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Bayreuth: 100 años de Wieland Wagner

Rick Fulker
27 de julio de 2017

Nike Wagner, hija del famoso director Wieland Wagner, dirige actualmente el Festival Beethoven de Bonn. En el centenario del nacimiento del director, Nike habla con DW sobre su vida y su trabajo

Wieland Wagner vor der Richard-Wagner-Büste
Imagen: Richard Wagner Museum Bayreuth

DW: Al contrario de la costumbre, el día antes de la inauguración del Festival de Bayreuth hubo actuaciones en las que se tocaron piezas que no eran de Wagner. Es casi como una ruptura. ¿Cómo sucedió?

Nike Wagner: Mis hermanos y yo diseñamos el programa. No fue un acto de resistencia contra las disposiciones de Bayreuth, sino un retrato de Wieland Wagner. Y él no solo interpretaba a Wagner, sino también a otros compositores. El programa tuvo que ser aprobado por la dirección del festival y la fundación Richard Wagner y, como sucesores de Wieland, nos alegró que no nos pusiesen barreras.

Sobre Wieland Wanger, el público tenía la percepción que era inseparable de su trabajo en dirección, gestión de festivales, arte… ¿Era también un hombre de familia?

Venía de una familia de cuatro miembros y la familia era para él algo positivo. Su relación con los niños era a la antigua usanza. Pero participaba, como se puede ver en las largas  cartas que escribía a sus hijos o los esfuerzos que hacía cuando iban creciendo. Hizo todo lo posible para promover la formación, pero también dejó libertad. Nosotros podíamos ver a papá cada día en el trabajo, escribiendo o dibujando, o también en el escenario o por la noche en los festivales. Wieland fue un padre que estuvo presente. Aunque más tarde cambió cuando comenzó a trabajar en diferentes escenarios. Los niños estábamos en internados y la noria del negocio de la música comenzó a girar rápidamente, con muchas obligaciones.

¿Tenía naturaleza de intérprete musical? ¿Hay que tener esa naturaleza para poder dirigir?

No tenía esa esa naturaleza de intérprete. Era más bien un hombre deprimido, estresado y taciturno, que podía también ser ingenioso, sarcástico, irónico y un orador brillante. Parecía una persona muy calmada hasta que estallaba en cólera. En eso se parecía a su hermano Wolfgang. Ahí se podía medir la carga de los primeros años cuando se reabrió el festival. Tenía a todos  en su contra. La prensa, la crítica, el público… A pesar de su polémica confianza en sí mismo ¿Quién le podía garantizar que estaba en el camino correcto en cuanto a su rumbo artístico?

Con las duras reacciones a sus puestas en escena tuvo que sentir miedo. ¿O no?

Sí. El rechazo era enorme. Hoy en día, todo lo que él tuvo que defender entonces nos parecería anticuado. Entonces siempre se trataba de la "fidelidad a la obra" y hoy nadie habla de eso. Pero antes todos estaban en contra: la asociaciones de Wagner, las sociedades de Wagner, el publico de Wagner… Y eso que él siempre fue fiel al espíritu de la obra.

También acarreaba lastres de su juventud…

Unos lastres enormes. Fue declarado heredero cuando era prácticamente un bebe. Sus principios artísticos fueron tradicionalistas y sus primeros intentos en la escenografía casi naturalistas. Su Parsifal de 1937 era casi retro, en comparación con los progresistas moderados de aquella época.

Escenografía de Wieland Wagner de Tristan e Isolda (1962)Imagen: Richard Wagner Museum Bayreuth

Como lastre de juventud también intervinieron las circunstancias políticas. En lugar de ver a Wieland Wagner en su contexto temporal, en una atmosfera nacionalista y en el círculo de los wagnerianos, la gente tiene un recuerdo horrible como un partidario de los nazis, favorecido por Hitler. Es cierto que el Hitler wagneriano también consideró a Wieland como el heredero de Bayreuth. Wieland tenía seis años cuando Hitler entró por primera vez en casa y le impresionó cómo su madre admiraba a ese "salvador de Alemania".

Cuando asumió la dirección del festival tras la guerra, él tenía poco más de 30 años. Utilizó esa oportunidad y se arriesgó con un nuevo y radical comienzo en cuanto a estética e ideología. Ahora es fácil decirlo, pero no lo era tanto cuando se trata de alguien que ha crecido influenciado por la vieja guardia de Bayreuth y entre las sombras nazis del festival.

Actualmente, su nuevo comienzo se considera un triunfo. ¿Terminó llegando a su destino?

Odiaba todas las formas de estancamiento artístico. Estaba obsesionado por el cambio y el desarrollo. Por eso inventó la consigna "Taller " en su nuevo Bayreuth. En su corta etapa como creador se caracterizó por un trabajo incansable. También su percepción el teatro, del gran vacío, la oscuridad y la abstracción de los primeros años encontraron posteriormente una plasticidad con potentes caracteres. En tales escenografías cambió también el ritual del movimiento que se usaba hasta entonces y lo sustituyó por una interpretación concisa. 

¿Qué ha quedado de Wieland Wagner en el festival de Bayreuth?

Su concepto de "taller" para el nuevo Bayreuth no es lo más adecuado para cultivar valores eternos. Pero a pesar de eso, el término fue mantenido por su hermano y continúa legitimando la experimentación con Richard Wagner. Por lo tanto, Wieland implantó un principio espiritual que, tres años después de su muerte, permitió que se invitase a otros directores extranjeros.

La cuestión del legado de Wieland es otra. En otros teatros de ópera se conservan libros, registros, modelos, decoración,… Pero no en Bayreuth. Lo que quedó allí de Wieland Wagner fue destruido o quemado, e incluso saqueado. Lo único que queda son un par de cajas de cartón con piezas de decoración. Por eso es tan difícil hacer una exposición sobre Wieland Wagner. Seguro que hay un par de partituras de piano, fotos, cartas, o modelos de disfraces, pero nada más. Dos de sus modelos de escenarios están expuestos en el museo Wahnfried. Pero esta destrucción de recuerdos tiene ciertas trazas neuróticas (familiares).

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