Berlín retiraría tropas alemanas de la base turca Incirlik
25 de agosto de 2016
El Gobierno alemán planea retirar las tropas de la base turca Incirlik como reacción a la prohibición de Ankara a que los diputados alemanes puedan visitar a los soldados en Turquía como represalia.
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La represalia del Gobierno de Erdogan fue tomada después de que el Bundestag calificara de genocidio la masacre sufrida por los armenios en el Imperio otomano.
El Partido Socialdemócrata alemán (SPD), socio de la canciller Angela Merkel en el poder, reclamó por primera vez la retirada completa de los aviones de reconocimiento "Tornado" del Ejército alemán en Incirlik, según publicó hoy la revista alemana "Der Spiegel".
"Si no es posible visitar a los soldados entonces queda descartado prorrogar el mandato del Bundestag", afirmó a la publicación el experto en defensa del SPD Rainer Arnold. Arnold reclamó comenzar con los preparativos para retirar a los soldados de la base turca donde apoyan a la Coalición Internacional en su lucha contra la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
El Gobierno alemán debe buscar ahora otros lugares para los soldados alemanes", afirmó el socialdemócrata. El mandato del Bundestag para la misión vence en diciembre de 2016 y no se podrá prorrogar sin los votos del SPD en el Parlamento. De acuerdo con "Der Spiegel", se analiza la posibilidad de trasladar los "Tornados" y los aviones cisterna de Turquía a Jordania o Chipre y desde allí llevar a cabo sus misiones sobre Siria e Irak.
Las dos opciones tienen muchas desventajas e implicaría además que la misión deba interrumpirse al menos dos meses, informaron fuentes cercanas. Llevar a cabo la misión desde allí sería mucho más complicado y caro que desde Turquía.
Gobierno de Erdogan no permite visitas de parlamentarios a unidad alemana
Con esta posición del SPD se agrava aún más la disputa entre Alemania y Turquía, después de que Ankara prohibiera en verano un viaje del secretario de Estado de Defensa de Alemania, Ralf Brauksiepe, a la base turca, así como un viaje de medios de comunicación para visitar a las tropas. Como consecuencia el comité del Parlamento alemán de Defensa acordó viajar en septiembre a Turquía, un viaje que el primer ministro turco, Binali Yildirim, rechazó oficialmente la semana pasada en un encuentro con la prensa extranjera.
Las tensiones con Turquía, un país clave en la estrategia europea para resolver la crisis de refugiados, comenzaron a primeros de junio cuando el Parlamento en Berlín aprobó casi por unanimidad una resolución que considera genocidio la masacre sufrida por los armenios hace 100 años en el Imperio otomano. Tras esta resolución Turquía anunció sanciones contra Alemania.
JOV (dpa, spiegel)
La nueva Turquía
El 7 de agosto se organizaron concentraciones multitudinarias en ochenta ciudades turcas para condenar el fallido golpe contra el Gobierno; un punto y aparte en el proceso de exacerbación del culto en torno a Erdogan.
Imagen: DW/D. Cupolo
¡A la calle!
Durante la intentona golpista del 15 de julio, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó a sus simpatizantes a impedir que los militares derrocaran al partido gobernante, el AKP. El mandatario ha atribuido su permanencia en el poder a quienes salieron a apoyarlo en las calles, y, a lo largo de las últimas tres semanas, ha convocado a vigilias nocturnas para defender la democracia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Un aire de reivindicación
El 7 de agosto se organizaron las últimas concentraciones: dos millones de personas se manifestaron en Estambul y 10.000 en Ankara. En otras 78 ciudades, los seguidores del AKP –el primer partido de tendencia islamista en sobrevivir a un golpe– celebraron lo que a sus ojos es un triunfo sobre los cíclicos proyectos de derrocamiento y sobre una Constitución secular.
Imagen: DW/D. Cupolo
Optimismo de cara al futuro
En el discurso que ofreció en Estambul, el presidente prometió “reconstruir a Turquía desde cero”. Lale Alici (que no aparece en la imagen), una agente de bienes raíces asentada en Ankara, ha asistido a todas las concentraciones pro-Erdogan. A su juicio, “el desarrollo de Turquía se acelerará cuando culmine la purga oficial porque los infiltrados ya no serán una carga para el país”.
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“Seremos una potencia”
Atalay no aparece en la foto y no quiso dar su nombre completo a pesar de que su declaración no lo compromete a los ojos del Estado. Al contrario: “Erdogan le está diciendo al resto del mundo que estamos aquí y que seremos una potencia. Y aunque no le guste, tendrá que aceptarlo. El mundo va más allá del G7”, dijo el diseñador de interiores.
Imagen: DW/D. Cupolo
La exclusión del HDP
Aunque la concentración de Estambul fue descrita como un acto en defensa de la democracia, la participación del pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) fue prohibida. “Como kurdo, yo no puedo asistir a esas manifestaciones porque no me siento seguro”, señaló Havva Ozcan (quien no aparece en la foto), codirector de Tuhad-Fed, una organización que defiende los derechos de los presos.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Socialismo temporal”
Según Ozcan, las concentraciones pro-Erdogan recibieron respaldo integral del Gobierno, mientras que otras manifestaciones han sido prohibidas. Los seguidores del AKP tuvieron acceso gratuito a agua y alimentos. De hecho, para estimular las movilizaciones, también el sistema de transporte público ha sido gratuito en Ankara y Estambul. “Esta es una suerte de socialismo temporal”, sostiene Ozcan.
Imagen: DW/D. Cupolo
El auge de las redes sociales
Las redes sociales, bloqueadas durante las emergencias nacionales, han tenido un auge desde el golpe. La alocución de Erdogan via FaceTime fue memorable –y le fue políticamente útil–, pero ahora circulan hasta videos de Periscope que muestran episodios de violencia policial. Para la oposición, el Gobierno apenas tolera la actividad en las redes sociales porque le conviene en este instante.
Imagen: DW/D. Cupolo
Lo que está en juego...
La actividad comercial se ha reducido. Algunos bares en el centro de Ankara han tenido menos clientes desde que empezaron las concentraciones pro-Erdogan. “Los negocios han sufrido, desde luego. Pero lo que está en juego va más allá del dinero”, admite Can, propietario de una taberna en Kizilay. “Estas manifestaciones son un indicio de que pronto vendrán cosas peores”.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Un entrenamiento”
Algunos perciben las concentraciones como una manera de consolidar la base de apoyo del AKP. Mohammed, un refugiado sirio que fue testigo del último golpe en Egipto y ahora vive en Turquía, dijo creer que las manifestaciones pro-Erdogan eran “un entrenamiento” para sus seguidores y que el presidente no tardaría en pedirles que se organicen contra grupos que su Gobierno desaprueba.
Imagen: DW/D. Cupolo
Rebautizando espacios públicos
Desde la plaza Kizilay de Ankara (la foto la muestra después del golpe fallido) hasta el puente sobre el Bósforo en Estambul, lugares prominentes a todo lo largo y ancho de Turquía están siendo rebautizados para honrar a quienes perdieron la vida durante la intentona. Ahora, quienes crucen del lado europeo de Estambul hacia el lado asiático lo harán transitado el puente “Mártires del 15 de julio”.