La mayoría actúa a escondidas, pocos lo hacen públicamente. Pero también hay personas en Alemania que buscan comestibles en la basura y que se alimentan de ellos. La mayoría de estas personas no ha visto un supermercado por dentro en los últimos años. Sin embargo, conocen bien el patio trasero de los mismos. Mucha gente necesita buscar en los contenedores de basura, sobre todo por el aspecto económico, pero otros muchos, especialmente los jóvenes, rebuscan en los contenedores por puro principio: para ellos es moralmente ilegítimo tirar a la basura esas cantidades exorbitantes de comida en buen estado. Según datos del Worldwatch-Institut de Washington, en EE.UU. se tira a la basura entre el treinta y el cuarenta por ciento de los comestibles de los supermercados. En Alemania no hay todavía cifras oficiales.

Buscar en la basura por necesidad

Por las noches, cuando los comercios están cerrados, empieza la ruta de las compras. Los jóvenes salen con canastas, guantes y linternas a la busca de comestibles frescos dentro de contenedores de supermercados y panaderías. Se consiguen plátanos, manzanas, pan tostado, Nutella, golosinas y fruta. En algunos productos la fecha de caducidad ya ha expirado, otros sólo tienen el envase meramente dañado.

En escena a estos chicos se les llama “containers” porque su comida no proviene del supermercado sino de los contenedores de basura. Rasol de 28 años, en paro, depende del apoyo de la comunidad. El es uno de estos "continer". Explica que en Siria, de donde viene, apenas se arrojan comestibles a la basura. Sus causas para ser “container” son de naturaleza económica. Aún así Rasol considera un derroche que tanta comida en buen estado se desperdicie. “Me parece que es una pena que todos estos comestibles se tiren. Cuando me encuentro por la calle un céntimo, lo recojo. ¿Por qué tengo entonces que dejar tirados una torta de pan o una docena de huevos?”, explica. Gracias a la ayuda de los contenedores, puede arreglárselas para sobrevivir.

Principios políticos para ser un “container”

Para otros, en cambio, “containern” es una declaración política. Eso consideran sobre todo los jóvenes de la escena alternativa. Ellos no buscan en los contenedores por necesidad, sino que lo hacen con plena conciencia.

“Los jóvenes se ponen las sudaderas con capuchas del Che Guevara y se van a buscar en los contenedores un par de años”, explica Jörg Bergstedt, uno de los portavoces del movimiento. Desde hace quince años él y su compañero de lucha van regularmente a hacer “containern”. Ellos no pagan ni un céntimo por comestibles.

Para los “containers” es moralmente ilegítimo que los supermercados tiren esas cantidades de alimentos en buen estado mientras que en otras partes del mundo la gente muere de hambre. Para Jörg Bergstedt ser “containern” es poner el primer ladrillo para ser independiente de la jornada laboral y para tener suficiente tiempo para dedicarse a otras actividades políticas. Él no gasta dinero en comida, ni tampoco en el alquiler ni en billetes de tren. En lugar de eso, hace autostop a través de Alemania para participar en otras actividades políticas.

Marco legal

"En Alemania el movimiento es legal sólo bajo determinadas circunstancias”, declara el abogado coloniense Michael Biele-Bätje. “Quien invade un terreno, contra la voluntad de su propietario, puede ser sancionado. Cuando el local está abierto, entonces es legal y yo estoy de acuerdo en ello. Abrir contenedores cerrados para coger los alimentos es ilegal y puede conllevar una denuncia por robo”, explica el abogado.

Por lo pronto, los supermercados alemanes no bloquean o aíslan los contenedores con mamparas. Aunque la búsqueda de basura parece molestar a muchos, las grandes cadenas de comestibles alemanas REWE, Real y el grupo Tengelmann todavía no se han posicionado al respecto.

Autora: Christina Beyert /Ana Sánchez Granado

Editora: Claudia Herrera Pahl