Benedicto XVI exhorta a salvaguardar la paz en el mundo
23 de marzo de 2008El papa Benedicto XVI expresó en la misa del Domingo de Resurrección su profunda preocupación por el sufrimiento en África y llamó a la paz en las regiones conflictivas del mundo, entre ellas el Tíbet.
Ante decenas de miles de creyentes que soportaron una intensa lluvia y viento en la Plaza de San Pedro, el religioso de 80 años recordó a los católicos además la situación en Darfur y Somalia.
Benedicto XVI llamó a "pensar en el atormentado Cercano Oriente, sobre todo en Tierra Santa, en Irak y Líbano, y finalmente en el Tíbet". Para estas regiones el Papa dijo apoyar la búsqueda de soluciones "que protejan el bienestar y la paz".
El Pontífice contrapuso a las dolorosas "heridas de la humanidad" la solidaridad de todos los que, siguiendo las huellas de Jesús, "propagan a su alrededor un rayo de esperanza en los lugares donde hay conflictos sangrientos y en todas partes donde la dignidad del ser humano sigue siendo ignorada y herida". Justamente allí se tienen que multiplicar las muestras de moderación y entrega, destacó.
Resurrección hace 2.000 años
El Papa se refirió a aquellas personas que se comprometen activamente a favor de la Justicia y difunden a su alrededor "signos luminosos de esperanza" en los lugares ensangrentados por los conflictos y dondequiera que la dignidad humana "sea denigrada y vulnerada".
Además, expresó el anhelo de que precisamente sea en aquellos lugares donde "se multipliquen los testimonios de benignidad y de perdón".
En el comienzo del mensaje pascual, el Papa recordó que hoy se celebra en la tradición cristiana la resurrección de Jesús, y añadió: "Es nuestra esperanza. Esperanza verdadera para cada ser humano".
El Papa explicó que esta solemnidad "hace revivir la experiencia absoluta y única de la resurrección de Jesús, que es un llamamiento" a convertirse "al Amor" y una invitación a rechazar el odio y el egoísmo.
Así pidió a los fieles que se abran "con sincera confianza a Cristo resucitado, para que la fuerza renovadora del Misterio pascual se manifieste" en cada uno de ellos y "en todas las partes del mundo".
Fin de celebraciones de Pascuas
Durante la misa, el Papa llevó una túnica bordada en oro que utilizó Benedicto XV, cuyo pontificado de 1914 a 1922 estuvo marcado por la Primera Guerra Mundial, un conflicto en el que intentó mediar sin éxito.
Toda la ceremonia estuvo seguida por una fuerte lluvia, a la que el Papa se refirió en varias ocasiones y pidió que se considerase como un don de Dios para la tierra.
Decenas de miles de fieles llenaron la plaza de San Pedro del Vaticano, donde competían los colores de los paraguas con las flores que decoraban el lugar, regaladas como es tradicional por floricultores holandeses.
El punto culminante de la misa fue la bendición final «Urbi et Orbi» (a la ciudad y al mundo). Benedicto XVI la pronunció en 63 idiomas, entre ellos el español, el portugués, el árabe, el chino, el guaraní y el latín.
En español, el Papa deseó a los fieles "una buena y feliz fiesta de Pascua, con la paz y la alegría, la esperanza y el amor de Jesucristo resucitado".
El Papa alemán cumplirá 81 años el 16 de abril y el 19 se cumple el tercer año desde su elección.
Al final de las agotadoras jornadas de Semana Santa, Ratzinger parecía estar concentrado y más relajado. En la noche del sábado el Papa encabezó la Vigilia Pascual, que fue adelantada una hora debido a su larga duración, de varias horas.
El viernes, durante el Via Crucis, Benedicto XVI no llevó personalmente la cruz en las últimas tres estaciones como estaba previsto, sobre todo por el mal tiempo.