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¡Basta de visas para turistas rusos en Europa!

Miodrag Soric
15 de agosto de 2022

Lamentablemente, los países de la UE hacen respecto de este tema lo que mejor saben: actuar de manera inconsistente. Pero deben encontrar una línea unificada, aunque haya excepciones, opina Miodrag Soric.

Hasta ahora, los turistas rusos son bienvenidos en centros de compras de Europa Occidental.
Hasta ahora, los turistas rusos son bienvenidos en centros de compras de Europa Occidental.Imagen: Matej Kastelic/Panther Media/picture alliance

La discusión recién empieza a acelerarse: ¿Puede ser que a los ciudadanos rusos se les permita vacacionar como turistas en España o Francia, mientras que el Ejército de Moscú está matando a miles de mujeres y niños en Ucrania? En absoluto, piensa cada vez más gente.

De hecho, los Estados de la zona de Schengen deberían negar a todos los rusos una visa de turista hasta nuevo aviso. Al menos, en tanto Moscú siga ocupando partes de Ucrania, ya que, hasta el momento, millones de rusos apoyan esta guerra, o hacen como si no tuvieran nada que ver con ese conflicto armado. Por eso, es importante dejarles en claro que no son bien recibidos en Europa por el momento. Para muchos moscovitas puede ser normal disfrutar de la vida en cafés y restaurantes mientras sus compatriotas bañan sus manos en sangre, pero en el mundo civilizado, no lo es.

Aceptar casos injustos

Naturalmente, negar un visado para el espacio de Schengen a todos los turistas rusos es, en parte, injusto, porque también afecta a personas que no respaldan la guerra rusa en Ucrania, pero no tienen el valor protestar contra ella. Sin embargo, es difícil evitar esos "daños colaterales”, así como el hecho de que algunos rusos buscarán entonces una mayor cercanía al Kremlin. Que lo hagan. Las vacaciones en la Costa Azul o el fin de semana de compras en los Campos Elíseos no deben continuar, de ninguna manera. Lo que quedará es una sensación de malestar, de "estar en el banquillo”. Y eso es exactamente lo que se quiere. Porque, en tiempos de guerra, los rusos ya no pueden ser tratados como personas normales, al igual que los alemanes entre 1939 y 1945, así como en los primeros años de posguerra.

Miodrag Soric, de DW.

Además, hay razones de seguridad que hablan a favor del fin de las visas de turista para los rusos. El ruso Vadim Krasikov viajó a Berlín con esa visa para disparar a sangre fría contra un solicitante de asilo en Georgia, supuestamente en nombre de los servicios secretos rusos (FSB). Eso convierte a Rusia, como han señalado los responsables de la política exterior alemana, en un "Estado terrorista”. Y es necesario proteger a Europa de ello.

Reglas unificadas en todos los países de Schengen

Sin embargo, algunos rusos selectos deberían seguir teniendo la oportunidad de pisar suelo europeo, porque Alemania y Europa tienen un problema demográfico. Innumerables empresas buscan desde hace años personal cualificado. Millones de rusos, en su mayoría jóvenes y capacitados, han emigrado en los últimos años, y es importante seguir promoviendo eso. Los estudiantes o científicos rusos que quieran continuar su educación o trabajar en Occidente también deberían poder hacerlo, así como los opositores. En un marco limitado, también debería ser posible visitar a familiares.

Lo único importante es que los gobiernos de todos los Estados de Schengen se pongan de acuerdo y unifiquen reglas. También deben acordar el levantamiento de estas sanciones cuando haya una paz duradera en Ucrania. Desde hace meses, una mayoría de alemanes apoya la entrega de armas pesadas a Ucrania. Una minoría está en contra, casi siempre, debido a la historia de Alemania. Justamente ellos agradecerían que se deje de expedir visado de turista a los rusos, porque este tipo de sanciones entran en vigor rápidamente, pero no se cobran vidas humanas.

El congelamiento de las visas no podría ser ignorado siquiera por los medios estatales rusos. Al principio, seguramente lo comentarían con sarcasmo, y luego preguntarían si otros países de Occidente también deberían seguir ese ejemplo. En algún momento, empezarían a hablar de las ventajas de quedarse en el país, como en tiempos de la Unión Soviética, y del atractivo especial que cobrarían, de ese modo, los cafés y restaurantes de Moscú.

(cp/ers)

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