En Alemania no hay favelas como en Brasil. Sin embargo, a segunda vista se pueden percibir la pobreza y la mendicidad. En este país también cabe la posibilidad de descender en la escala social.
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Alemania es un Estado de bienestar. La red de ayuda estatal, municipal o eclesiástica es mayor que en la mayoría de los países prósperos similares. La economía va viento en popa. La tasa de desempleo, con menos del 6%, indica un bajo histórico. Los precios de la energía y los alimentos se mantienen tan reducidos como en ningún otro país europeo. Sin embargo, la pobreza está presente en Alemania, aunque no haya barrios pobres porque el agua corriente, la electricidad, la canalización y el servicio de recogida de basura existen hasta incluso en las viviendas más simples.
Un resumen sobre los motivos de la pobreza y las personas afectadas
- En la actualidad, alrededor de 860.000 personas en Alemania no tienen un techo bajo el que dormir, según el Colectivo Laboral Federal de Ayuda a las Personas sin Vivienda. De estos, más de 800.00 viven con amigos, familiares o en alojamientos temporales.
- Alrededor de 52.000 personas viven literalmente en la calle, el 6% de las personas que no tienen vivienda.
- Alrededor de 440.000 refugiados tienen el derecho a tener una vivienda, pero de momento están ubicados en alojamientos colectivos.
- Los afectados son sobre todo mujeres, familias completas y migrantes, que tienen cada vez más problemas para poder conservar sus cuatro paredes, aunque sean arrendadadas.
- El Estado ha ido dejando de construir viviendas sociales. Hace 30 años, había cuatro millones. En la actualidad y, en un país que ha crecido mucho desde entonces, solo hay 1,3 millones de viviendas de prestación social. Pagar un precio asequible por una vivienda es poco frecuente, porque el mercado dicta los precios.
Imagen: Markus Seidel
- Las viviendas pequeñas son especialmente caras. Hay mucha demanda porque entretanto hay 17 millones de hogares individuales y solo 5,2 millones de viviendas de una o dos habitaciones. La consecuencia es que el alquiler aumenta en los núcleos urbanos.
- Los sin techo o vagabundos suelen ir a las grandes ciudades. Solo en Berlín, según la organización humanitaria Bahnhofsmission, la cifra asciende a 10.000. En las metrópolis hay más oportunidades de encontrar trabajo y más turistas dispuestos a dar limosnas a los vagabundos. Alrededor del 60% de los vagabundos procede de Rumania, Bulgaria o Polonia.
- La peor época del año para vagabundos y sin techo es el invierno cuando el termómetro marca temperaturas bajo cero. A pesar de habilitar espacios con calefacción para pernoctar durante los meses fríos del año, muchos han fallecido congelados: alrededor de 300 personas desde 1990 en el corazón de Europa, en la rica Alemania.
Volker Wagene (RMR/ERS)
¿Cómo viven los alemanes?
¿En una casa propia, en un piso de alquiler o en un piso compartido? ¿Está la cocina incorporada cuando alquilamos un departamento? Las peculiaridades de vivir en Alemania.
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Edificios de viviendas
Los edificios antiguos en Berlín estaban abarrotados. Con frecuencia familias completas vivían en una o dos habitaciones. Muchas viviendas estaban en mal estado, como se puede comprobar en la imagen, en el barrio Prenzlauer Berg en los años 80 del siglo XX. En la actualidad, las viviendas antiguas reformadas están muy demandadas.
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Viviendas prefabricadas
En la RDA, el Gobierno construyó bloques de viviendas prefabricadas por todo el país. Los arrendatarios eran, en la mayoría de los casos, empresas estatales y asociaciones de viviendas. Los edificios prefabricados eran muy populares: nuevos, con alquiler económico, electricidad, agua caliente y baños, a diferencia de los edificios antiguos.
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Balcones
Según una encuesta del portal de estadísticas "Statista" de 2015, el 48% de los alemanes vive de alquiler y el 52% es propietario de la vivienda donde reside, muchos más que hace dos años. Los inquilinos viven en pisos, preferiblemente con balcón, que en verano, se convierte en un oasis verde urbano.
Los antiguos edificios de alquiler tienen una peculiaridad: disponen de uno o varios patios interiores. Antiguamente en dichos patios había pequeños negocios. Los inquilinos podían ver desde sus pisos a los que entraban y salían del edificio, y entablaban conversación con rapidez.
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Timbres con nombres
En los timbres de los edificios alemanes no aparece la planta, sino el nombre de las personas que viven ahí. Si el edificio no tiene interfono, entonces no olvide preguntar a la persona con anterioridad en qué planta vive.
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El piso compartido
En las grandes ciudades, para estudiantes y artistas, el piso compartido o "WG" es muy popular y pagable. Con frecuencia, también se alquilan las salas de estar como otro dormitorio para reducir los costes de alquiler. Además, hay que estar dispuesto a limpiar la casa regularmente y aceptar compromisos.
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Bricolaje de poca importancia
Las pequeñas reformas de la casa, como pintar las paredes, deben negociarse con el arrendatario. Es usual que el inquilino pinte las paredes al entrar a vivir y al abandonar la vivienda. El arrendatario puede exigir además que las paredes, puertas y calefacciones pintadas de colores llamativos, se pinten en colores neutrales.
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La cocina
Un piso de alquiler no dispone necesariamente de cocina. A veces, se pueden comprar los armarios, la cocinilla y el resto al inquilino anterior. Para muchos extranjeros es extraño que las viviendas no tengan cocina y, por lo tanto, deben desembolsar dinero adicional para amueblar la cocina.
Imagen: DW/S. Braun
Minibaño
En los edificios antiguos, los baños suelen ser pequeños, porque cuando se construyeron no se habilitaban baños. La gente se aseaba en los dormitorios con una palangana. Con el paso de los años, se construyeron los baños o aseos en una esquina, entre dos habitaciones, o, como en la imagen de Berlín, la ducha está en la cocina.
Imagen: DW/S. Braun
3 habitaciones
Quien busque una vivienda en Alemania se verá confrontado con siglas, como 3 ZDKB (3 habitaciones más cocina, vestíbulo y baño) más el número de metros cuadrados. El alquiler más caro se paga en la actualidad en Múnich (16,55 euros por metro cuadrado), seguido de Fráncfort (13,37 euros) y Stuttgart (12,95).
