El campeón bávaro está lejos de sus años dorados en estos tiempos contemporáneos. En la pandemia, el equipo de Hansi Flick levantó el sextete sin apoyo de los hinchas en el estadio y con protocolos de bioseguridad a diestra y siniestra. En medio de la incertidumbre, el mismo Karl Heinz Rumennige propuso en el 2020 poner un límite a los salarios de los futbolistas. Los directivos querían evitar a toda costa escenarios absurdos como la quiebra.

Pasada la marea de las consecuencias económicas de la pandemia, que entre otras cosas dejó a equipos como el Bayern y el Dortmund con números rojos de hasta 50 millones de euros, el negocio volvió a despegar, y con ello las estrafalarias transferencias de pases de jugadores que rozan la locura y la usura.

¿Peligra el puesto del titán Kahn?

Con los actuales resultados, parece que Julian Nagelsmann sirvió como chivo expiatorio de la dirigencia para tapar otras deficiencias. Pero inesperadamente, el efecto de la bola de nieve se hizo tan grande, que ahora está a la vista de todos. Los medios alemanes apuntan a la dirigencia por el deterioro paulatino del rendimiento del equipo.

Oliver Kahn, gerente del Bayern Múnich, mientras busca y rebusca los síntomas que apuntan a la desconocida enfermedad que abruma a los bávaros, muchos le reprochan mala toma de decisiones. El ‘titán' ataja las críticas aclarando que su decisión se basaba en un objetivo a largo plazo, pero que al igual no es excusa quedar eliminados de la Champions League y de la Copa Alemana.

La leyenda viviente del Bayern Munich asumió desde el retiro de Karl Heinz Rummenige en el 2020, y hasta ahora ha contado con el apoyo del Consejo Superior. Sin embargo, ya tiene cita en las próximas semanas para rendir cuentas. Los medios alemanes ya especulan y apuntan nombres como el ex jefe de la DFL (Liga Alemana) Christian Seifer, como hombre ideal para asumir el cargo.

Tuchel y el rompecabezas bávaro

La apuesta de Kahn en el banquillo no ha dado resultado a corto plazo. Pero nadie pone en duda al nuevo entrenador. Tuchel, sin embargo, se ha dedicado a sacar a la luz las verdaderas falencias del multicampeón alemán.

En cada conferencia de prensa, el mismo argumento sale a relucir: "Nos falta energía. Nos complicamos la vida. Nos olvidamos de concretar el partido, hacer el siguiente gol. Falta más determinación y ser más consecuentes en la finalización de las jugadas”

En palabras de Thomas Müller, las cabezas están vacías. Por eso, el entrenador les dio tres días libres para despejar la mente, mientras que el D.T. aprovechó el tiempo para planear el golpe necesario que necesita el Bayern Múnich para quedarse con el campeonato. Si eso ayuda a que el imperio de Kahn se mantenga, eso lo dirá el tiempo.