Berlín conmemora el 9 de noviembre, "un día muy alemán"
9 de noviembre de 2021
Berlín conmemora tres aniversarios el 9 de noviembre: la proclamación de la República de Weimar, en 1918; los pogromos nazis, en 1938; y la caída del Muro de Berlín, en 1989.
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"Debemos confrontarnos con esas fechas en todas sus contradicciones", afirmó el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, en un acto solemne y en presencia de los máximos representantes institucionales del país.
Junto a la canciller saliente, Angela Merkel, participaron en la ceremonia la presidenta del Bundestag (cámara baja del Parlamento), la socialdemócrata Bärbel Bas, así como el del Bundesrat (cámara alta), el izquierdista Bodo Ramelow, y el del Tribunal Constitucional, Stephan Harbarth.
"Es una fecha ambivalente para los alemanes, una fecha radiante y una fecha oscura", destacó Steinmeier. Un día en que "nos asoman las lágrimas" y en el que confluyen "la esperanza, ante lo mejor que le ha ocurrido a este país", pero también "sus abismos más oscuros".
"Un día muy alemán"
Es por todo ello que el 9 de noviembre es "un día muy alemán", reflexionó Steinmeier, desde el Palacio de Bellevue, la sede presidencial.
El segundo, el de 1938, es el de la llamada "Kristallnacht" o "Noche de los cristales rotos", la primera matanza organizada por los nazis contra los judíos. Ardieron entonces las sinagogas y comercios de todo el país y unos 30.000 judíos fueron detenidos y luego deportados.
Fue la noche "de la devastación", según relató la superviviente del Holocausto Margot Friedländer, quien estos días celebró sus cien años y a quien correspondió hoy evocar esa fecha en el acto oficial.
El tercer aniversario, el de la caída del Muro berlinés de 1989, representa la alegría del reencuentro entre ciudadanos y familias separados durante décadas por la llamada "Franja de la Muerte", construida por el régimen de la Alemania comunista.
Sin Muro
Ese día representa el fin de la traumática división ciudadana y nacional, al que siguió el proceso de reunificación política, social y económica impulsado por el entonces canciller, Helmut Kohl, y negociada con las potencias aliadas.
Se selló el 3 de octubre de 1990 con la entrada en vigor del Tratado de Unidad y la integración del territorio de la República Democrática Alemana (RDA) en la República Federal de Alemania (RFA).
La fecha adoptada como fiesta nacional de la Unidad es el 3 de octubre, pese a que la del 9 de noviembre tiene, para la memoria colectiva alemana, una carga emocional mucho mayor.
Se adoptó esa decisión dada la imposibilidad de instituir como día de festejos populares el aniversario de la caída del muro, ya que coincidía con la del horror de los primeros pogromos nazis.
rml (efe, Twitter)
La caída del Muro de Berlín, en cámara lenta
La caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, puso fin a 28 años de división de la ciudad. Robert Conrad fotografió su paulatina desaparición.
Imagen: Robert Conrad
Torre de vigilancia (abril de 1990)
Unas 300 torres de vigilancia, como esta de la Estación Norte, rodeaban Berlín occidental. Una de las pocas que se han conservado está en el memorial del Muro de Berlín, en la avenida Bernauer Straße.
Imagen: Robert Conrad
Potsdamer Platz (febrero de 1990)
Poco después de la caída del Muro de Berlín se levantó en la Plaza de Potsdam (Potsdamer Platz) un cruce provisorio de la frontera interalemana, donde se ejercieron solo controles esporádicos hasta que se llevó a cabo la unión monetaria de la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana (RDA), el 1 de julio de 1990. El 3 de octubre se consumó la reunificación de Alemania.
Imagen: Robert Conrad
Jardines junto al Muro (julio de 1990)
En el barrio berlinés de Neukölln, que en tiempos de la división de Berlín perteneció a la parte occidental, había un área de pequeños jardines y huertas (foto). Dado que la demolición de más de 150 kilómetros de muro tardó casi un año, en muchas partes la gente abrió huecos para pasar rápidamente al otro lado.
Imagen: Robert Conrad
Mensajes en el Muro (octubre de 1990)
Cuando el Muro de Berlín todavía era rigurosamente custodiado, solo había colorido en su lado occidental. Pero, tras la apertura, no tardaron mucho en aparecer escritos y rayados también en el lado oriental, como estos, en el extremo norte de la ciudad. "Qué bueno que estés de nuevo aquí", dice el mensaje de la derecha. Firma: tu vecino.
Imagen: Robert Conrad
Vivir junto a la "Franja de la muerte" (abril de 1990)
Junto a la línea del ferrocarril urbano, entre los distritos de Wedding (oeste) y Pankow (este), había una torre de vigilancia adosada al muro de un edificio habitacional. No era algo excepcional en la ciudad dividida. Algunos habitantes de Berlín oriental podían ver directamente desde sus ventanas la llamada "Franja de la muerte".
Imagen: Robert Conrad
Barreras contra los tanques (abril de 1990)
La zona de Zehlendorf, de Berlín occidental, la frontera interalemana había sido especialmente reforzada. Desde la torre de vigilancia, los soldados tenían una vista panorámica en todas las direcciones.
Imagen: Robert Conrad
Esqueleto del Muro (julio de 1990)
Así se vieron por bastante tiempo las zonas de la periferia de Berlín después de la caída del Muro. Durante meses, la gente pudo arrancar trocitos de cemento de planchas de concreto tiradas por ahí y columnas desnudas, y llevárselos de recuerdo. Entretanto hay que buscar mucho para descubrir restos del Muro.
Imagen: Robert Conrad
Estación Unter den Linden (febrero de 1990)
En Berlín había 16 estaciones "fantasma", en las que los trenes no se detenían. Soldados patrullaban en cambio sus andenes. La estación Unter den Linden (Bajo los tilos) fue rebautizada tras la caída del Muro. Le pusieron Puerta de Brandeburgo, porque allí se encuentra el emblemático monumento de la capital alemana.