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Belfast: el avance de los extremistas

8 de enero de 2013

Belfast es nuevamente escenario de violentos incidentes, llegándose a disparar contra policías. Grupos probritánicos pequeños pero dispuestos a la violencia están frustrando los esfuerzos en pro de un futuro mejor.

Imagen: Reuters

"Irlanda del Norte 2012 – nuestro tiempo, nuestro lugar", rezó el lema de la gran campaña con la que la región quiso relanzarse el año pasado. Un nuevo centro para visitantes fue abierto con el objetivo de atraer a turistas de todo el mundo. Además se quiere mostrar a potenciales inversionistas que el proceso de paz es exitoso y que vale la pena volver a establecerse allí.

Pero con el comienzo del nuevo año los enfrentamientos callejeros en Belfast muestran la triste realidad: sigue habiendo grupos pequeños dispuestos a la violencia, que podrían frustrar todos los esfuerzos en pro de un futuro mejor.

La vida en el norte de la isla está marcada desde los años 60 por el conflicto entre los protestantes, que quieren continuar perteneciendo al Reino Unido, y los católicos, que aspiran a unirse con la República de Irlanda. El Acuerdo de Viernes Santo de 1998 trajo la paz, pero hasta hoy en algunas partes de Belfast se registran incidentes una y otra vez.

Unionistas protestan en Belfast contra la decisión de no izar más diariamente la bandera británica.Imagen: Reuters

El detonante de los nuevos disturbios fue la decisión de la administración de la ciudad de no izar más diariamente la bandera británica en la alcaldía, sino sólo para determinados feriados. El 3 de diciembre, apenas se había tomado la decisión, comenzaron los disturbios de los probritánicos.

La espiral de la violencia

La decisión fue tomada luego que partidos políticos unionistas, que apoyan la unión de Irlanda del Norte con Gran Bretaña, perdieran su mayoría en el Concejo en las elecciones de junio de 2012. “La composición de la población de Belfast ha cambiado. Ahora unionistas y nacionalistas están más emparejados”, dice Liam Clarke, editor política del diario Belfast Telegraph en entrevista con DW.

“Si bien los nacionalistas abogan por no izar más la bandera británica, aceptaron el compromiso de izarla menos frecuentemente”, agrega Clarke. Los unionistas llamaron a sus seguidores a protestar, pero “pronto la situación se les escapó de las manos a los políticos”.

“Miembros de la Ulster Volunterr Force (UVF) han sido vistos en medio de las protestas”, confirmó Clarke a DW, “y han sido lanzados cocktails molotov, lo que es característico de esa organización”. Tanto la UVF como el grupo Ulster Freedom Fighters, también nacionalista, terminaron las hostilidades en 2007. “Luego de firmada la paz, entregaron las armas. Pero algunas quedaron en manos de disidentes”, agrega Clarke.

Un patrón de acción

El desarrollo de los enfrentamientos sigue un determinado patrón. De las manifestaciones inicialmente pacíficas de probritánicos contra la retirada de su símbolo estalla la violencia.

"Las protestas son explotadas por algunos aprovechados", dice también el jefe policial Matt Baggott. También se suman grupos paramilitares y muchas veces los disturbios son iniciados por jóvenes a través de las redes sociales.

Bagott dio una conferencia de prensa este lunes, tras el fin de semana de violencia, con ojeras y una expresión desesperada: "Vi a gran cantidad de niños de 10, 11 o 14, 15 años, y sin ningún tipo de control por parte de los padres", dijo. "¡Destruyen su propio futuro!".

También Clarke ve grandes efectos negativos para Irlanda del Norte: “Sobre los incidentes se informa en Alemania, Estados Unidos y todo el mundo. Así no podemos impulsar el turismo. Y los potenciales inversionistas tampoco pueden pensar que esta es una región estable. Eso es lo más trágico de esta situación”.

Autor: Pablo Kummetz/Nina Haase
Editor: Emilia Rojas

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