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Berlín al tope de su capacidad de recibir refugiados

Sabine Kinkartz
21 de noviembre de 2022

Berlín es la ciudad preferida entre el más de un millón de ucranianos que buscan refugio en Alemania. Son cada vez más los que tienen que vivir en alojamientos masivos. Pero el deseo de ayudarlos sigue siendo grande.

En los mesones del aeropuerto Tegel de Berlín, que ya no opera como tal, se registra hoy a refugiados ucranianos.
Aeropuerto de Tegel en Berlín. Antes se despachaban vuelos, hoy se recibe a refugiados de Ucrania.Imagen: LISI NIESNER/REUTERS

En el antiguo aeropuerto de Tegel de Berlín se encuentra el principal centro de acogida para solicitantes de asilo y refugiados de guerra procedentes de Ucrania. "Tenemos 600 plazas para solicitantes de asilo y aquí, en el Terminal C, otras 1.600 plazas para ucranianos, pero ahora están ocupadas en su mayor parte", explica Detlef Cwojdzinski, de la Cruz Roja Alemana (DRK), que gestiona el centro de acogida inicial junto con otras organizaciones de ayuda. "La situación es difícil porque ahora también tenemos que alojar a la gente en grandes tiendas de campaña".

Dos de los refugios temporales para 400 personas cada uno se encuentran en la antigua pista de aterrizaje. Los generadores rugen y soplan aire caliente a través de gruesas mangueras en el interior de las tiendas blancas. En el interior, el espacio es aún más reducido que en la zona de estar del terminal, pero la disposición es la misma: tabiques blancos y grises delimitan nichos donde se sitúan literas dobles una al lado de la otra. "Por favor, no tome fotos", dice un miembro del personal de DRK. De todos modos, la gente apenas tiene privacidad.

Antención médica, traductores y mascotas

Las organizaciones de ayuda hacen mucho para facilitar la estancia de los refugiados en los alojamientos colectivos. Hay muchas personas de contacto, intérpretes, atención médica y psicológica, tres comidas al día, una tienda de ropa y cuidado de niños. "Cada día llegan aquí unos 40 perros, gatos y otros animales de compañía", dice Detlef Cwojdzinski, miembro del personal del DRK. "También nos ocupamos de ellos".

En realidad, la estancia en el centro de primera acogida debe limitarse de uno a tres días. Pero ahora son ocho días y más. En la actualidad, más de 3.000 refugiados de guerra y solicitantes de asilo esperan en los dos centros de llegada de Berlín a ser trasladados a alojamientos regulares. La tendencia es al alza.

La Oficina Estatal de Asuntos de los Refugiados (LAF) no está actualmente "en condiciones de cubrir el aumento extraordinariamente fuerte" de los solicitantes de asilo y la creciente llegada de refugiados ucranianos "a la velocidad necesaria", según una carta con la que la senadora de integración de Berlín, Katja Kipping, dio recientemente la voz de alarma.

10 mil plazas más

No hay "suficientes alojamientos". Por ello, como solución de emergencia, se van a crear 10.000 plazas adicionales en pabellones ligeros y más tiendas de campaña hasta finales de año. También en la pista de Tegel.

Berlín es una de las ciudades de Alemania donde un número especialmente elevado de refugiados de guerra busca amparo. Actualmente hay 85.000 inscritos. Sin embargo, la mayoría de los ucranianos son alojados de forma privada, solo 3.000 han registrado su necesidad de alojamiento en la Oficina Estatal de Asuntos de los Refugiados. La LAF está más que contenta con esto, aunque cada vez son más los refugiados que se presentan en los centros de acogida y que ya no quieren ser una carga para sus anfitriones particulares.

Anna Bobrakova y sus dos hijos fueron alojados por una familia durante meses. Los tres proceden del Donbás y huyeron a Kiev en 2014, cuando estalló la guerra allí. Ocho años más tarde, la guerra les alcanzó de nuevo y huyeron por segunda vez. En la estación central de Berlín, socorristas alemanes les ofrecieron quedarse en su casa por el momento.

Un apartamento es una "absoluta excepción"

Ahora la ucraniana vive con sus hijos en una habitación de hotel alquilada por el Estado de Berlín. Ahora sola, sigue necesitando ayuda con el idioma, en la vida cotidiana y las diligencias antes autoridades.

Encontrar un apartamento independiente es una absoluta excepción, dice Alexander Weber, que se ocupa de los refugiados en la iglesia de San Markus. "Esta es la única vivienda social que hemos podido organizar desde el estallido de la guerra". Weber ha sido ayudante desde el principio. Este editor científico de 37 años nació en la Unión Soviética y vive en Alemania desde 1990. Afirma que "como ruso nativo, me siento especialmente afectado y quiero demostrar que lo que cuenta el Kremlin no es cierto".

(jov/er)