo, durante la "Semana de la Hermandad", el músico será honrado con la medalla Buber-Rosenzweig, como reconocimiento a su incansable labor por un diálogo entre cristianos y judíos. El consejo de coordinación, que otorga este premio, explicó que Daniel Barenboim recibirá este honor por "su compromiso duradero y lleno de fantasía para superar las diferencias religiosas, culturales y étnicas y solucionar los conflictos que amenazan la civilización mundial".

El ministro del Exterior alemán, Joschka Fischer, anteriormente premiado con la medalla Buber-Rosenzweig, definió a Barenboim como "caminante entre los mundos y luchador por la humanidad". El director acertadamente recuerda a su público que no es un político, ni tampoco tiene un plan para solucionar el conflicto de Oriente medio, y destaca sus capacidades: "puedo hacer música y espero de este modo hacer un pequeño aporte para reducir el odio".

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