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Berlín devorada por el fútbol

EFE30 de mayo de 2006

A los turistas que visitan Berlín ahora siempre se les interpone algún icono del Mundial ante la lente de la cámara.

El Globo del Fútbol: iconos del fútbol por doquier.Imagen: AP

Pocas posibilidades de llevarse la foto de siempre ante sus monumentos tienen actualmente los turistas: algún icono de patrocinadores u organización se le colará en la cámara, a modo de intruso junto a la imagen deseada.

La Puerta de Brandeburgo quedó como engullida detrás del gigantesco balón del Mundial, que casi sobrepasa la emblemática cuadriga que corona el monumento, por el lado este, mientras que en el oeste se ha colocado un escenario, antesala de la "milla del aficionado".

El balón, diseñado por el ideólogo cultural del mundial, André Heller, quedó hoy instalado ante el más visitado de los monumentos berlineses, erigido con sus 20 metros de alto y 60 toneladas de peso protagonista máximo de la plaza Pariserplatz.

La aspirina del Mundial

Cuadrillas de operarios trabajan contra reloj para la puesta a punta de la denominada "milla del aficionado", que partirá de la Puerta por la Avenida 17 de Junio, donde quedarán repartidos tenderetes de comida y bebidas, venta de artículos del Mundial, etc.

Junto al Reichstag, histórica sede del Parlamento, está emplazada ya desde hace semanas una también sobredimensionada aspirina, aportación de Bayer a las esculturas repartidas por toda la ciudad por los poderosos colosos industriales alemanes.

La gran explanada ante el edificio parlamentario ha recibido a su vez a otro visitante accidental: una réplica del Estadio Olímpico berlinés, hecha de andamios y graderíos envueltos entre una falsa fachada, donde se transmitirán en directo los partidos del Mundial, en pantallas gigantes.

El aire futbolístico

Será un regalo de compensación para quienes no tienen entrada, que podrán respirar ahí, por solo cinco euros, ambiente futbolístico y seguir los partidos en las pantallas, arropado por los logotipos de Adidas, Mastercard y otros grandes patrocinadores.

A un par de centenar de metros, otra réplica, la de la cúpula del Reichstag, brindará información sobre tareas parlamentarias y del gobierno, justo enfrente de otros recién inaugurados edificios institucionales.

La cancillería, el edificio más representativo del nuevo barrio gubernamental, quedó así encajonada entre la réplica del estadio, la de la cúpula y, encima, con un par de zapatos de fútbol -de Adidas- en una de las explanadas adyacentes.

El país de las ideas

Al menos, le tocó en suerte la única realmente futbolística entre las esculturas plantadas por la industria alemana para el programa "Land der Ideen" ("País de las ideas"), del que forma parte, entre otras, la aspirina y el Audimobil que se plantó ante la Puerta de Brandeburgo.

El Berlín de ayer y el hoy, el recuperado tras la caída del Muro y el construido tras el traslado de la capital desde Bonn, quedan eclipsados por la lluvia de ideas de patrocinadores y organizadores del Mundial, el más comercializado de la historia.

Se estima que, en ocasión del torneo, acudan a la capital alemana hasta un millón de visitantes, entre nacionales y extranjeros.

Para hacerse la fotografía de recuerdo tendrán que buscar ángulos complejos, a fin de esquivar ese mobiliario provisional, o relajarse y posar junto a ellos, como imagen de un Berlín irrepetible, más allá de este junio y julio del 2006.

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