Este siete de junio Bayer comprará la multinacional por 63 mil millones de dólares. Se trata de la adquisición extranjera más grande jamás realizada por una empresa alemana.
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Este lunes (04.06.2018) también se anunció que, tras la compra, desaparecerá el nombre de la marca de Monsanto.
Ya el domingo, la junta del gigante alemán de productos farmacéuticos y agrícolas había aprobado la venta de 74,6 millones de acciones, con miras a aumentar el efectivo para completar la prevista adquisición de la empresa estadounidense de semillas y fertilizantes Monsanto.
Los funcionarios de la compañía dijeron que esperan recaudar 6.000 millones de euros (7.000 millones de dólares). Se espera que las acciones se vendan a un precio de 81 euros.
Una adquisición polémica
Para conseguir la aprobación de Estados Unidos, Bayer se comprometió a desprenderse de ciertas divisiones de negocios por casi 9.000 millones de dólares, incluyendo por ejemplo el negocio propio de semillas.
Bayer anunció a mediados de septiembre de 2016 la adquisición de Monsanto. Las autoridades estadounidenses tenían reservas para autorizar la transacción y la consideraban ilegal debido al poder de mercado que tendría la mayor compañía integrada de semillas y pesticidas del mundo.
Para obtener finalmente la aprobación, Bayer tuvo que hacer el mayor acuerdo de compromiso que se haya alcanzado en Estados Unidos para una adquisición, según el Departamento de Justicia.
Ambientalistas critican "megafusión"
La Unión Europea había autorizado la compra a finales de marzo, pero bajo una serie de estrictas condiciones como la eliminación del solapamiento con Monsanto en los mercados de semillas y pesticidas, y desinvertir en la investigación global y el desarrollo de semillas y nuevas características.
La denominada "megafusión" no fue recibida con agrado por los ambientalistas y otras organizaciones, debido a las críticas que genera Monsanto por sus productos modificados genéticamente y por el uso del controvertido herbicida glifosato.
VT (ntv, Handelsblatt, dpa)
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Monsanto en India: el algodón de la muerte
En lugar de aportarles más beneficios, a los campesinos indios el algodón transgénico les trae enfermedades y muerte. Un reportaje de la región Vidarbha, en el Estado de Maharashtra.
Imagen: Isabell Zipfel
200.000 suicidios
Una mujer india dio a conocer esta foto de su esposo, que se suicidó en su campo de algodón tomando pesticidas. Desde comienzos del siglo XXI cometieron suicidio más de 200.000 campesinos en ese país, según informan organizaciones no gubernamentales.
Imagen: Isabell Zipfel
Solas en el sembradío
Las mujeres cuyos esposos se suicidan tienen que sacar adelante a sus familias solas. La mayoría de ellas tienen que continuar con el duro trabajo en los campos de algodón. Otras cultivan granos de soja como alternativa. En India el algodón se cultiva en pequeños sembradíos en forma manual, sin maquinarias.
Imagen: Isabell Zipfel
Algodón transgénico
En más del 90 por ciento de los cultivos en India se siembra algodón transgénico BT. El grupo Monsanto colocó genes de la bacteria Bacillus thurinngiensis (BT) para aumentar la resistencia de las plantas contra insectos. Las semillas son caras, pero prometen obtener mayores ganancias y ahorros en pesticidas.
Imagen: Isabell Zipfel
Monsanto domina el mercado
India es un inmenso mercado para Monsanto. El poderoso grupo cultiva allí 12 millones de hectáreas de algodón. Además de las caras semillas BT, también vende el pesticida Roundup, en las cercanías de la ciudad Wardha. Las semillas BT son resistentes al Roundup.
Imagen: Isabell Zipfel
Sin protección contra pesticidas
Las semillas BT desplazaron casi totalmente a las especies autóctonas en la región de Vidarbha, donde también se usa el herbicida Roundup. Aunque los pesticidas son muy tóxicos, los agricultores los aplican sin máscaras de protección. En ningún otro cultivo se usa tanta cantidad de pesticida como en el del algodón.
Imagen: Isabell Zipfel
Poca resistencia a la sequía
El algodón crece en suelos pobres en nutrientes, pero necesita mucha humedad. Algunas variantes del algodón BT no soportan bien la sequía. En Vidarbha no hay regadíos artificiales. La mayoría de los cultivos dependen de las lluvias monzónicas.
Imagen: Isabell Zipfel
Pérdidas para los agricultores
Los agricultores indios deben comprar las semillas BT de Monsanto todos los años. A eso se suman los gastos para combatir las plagas. Si la cosecha es magra, los campesinos se endeudan a menudo para afrontar los costos. Vandana Shiva, ganadora del Premio Nobel Alternativo, dice que esa es la razón por la cual muchos trabajadores del campo se suicidan.
Imagen: Isabell Zipfel
Cosecha escasa
Muchos agricultores de la región de Vidarbha se quejan de los altos costos y los bajos beneficios por cosechas escasas desde que usan las semillas BT de Monsanto. Además, la situación se complica porque faltan sistemas de riego artificiales. Pero hay estudios que también afirman que, en otras regiones de India, los trabajadores mejoraron sus ganancias.
Imagen: Isabell Zipfel
Vivienda y depósito
La viuda de un campesino indio que se quitó la vida guarda parte de la cosecha en su vivienda. Es una de las cerca de diez millones de personas que cultivan allí algodón. Un cuarto de la producción mundial de esa planta proviene de India, que es el segundo mayor productor, después de China y EE. UU.
Imagen: Isabell Zipfel
Sin esperanza
En Waifan y otras aldeas de la región de Vidarbha, la esperanza de los agricultores de que su situación mejorase gracias al cultivo de algodón transgénico no se hizo realidad. Aún se están estudiando los motivos de los suicidios, que algunos investigadores atribuyen al empleo de las semillas BT de Monsanto.