Berlín es el paraíso de los ladrones de bicicletas. En promedio, cada 17 minutos una bicicleta es robada y apenas 3,9% de los casos son solucionados por la policía.
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No había pasado ni un año desde que había comprado mi primera bicicleta nueva en Berlín. En esa época no tenía mucho dinero, pero logré ahorrar alrededor de 500 euros para el modelo que pude comprar. No era de las más baratas, pero estaba lejos de ser una "maquina” de carrera. Mi bicicleta era simple, pero cumplía muy bien sus funciones: como transporte por la ciudad y para paseos de larga distancia.
Yo estaba satisfecha con su desempeño. Invertí también aproximadamente 50 euros en una cadena, porque ya había escuchado sobre los peligros de la ciudad para los ciclistas. Pero ese cuidado de nada sirvió. Estaba en Bonn cuando recibí la noticia de que mi bicicleta había sido robada dentro del jardín interior del edificio donde vivía. Se la llevaron en el silencio de la noche. Ni siquiera me dejaron la cadena.
Primero vino el sentimiento de rabia, pero después, con calma, activé el seguro. Sí, en Berlín tiene mucho sentido asegurar las bicicletas. Después de hacer el reporte policial en Internet, solo tuve que enviar una copia de este a la aseguradora. Pocos días después el seguro fue pagado y conseguí una nueva bicicleta. Después del robo pasé a dejar mi bicicleta en la calle, atada a un poste al frente del edificio. Así es más fácil que alguien se dé cuenta si están intentando robarla.
Mi caso no es la excepción en Berlín. Se estima que cada 17 minutos una bicicleta es robada en la capital alemana. Son cerca de 30 mil por año (según los casos registrados en la Policía). En 2017, el valor de las bicicletas robadas llegó a 1,6 millones de euros.
Este delito es muy popular porque hay mercado. En la ciudad hay varias ferias de pulgas donde bicicletas en buenas condiciones son vendidas, sin ninguna documentación, por apenas 50 euros. Quien compra bicicletas baratas de origen sospechoso también es culpable, porque financia ese negocio. Las leyes alemanas también castigan al receptor de objetos robados. En el caso que una persona con una bicicleta robada sea parada por la policía, esta será procesada y se le confiscará la bicicleta. Para el vendedor, la pena puede llegar a cinco años de prisión.
La policía de Berlín da consejos para evitar estos robos. Usar dos cadenas diferentes puede ayudar, porque generalmente los ladrones son especialistas en forzar solo un tipo de ellas. Es también importante registrar la bicicleta en la Policía. Para el registro es necesario presentar un comprobante de compra y un número que está grabado en el marco de la bicicleta. Además de asustar a los ladrones, puesto que el objeto robado puede ser identificado con mayor facilidad, el registro ayuda a localizar al dueño en caso que la bicicleta sea encontrada en algún lugar de Alemania.
Meses después del episodio, para mi sorpresa, recibí una carta de la Policía informando que la investigación sobre el robo estaba siendo cerrada por falta de resultados y que podría ser reabierta si surgían nuevas evidencias. Creo que la carta era solo una formalidad; después de todo, la policía ni siquiera vino a mi edificio para recoger posibles pistas o testimonios.
Las estadísticas muestran que apenas 3,9% de los robos de bicicletas son aclarados en la ciudad. En algunos de estos casos fueron los propios dueños los que avisaron a las autoridades después de ver un anuncio de venta de su bicicleta en Internet o de localizarla en algún mercado de pulgas.
(EMA)
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200 años de bicicleta: culto y curiosidades
Hace 200 años, el inventor Karl von Drais realizó su primer viaje de prueba en un rotor: así nació la bicicleta. Entre 1817 y 2017 tomó diferentes formas hasta llegar a ser como hoy la conocemos. Un recorrido en fotos.
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La primera bicicleta
El barón alemán Karl Freiherr von Drais en realidad era guardabosques y tenía un gran talento para la física y la matemática. Algunos de sus inventos fueron desarrollados más tarde, por ejemplo, el “coche sin caballos”, que más tarde se transformó en la vagoneta de ferrocarril. Su obra más importante fue la la primera bicicleta, también llamada “máquina andante", "draisiana" o "velocípedo".
Imagen: picture alliance / -/dpa
De la "draisina" al velocípedo
El francés Michaux creó en 1861 la primera bicicleta a manubrio, llamada “michaulina”. Su compatriota Lallement mejoró el concepto y la patentó bajo el nombre de “Velocípedo de Lallement”. Sin embargo, no era aún demasiado confortable. La tracción delantera la hacía pesada y se corría peligro de caer hacia adelante.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
La próxima generación: la bicicleta de rueda alta
En 1870, el británico James Starley inventó el siguiente hito en la historia de las dos ruedas: la bicicleta de rueda alta “Ariel”. Estaba convencido de que a través de la enorme rueda delantera se podría recorrer más rápidamente el camino. Pero era imposible subirse solo y era peligroso caer de semejante altura.
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El primer Tour de France
En 1890, la “máquina segura”, de James Starley, con tracción a cadena y ruedas de tela y caucho que inventó el inglés John Boyd Dunlop, desplazó a la bicicleta de rueda alta. El primer Tour de France se realizó el 1 de julio de 1903 con 60 ciclistas que pedalearon por Lyon, Marsella, Toulouse, Bordeaux y Nantes, hasta París. Luego de 2.428 kilómetros ganó el francés Maurice Garin (centro).
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Conservatoire du Patrimoine Sportif
Pedaleando entre escombros
Para hacer más soportable la triste vida entre las ruinas de la Segunda Guerra Mundial, había que usar mucho la inventiva. No había demasiados recursos en la Alemania de posguerra, pero los niños de Berlín sabían cómo divertirse con muy poco, como lo demuestran estas bicicletas armadas con restos encontrados entre los escombros.
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Tándem hacia otra dimensión
¿Por qué no de a cinco? En esta foto de 1895, los hijos del ingeniero Adam Opel, todos muy buenos ciclistas, hicieron popular la bicicleta en tándem Opel. En 1920, Opel era el mayor fabricante de bicicletas del mundo, además de ser el productor de autos más exitoso del mundo.
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La bicicleta más pesada del mundo
El inventor Frank Dose tuvo que mover esta mole de dos ruedas de 1.080 kilogramos a pulmón, marcando así un récord mundial. La idea surgió luego de un par de cervezas en el Festival Wacken de heavy metal. Con algo de chatarra y las ruedas de un tractor, logró armar esta bicicleta.
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Bicicleta de diseño
El diseñador alemán Dieter “Didi” Senft es conocido por sus creaciones de bicicletas únicas. Con sus modelos ya batió récords. Este modelo está compuesto por 111 rastrillos, mide cuatro metros de largo y dos metros de altura. ¡Y funciona!
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¿Y esto cómo se maneja?
El coleccionista Ulrich Teige es especialista en las bicicletas más curiosas. En su museo “Mundo del pedal” exhibe vehículos tan exóticos como los rikshas, las bicicletas de ruedas oscilantes o la de la foto: un tándem para dos personas que pueden viajar acostadas. Eso sí: solo si uno pedalea para adelante y el otro para atrás.
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Bicicletas de bambú
Las bicicletas de bambú son tan estables que con ellas se podría dar la vuelta al mundo. Karina y Tim Poser (foto) viajaron con ella desde Hamburgo hasta la metrópolis china de Chengdu. Estas bicicletas, construidas en el marco de proyectos sociales en Ghana y Alemania pueden recorrer 12.000 kilómetros sin sufrir averías.
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La "bicerveza"
Con restos de madera, una espita y un barril de cerveza, esta bicicleta cervecera puede acoger a hasta diez ciclistas. La barra de cerveza sobre ruedas tiene tradición en Alemania, pero no siempre tuvo buena reputación. Algunos ciclistas ebrios hacían de las suyas en la ciudad, sembrando el caos. El uso de esta bicicleta está prohibido hace tiempo en este país.
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Quintucicleta
Otro bello ejemplo de creatividad sobre ruedas: durante los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín, este ciclista convirtió su bicicleta en una “quintucicleta”, a la que armó especialmente en homenaje a los anillos olímpicos.
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La que se dobla
Antiguamente había bicicletas plegables. Hoy ya se doblan, y son tan livianas y pequeñas que se las puede llevar a donde sea. Son las favoritas de quienes tienen que viajar largos trayectos para trabajar, y caben perfectamente también en un ómnibus o en el tranvía. En Alemania, hay que pagar para transportar la bicicleta normal en un medio de transporte público. Pero no por esta bici.
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Las "Brompton"
La bicicleta “Brompton” es una clásica entre las plegables. Nació en Gran Bretaña, pero también se hizo famosa en Japón y EE. UU. Es el Mercedes entre las bicicletas que se doblan, y es más rápida de lo que parece. En Nueva York y Londres se realizan campeonatos todos los años.
Imagen: Imago/ZUMA Press
Declaración de amor
Esta pareja de recién casados en bicicleta es una declaración de amor a este vehículo que nos acompaña desde siempre, en las buenas y en las malas. Felices, se preparan para una luna de miel en dos ruedas. La bicicleta nunca pasa de moda.