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Berlín sueña con la moda

Susanne von Schenck/mb30 de enero de 2009

Berlín sueña a orillas del Spree con volver a ser una metrópoli de la moda. ¿Cuán lejos está esta ilusión de volverse realidad? La Fashion Week saca el tema.

La colección de JOOP! para invierno/otoño 2009 en la Fashion Week de BerlínImagen: AP

Berlín, la capital alemana sueña con entrar a la primera liga internacional de las metrópolis de la moda: París, Milán, Nueva York. Para ello, tres millones de euros invierte el ayuntamiento de la ciudad en diversas asociaciones, escuelas y eventos como la Fashion Week, que en su edición 2009 tiene lugar del 28 de enero al 1 de febrero.

Las modelos de JOOP!Imagen: AP

¿Que Berlín tenga su propia semana dedicada a la alta costura la convierte en una ciudad de la moda? Y, ¿la moda camina por las calles de Berlín? Al parecer no; no falta quien diga que la capital alemana alberga una cantidad increíble de personas mal peinadas y peor vestidas. Sin embargo, todos los años Berlín insiste en ser ciudad de la moda.

Una modelo de Strenesse BlueImagen: AP

¿Qué significa metrópoli de la moda?

Esto plantea un problema de definición, ante el cual alza los hombros Hermann Kohl, profesor de diseño en la Berliner Lette Verein, una de las nueve escuelas de moda de la capital. “Berlín era la Meca del diseño y del mercado de la moda en los años veinte y treinta del siglo XX. Pero luego vinieron los nazis, y todo cambió. En los años cincuenta y sesenta, aquí se concentró todo lo que a moda se refería. Debido al desarrollo de la historia alemana, Múnich y Dusseldorf le quitaron a Berlín buena parte del pastel”, cuenta Kohl.

En medio de los preparativos para los desfiles de moda de la Fashion Week, la directora del Lette, Martina Vogt, no está del todo de acuerdo con aquello de que Berlín sea ya una metrópoli de la moda. “Yo agradezco tanto las iniciativas del Senado como las privadas; todas ellas encauzan a la ciudad hacia su objetivo. Pero falta algún tiempo todavía para poder decir que sí, que Berlín ha vuelto a ser una metrópoli de la moda”.

En la calle no se nota

Las líneas que desarrollan los diseñadores en sus cabezas y talleres no llegan a las calles; éstas siguen el dictado de la comodidad y lo deportivo, de los tonos grisáceos. Bajo los anchos abrigos no se distinguen hombres de mujeres. Hay quien opina que es una imagen triste de la cual no se salvan ni Kürfürstendamm ni Friedrichstraße, los bulevares más refinados de la ciudad.

Creaciones Lac et Mel para 2009Imagen: picture-alliance/ dpa

Una pequeña encuesta a los paseantes de estas calles revela que, definitivamente, la gente no opina que en Berlín la moda se sienta en casa. Elegante o chic son cualidades que no se puede atribuir a la ropa que escogen los capitalinos; más bien de provinciana y descuidada la catalogan los entrevistados.

Retorcido, descuidado

Es que la misma élite de la costura de la ciudad a orillas del Spree opta por las hilachas, la ruptura, lo retorcido… y no se hace ningún favor. Esto sorprende a quien llegue a la capital alemana proveniente de alguna otra metrópoli. Se admiran de que en verano una empleada de banco vaya a trabajar en sandalias y camiseta; que en la recepciones se permitan suéteres anchos y zapatos deportivos. Aquí no cuenta aquello de que la vestimenta adecuada es una forma de respeto hacia los demás.

En la calle 17 de Junio se encuentra la escuela de diseño de la Universidad de Artes de Berlín. Algunos de sus estudiantes serán quienes determinen la moda en un futuro cercano. En los talleres, los jóvenes trabajan con tejidos coloridos, cortan y cosen. ¿Opinan ellos que Berlín es una ciudad de la moda?

Berlín no es Londres

La actriz Franziska Knuppe en show de Hugo BossImagen: AP

“Yo vivía antes en Londres. Ésa es una ciudad de la moda, salta a la vista. En East London la gente usa cosas totalmente locas. Aquí eso no se ve”, cuenta Marianne Siponmaa, de Finlandia. Según Valeska Schmidt-Thomsen, profesora de diseño, las metrópolis de la costura se van desarrollando históricamente… y Berlín es muy joven. Lentamente se va volviendo el centro de la moda juvenil, pero que en ella vivan dos puñados de diseñadores no la convierte en metrópoli. En su opinión, sería deseable que Berlín siguiera por ese camino, que se diera más a conocer. ¿Llegaría entonces a ser una metrópoli de la alta costura? A esa pregunta, Schmidt-Thomsen aún no sabría responder.

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