"La gente en Honduras está con la mochila lista para partir"
Martin Reischke
16 de noviembre de 2018
En el último tiempo, Bartolo Fuentes ha cobrado fama en Centroamérica, ya que el Gobierno hondureño le señala como organizador de la caravana de migrantes. El periodista, activista y ex-diputado de la oposición lo niega.
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Sr. Fuentes, las autoridades hondureñas le señalan como el supuesto organizador de la caravana de migrantes. ¿Tienen razón?
Esta es una acusación sin ningún fundamento. La gente se organiza en Honduras permanentemente para salir del país, nada más que lo hacen en pequeños grupos y lo hacen a escondidas. Ahora es una multitud que sale del país. La única relación que puedo encontrar es un escrito que hice en el Facebook diciendo que los migrantes no se deben ir en grupos pequeños, porque van a encontrarse con asaltos, violaciones, extorsiones, asesinatos y accidentes de todo tipo, y que lo mejor era irse visibles y en un grupo grande para protegerse.
Entonces, ¿cómo surgió la caravana?
De hecho, los grupos que decidieron juntarse para el 12 de octubre en San Pedro Sula no llegaban ni siquiera a las 200 personas. Era un grupo reducido, pero un ataque contra este grupo y particularmente en contra mío en la televisión hizo que muchos se enteraran de que salió esta caravana y se sumaron al inicio quizás unas mil personas más, aparte de los 200 que ya estaban, y salieron el 13 de octubre caminando. Pero en el trayecto, aún antes de salir de Honduras, se sumaron muchas personas, al grado que cuando ya entran a Guatemala, son más de 3000 personas que vienen en esta caravana.
¿Por qué sale la gente de Honduras?
La gente en Honduras está con la mochila lista para partir. Si ahora mismo hicieramos una convocatoria en un parque diciéndoles que hay oportunidad en algún lugar del mundo, cualquiera que sea, de trabajo, Ud. pide 200 personas y van a llegar 5000 y de todo el país, porque no hay trabajo, porque la gente no tiene ninguna oportunidad.
Según Ud., el mismo Gobierno de Honduras es culpable de que la gente saliera del país, ya que no tiene mucho respaldo tras unas elecciones muy controvertidades en noviembre del año pasado que causaron muchas protestas.
Cuando la gente salió a protestar en la calle, le tiraron gas lacrimógeno. Y cuando vieron que esto no detenía a la gente, comenzaron a disparar balas, más de 40 personas fueron asesinadas. Entonces la gente dice: No tengo nada, no tengo trabajo, no tengo casa, y esperanza de que esto cambie no hay porque ya instalaron una dictadura criminal, entonces me voy. Se les presentó esta oportunidad, no la desaprovecharon y se vinieron.
Sin embargo, el Gobierno de Juan Orlando Hernández sigue siendo un aliado de EE.UU. - el mismo país que ahora está amenazando a los migrantes de la caravana.
Esta situación política en Honduras la avala EE.UU., Trump es responsable por tener un Gobierno represivo, criminal y ladrón en nuestro país, el también es responsable de la miseria y la pobreza de nuestra gente, y consecuentemente de la migración de ellos cuando ven que en el país no hay nada para salir adelante.
La posición del Gobierno mexicano con respecto a la caravana ha sido ambigua: Por un lado, anunció el plan "Estás en tu casa" para darles acceso a empleo temporal, atención médica y escuelas a los migrantes. Por otro lado, hay muchos rumores de que las autoridades mexicanas han deportado a migrantes hondureños.
Es cierto que hay esta ambigüedad, porque mientras el presidente mexicano dice que son bienvenidos y están en su casa, vemos un helicóptero sobrevolando a la gente que va cruzando el río Suchiate. Hubo un muerto con bala en la frontera con Guatemala, y la policía federal tiene que responder por eso. A algunos migrantes los engañaron, diciéndoles que los iban a llevar a hacer el trámite de refugio, y la verdad es que los deportaron del país.
¿Tiene pruebas que respaldan sus afirmaciones?
Están los videos, deteniendo a la gente, subiéndola a la fuerza a los buses, y la mejor prueba son los testimonios de la gente que está en Honduras y que dice: "A mí me subieron al bus y me dijeron: 'Tiene derecho a pedir refugio', pero nunca me llevaron a la oficina a hacerlo, sino que me deportaron del país.” Este engaño hizo que la gente entrara en desconfianza. Si se les hubiera atendido a todos su solicitud de refugio, no tendríamos esta multitud acá, y hubiera sido más ordenado esto.
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¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.