"Una exposición audaz sobre una belleza invisibilizada": 12 retratos de mujeres descendientes de indígenas y con rasgos ancestrales en la lente de la fotógrafa Alejandra López.
Publicidad
Son simples fotos. Y, a la vez, son mucho más que eso. Son un grito contra el racismo, una protesta contra el modelo de belleza imperante: blanco, europeo y excluyente.
Se trata de la muestra fotográfica "Belleza marrón", realizada por la experimentada fotógrafa argentina Alejandra López, en colaboración con el colectivo antirracista "Identidad Marrón".
"Es una exposición audaz sobre una belleza invisibilizada", define la obra Ana Clara Moncada, integrante del colectivo y una de las mujeres retratadas. "Las personas descendientes de indígenas no somos asociadas al glamour o a la elegancia", critica.
"La representación en la industria gráfica y audiovisual limita a las personas con color de piel marrón y rasgos originarios a lugares de marginalidad, pobreza y exclusión", sostiene la activista en diálogo con DW.
"El canon de belleza imperante es la mujer delgada, blanca y joven", afirma en este sentido la autora del trabajo. "Y esto deja afuera al 99 por ciento de las mujeres y las diversidades", analiza López, entrevistada por DW.
Publicidad
Igual pero diferente
Y esto fue justamente lo que la motivó a dar a luz una muestra diferente, pero poniendo a disposición los medios habituales: "Trabajamos como en cualquier tapa de revista: reuniones previas de preproducción para definir paleta de colores, actitudes, estilismo. Y luego armamos largas sesiones en estudio con todo el equipo", detalla.
"No hubo casting. El único criterio era que fueran activistas antirracistas", revela. "No importaba la edad, el peso, absolutamente nada, porque creo firmemente que todas las personas pueden ser bellas, y que todo depende de cómo se las mire", asegura.
"El mensaje es que hay otras posibilidades de existencia", valora la activista Moncada. "Es un grito de presencia, de reivindicación, de orgullo", destaca.
"Es una denuncia sobre el racismo estructural, y un llamado a revisar los motivos por los cuales no somos tapas de revistas ni estamos en publicidades", agrega.
"Los medios, en un sentido amplio -revistas, diarios, televisión, películas-, hacen un borramiento de esta población, como si Argentina fuera una nación exclusivamente blanca y europea", indica López.
"Las personas marrones no aparecen en ningún lado. Y si aparecen, están asociadas a algo negativo: la marginalidad, el delito, el sufrimiento, la pobreza", describe.
La idea era "girar la cámara", condensa el objetivo del trabajo.
¿Por qué solo mujeres?
"Llevo años escuchando a las mujeres sufrir por su aspecto", comparte la profesional sobre su trabajo de décadas en los principales medios del país sudamericano.
"Todas las mujeres que fotografío hacen comentarios autodescalificadores en algún momento. "Justo esta semana engordé", "se me notan mucho las arrugas", "no tengo el pelo bien en estos días", ejemplifica sobre las frases que suele escuchar.
"Estamos acostumbradas a criticarnos por no encajar en el estereotipo, a no valorarnos", lamenta.
Contracorriente y por fuera de estereotipos, la exposición invita a ampliar la mirada, y poner en jaque prejuicios y violencias simbólicas. Todo, en algo más de una decena de fotos.
La muestra, luego de pasar con éxito por Centro Cultural Borges de Buenos Aires, y en su inicio del periplo latinoamericano, podrá verse de manera online en el Museo de las Mujeres de Costa Rica, a partir del 12 de este mes.
Otra belleza es posible: fotos contra el racismo
La fotógrafa Alejandra López retrató a mujeres "marrones", descendientes de indígenas, con rasgos ancestrales, usualmente ignoradas en los medios, para cuestionar el modelo de belleza imperante. En la foto: Belén Silva.
Imagen: Alejandra López
El color marrón como identidad política
“El marrón como identidad política fue una invención de nuestro colectivo”, explica Ana Clara Moncada (foto), del espacio "Identidad Marrón". Antes se reconocía “lo negro” y “la blanquitud”, así como a las comunidades originarias, pero para mencionar a quienes somos indígeno-descendientes, urbanos, profesionales o no, con vínculos ancestrales o no, no existía un término específico”, puntualiza.
Imagen: Alejandra López
La identidad como bandera
"Desde los primeros años se nos trasmite la idea del color blanco como preferible", cuestionan las activistas de "Identidad Marrón". Contra las "operaciones de blanqueamiento" simbólico, ellas toman el color como insignia. En la imagen: Mel Yaleva.
Imagen: Alejandra López
Contra estándares de belleza y estereotipos hegemónicos
¿Qué pasa cuando fotografiamos a las mujeres y diversidades marrones como sujetos de belleza, utilizando los mismos dispositivos que los medios tradicionales? ¿Podemos empezar a mirar por fuera de los estereotipos hegemónicos que consumimos cotidianamente?, se pregunta la fotógrafa Alejandra López en el texto de presentación de la muestra. En la imagen, Chana Mamani.
Imagen: Alejandra López
Lo blanco, en la cúspide de la jerarquía
"Lo blanco también incluye un estatus social, con elementos económicos, culturales y educativos. El proceso de jerarquización racial y social generó el concepto que indica que las formas y costumbres de la clase popular son 'cosas de negros', como sinónimo de ordinario y de mal gusto", explica Ana Clara Moncada. En la imagen: Dina Choquetarqui, también integrante de "Identidad Marrón".
Imagen: Alejandra López
Sobrerrepresentación de la blanquitud
"Existe una sobrerrepresentación de la blanquitud", sostiene Ana Clara Moncada. "En contraste con las mayorías marrones que habitan las cárceles o las villas", critica la experta. Modelo de la foto: Rebe López.
Imagen: Alejandra López
¿Racismo? ¿Qué racismo?
"Es muy difícil hablar de racismo en Argentina, porque se niega", lamenta Ana Clara Moncada, desde "Identidad Marrón". "Hay un largo camino por recorrer", sentencia. En la foto: Flora Nómada.
Imagen: Alejandra López
¿No hay peor ciego que el que no quiere ver?
"Lo más común es que las mujeres racializadas no estén en los medios", critica la autora de la muestra, Alejandra López. Pero, con su trabajo, puso un hito contra la habitual invisibilización de estas personas. En la foto: Sandra Hoyos.
Imagen: Alejandra López
En clave estética, un mensaje político
"Para mí era central que las retratadas fueran activistas, para que el hecho de posar fuera un acto político, un acto de militancia", explica Alejandra López sobre la selección de las modelos. En la foto: Sol Apaza.
Imagen: Alejandra López
Otras modelos, mismo dispositivo
"Apelamos a los dispositivos de los medios 'mainstream': hubo un estilista que trabajó conmigo, Jorge León, maquilladores, peinadores, e hicimos fotos en mi estudio, con todo lo que se usa para hacer una foto de tapa", cuenta Alejandra López sobre el proceso de creación. En esta imagen: la modelo-activista Elsa Yanaje.