La autoproclamada capital mundial de la cultura baja el tono al pensar en modelos para el futuro de la cultura, tan golpeada por el coronavirus. Los políticos carecen de visión y ambición, critica Gero Schließ.
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El coronavirus está matando la cultura. Una tragedia que sufre la capital alemana como ninguna otra. Berlín, que se presenta a sí misma como la capital mundial de la cultura. La pandemia está socavando culturalmente a Berlín. El virus ha golpeado con especial fuerza a los clubes de música, la esencia de la marca que Berlín representa en todo el mundo y que atrae a miles y miles de personas, especialmente jóvenes, a la capital alemana cada año.
Pero también los teatros de ópera, las salas de conciertos, los teatros, las galerías y los museos, los innumerables pequeños escenarios y lugares de arte - todo ha quedado de repente vacío, abandonado, extinto. Y lo peor es que todavía se siente así hoy en día.
No hay perspectivas de la política
Y lo que es aún peor: incluso más de medio año después del estallido de la pandemia, la esfera política todavía no ofrece perspectivas sobre cómo el arte y la vida cultural podrían volver a ser viables en esta gran ciudad. Sobre cómo Berlín puede volver a ser lo que era: una Meca para la gente creativa y los artistas, para los amantes del arte, para la comunidad techno y los clubbers de todo el mundo.
Hay que reconocer que entre tanto algo está resurgiendo en la vida cultural. La Deutsche Oper está haciendo sus primeras funciones en su propio aparcamiento, la Filarmónica de Berlín está celebrando la apertura de la temporada con una sala ocupada solo en una cuarta parte, después de una larga pausa. Muchos teatros y museos están reactivando sus programas, así como están reabriendo escenarios más pequeños. Pero todo esto es solo un reflejo de tiempos anteriores, y a veces causa más tristeza que entusiasmo.
Y eso que Berlín cuenta con Klaus Lederer, un diligente secretario de cultura que al comienzo de la pandemia actuó ejemplarmente en Alemania. Fue el primero en lanzar un plan de ayuda temprana por 100 millones de euros para los artistas independientes y pequeñas empresas del sector cultural. Un programa que sigue vigente. Además de otras ayudas, las orquestas, bandas, cines y clubes independientes disponen de 30 millones de euros adicionales hasta noviembre.
No hay un plan para el futuro
Pero las ayudas para sobrevivir a la pandemia no garantizan ni pueden ser el futuro de la cultura. Lo que se echa mucho de menos en Berlín son los modelos a prueba de pandemias y los conceptos marco que le den a la cultura una perspectiva viable. Poco o nada se ha oído sobre esto de los políticos y los gestores culturales, como tampoco del omnipresente director general de música de Berlín, Daniel Barenboim, o de su colega Kirill Petrenko, de la Orquesta Filarmónica de Berlín.
Es difícil de creer que en esta ciudad tan amante de la cultura, el arte esté al final de la lista de prioridades cuando las cosas se ponen difíciles. Pero, ¿qué se supone que hay que hacer cuando los trenes, los aviones y los restaurantes hace tiempo que están "llenos" de nuevo, mientras que las orquestas, los teatros, los clubes, y con ellos miles de artistas, siguen sufriendo bajo severas restricciones que obligan a muchos a abandonar su profesión?
La imaginación, la ambición y la audacia son necesarias, como lo demostró recientemente el Festival de Salzburgo. Aunque todos los grandes festivales se cancelaron, los salzburgueses no se rindieron y diseñaron un sofisticado concepto de higiene. Cualquiera que estuviera presente en Salzburgo no podía escapar de la magia de esta libertad para las artes, ganada con tanto esfuerzo.
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En donde hay voluntad, hay fantasía
Ciertamente: las medidas antipandémicas de un festival de un mes no pueden ser transferidos sin más a salas de conciertos o teatros durante todo el año. ¿Pero quién dice que las formas tradicionales de trabajo no pueden ser cambiadas allí también y que la próxima temporada de teatro podría hacerse resistiendo al coronavirus?
Berlín necesita urgentemente un proyecto piloto innovador, un esfuerzo conjunto, de hecho una señal que indique el camino a seguir e inyecte valor hacia el futuro. "En donde la voluntad despierta, ahí ya casi se logrado algo", escribió Hugo von Hofmannsthal, compositor y fundador del festival de Salzburgo. Es de esperar que la capital alemana se despierte y haga lo propio. En cualquier caso, valdría la pena. Porque una cosa es segura: ¡Berlín, sabemos que lo puedes hacer mejor!
(jov/er)
Los más famosos clubes de música electrónica de Berlín
Berlín es la capital mundial del “techno”. Miles de turistas de todo el mundo pasan días y noches entre penumbras y juegos laser en “raves” de electro, techno o house. He aquí los mejores sitios.¡No aptos para familias!
Imagen: IOSONO GmbH
Tresor Club
En 1989, la caída del Muro de Berlín dió vida a una "cultura de las subculturas musicales" en la capital alemana. La reunificación también tuvo lugar en los clubes, como el Tresor. En sus salas y largos túneles se celebra con techno y extravangancia. El resurgimiento de Berlín como la metrópoli de las fiestas sería impensable sin el fin de la dictadura en el este del país.
Imagen: IOSONO GmbH
Berghain
Antes operaba aquí una planta de energía, hoy es uno de los “techno-clubs” más importantes del mundo. DJs como Ben Klock, André Galluzi, Marcel Dettmann, Tama Sumo o Norman Nodge ponen y mezclan aquí. Quien logre pasar a los malhumorados porteros puede vivir allí “la aventura de su vida”, si no cree tener que sacar energías de ciertas drogas, claro está.
Imagen: picture-alliance / schroewig
Watergate
A orillas del río Spree, a la altura del puente de Oberbaum, el Watergate es para gente exigente. Son dos plantas de puro electro, house y techno. El "Waterfloor" en el área inferior, sirve como embarcadero en el verano. No pocos esperan aquí la salida del sol.
Imagen: Imago Images/Travel-Stock-Image
Salon zur Wilden Renate
Ya sea en la sala de ajenjo o en el jardín, donde un barco cuelga de los árboles, el "Salón de Renata, la loca", es conocido por sus noches de salvajes fiestas. Los fines de de semana hay música electrónica para todos los oídos. Y a sus asiduos visitantes les gusta celebrar mucho y duro.
Imagen: Imago Images/M. Schwarz
://About Blank Club
A veces sucede que algunos invitados a la fiesta siguen haciendo cola el lunes por la mañana cuando los primeros ya están saliendo del local para ir directamente a sus oficinas de trabajo. Aquí se topan hipsters en jeans ajustados con "alternativos" de corte de pelo iroqués y chaqueta de tachuelas. Los "gorilas" del club hacen una implacable selección a la entrada. No. Los "://" no son un error.
Imagen: Juska Wendland
Golden Gate
"Si la música techno fuera un recurso natural, el Golden Gate sería la veta principal de oro", comenta un visitante. El club es frecuente objeto de cobertura nacional e internacional. Hay menciones en el New York Times y el británico The Guardian, que lo nombran como ejemplo de que a los berlineses todavía les gusta celebrar entre ruinas. La impresión no es muy traída de los cabellos.
Imagen: Juska Wendland
Ritter Butzke
Aquí no solo se escucha y se baila, sino que se canta y se declama. En Ritter Butzke tienen lugar eventos como "Bastard Poetry Slam", o "Escapada amorosa de una noche". En el Butzke hay otras muy buenas fiestas, como Monkee's Madness, Lila o Steyoyoke. Este club se encuentra en un antiguo complejo industrial. Su nombre Ritter Butzke proviene de la antigua fábrica de grifos "Aqua Butzke".
Imagen: Imago Images/M. Müller
Kater Blau
El Kater Blau, sobre el río Spree, es un punto de partida para los entusiastas del techno y amantes de los vestuarios coloridos, el confeti y el brillo. Este es el epicentro de los "techno hippies" a los que les asustan algunas figuras depresivas que van a otros clubes. La simpática "gorila" que decide si entras o te devuelves a casa, te seleccionará como invitado entre más colores lleves encima.
Imagen: Imago Images/PEMAX
Suicide Circus Club
"Feiner Electro, feine Bude", dicen algunos visitantes encantados de este lugar y su música, resaltando que es uno de los clubes a los que se entra sin haber sufrido un ataque de nervios por el pánico que causan algunos vigilantes en las puertas, más conocidos como "gorilas de discoteca". A propósito, no está demás recordar que el nombre del local no hay que tomárselo al pie de la letra.
Imagen: Getty Images/AFP/J. McDougall
Club der Visionaere
La vista de paisaje romántico engaña. Aquí no se escuchan canciones en donde se jura amor eterno, sino la mejor música electrónica de América Latina que ha llegado a Berlín, en persona del DJ y productor chileno Felipe Valenzuela, así como de Argenis Brito. El local se incendió recientemente y ya ha reabierto sus puertas. ¡No necesitará escafandra de bombero para festejar!
Imagen: picture-alliance/Global Travel Images
Rooftop
Coronando la Alexanderplaz, el Rooftop, la terraza del antiguo House of Weekend, ofrece música con la mejor panorámica de la capital alemana. Allí se pone hip hop, R&B, Back to the 90s, fiesta latina y electro. Aquí han celebrado Lenny Kravitz, Beth Ditto, Joop y hasta George Clooney. Cuenta con "Surround Soundsystem, 26 altavoces y una consola de DJ. ¡Qué vista! Autor: José Ospina-Valencia