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Berlín-Varsovia: interferencias en la comunicación

Mirra Banchón16 de marzo de 2007

Mucho y muy delicado hay en la agenda del viaje de la canciller alemana a Polonia. El sistema antimisiles y la OTAN; el gasoducto germano-ruso; la Constitución Europea. Y algunos puntos neurálgicos del pasado común.

La canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, en Berlín, octubre 2006Imagen: AP

Del viaje a Polonia de la canciller alemana, Angela Merkel, se espera una atenuación de las tensiones existentes entre estos dos vecinos. Aparte de que su historia común está marcada por trágicos conflictos, sucesos recientes han vuelto las relaciones casi delicadas, "como si no hubiese habido décadas de esfuerzos por la reconciliación, la genuflexión de Willie Brandt y otras señales", como las describe el Neue Osnabrücker Zeitung. Según declaraciones de diplomáticos polacos, entre Berlín y Varsovia existen por el momento "interferencias en la comunicación".

Agenda a tratar

Los asuntos a tratar no dejan fuera ningún punto candente. En la agenda se encuentra el sistema antimisiles que Estados Unidos pretende estacionar en Polonia y Chequia y la política energética y el gasoducto por el Báltico.También se tocará el doloroso asunto de la propuesta alemana de crear un Centro Histórico en homenaje a toda la población que fue desplazada forzosamente de los territorios del este después de la Segunda Guerra Mundial y se sondeará la postura polaca con respecto a la Constitución Europea. Avanzar en este último asunto es una de las tareas que Berlín se autoimpuso para su semestre de presidencia de la Unión Europea.

Sistema antimisiles

La actuación independiente de Varsovia frente a los planes estadounidenses de ampliar su sistema antimisiles en Europa no goza de simpatía entre los otros miembros de la OTAN. Previo a la visita, la canciller alemana dejó clara su postura: Alemania preferiría encontrar una solución en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y en un diálogo abierto con Rusia; la bilateralidad no cabe en un asunto que atañe a Europa entera. Por su parte, el secretario general de la OTAN afirmó que el propuesto sistema de defensa antimisiles estadounidense podría dividir a la alianza, una opinión que es compartida por varios gobiernos europeos para quienes la cohesión en seguridad es el principio de la alianza.

El problema del gasoducto

En cuanto al gasoducto en el Báltico, el gobierno polaco protesta fuertemente contra el proyecto, en vista de que la construcción unirá Rusia con Alemania a través del mar sin pasar por Polonia. El primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, explica su postura como un afán de evitar una situación en la que se le pueda cerrar el grifo del gas. La canciller Merkel, por su parte, deja abierta la posibilidad de una conexión al gasoducto. Merkel además aboga por una política energética común a nivel de la Unión Europea.

¿El mejor momento?

En resumen, los temas son delicados y de peso, y el tratarlos requiere de un tacto, del cual -a juzgar por la buena resonancia que han tenido sus encuentros a nivel internacional- no le falta a la canciller alemana. En éste -su segundo viaje a Polonia desde que asumió el mando en noviembre de 2005- se trata también de acercarse personalmente a los líderes polacos. Por ello se encontrará con el primer ministro Jaroslav y cenará en una isla del Báltico con el presidente Lech Kazczynski.

El momento sensible en que tiene lugar la visita, es el mejor, según el editorialista del Rzecspospolita, pues precisamente debido a todo lo que hay por solucionar "ofrece la gran oportunidad de tematizar asuntos dolorosos del pasado común".

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