Berlín y el extravío del embajador de EE. UU.
4 de junio de 2018La mesura y la cordialidad son rasgos indispensables para la labor diplomática, sobre todo cuando el embajador de un Estado acaba de asumir su cargo en otro. Inmiscuirse en las rencillas de los partidos en el país de acogida es un tabú, por ejemplo. Pero el nuevo representante de Estados Unidos en Alemania parece haber malinterpretado sus funciones: cuatro semanas después de llegar a Berlín, Richard Grenell caldeó los ánimos con declaraciones ofrecidas al sitio web ultraderechista Breitbart. Sin ambages, Grenell abogó por un golpe de timón conservador en Europa, manifestando la intención de involucrarse activamente en la política continental.
"Yo quiero respaldar a otros conservadores en Europa, a otros líderes”, dijo Grenell. A sus ojos, la encarnación de ese giro hacia la derecha en el bloque comunitario es el canciller austríaco, Sebastian Kurz, quien ganó las elecciones parlamentarias de su país al frente del Partido Popular Austríaco (ÖVP) en octubre de 2017 y armó un Gobierno de coalición con la ayuda del populista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ). "Yo creo que él es una estrella de rock”, señaló Grenell al describir a Kurz, quien es uno de los críticos más severos de la mandataria alemana, Angela Merkel, y su política migratoria. La reacción a sus declaraciones no se hizo esperar.
Las funciones de Grenell
Rolf Mützenich, vocero del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en materia de relaciones exteriores, arguyó en entrevista con DW: "Al parecer, el embajador estadounidense se percibe a sí mismo como la extensión de un movimiento conservador internacional y no como el funcionario que, en representación de su país, debe mejorar y proteger las relaciones políticas, económicas y culturales bilaterales”. Por su parte, el democristiano Peter Beyer, encargado de coordinar los nexos transatlánticos del Gobierno alemán, le pidió a Grenell que se encontraran el 6 de junio para conversar sobre lo que significa ser conservador.
Grenell defiende la tesis de que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca envalentonó a individuos y a comunidades enteras, persuadiéndolas de no aceptar que la "élite política” definiera candidaturas y ganadores antes de que se celebraran elecciones. Otrora asesor de Relaciones Públicas, Grenell es considerado un conservador de línea dura; fue también uno de los primeros y más influyentes impulsores de la política exterior de Trump. "Por respeto al cargo”, John Kornblum, exembajador de Estados Unidos en Alemania, se rehusó a comentar las palabras de Grenell al ser consultado por DW.
Cómo piensa un diplomático
A Josef Janning, analista político del Consejo Europeo para las Relaciones Exteriores, con sede en Berlín, no le sorprendió en absoluto el faux pas de Grenell. "La estrategia de negociación más usual es el maltrato de los socios”, esgrime Janning. A su juicio, el nuevo embajador no quiere ni puede alcanzar un entendimiento. De ahí que Janning le recomiende a la clase política alemana no tomarse tan en serio sus provocaciones. La experta en relaciones exteriores de Los Verdes, Franziska Brantner, disiente: ignorar el trato ofensivo no puede ser la respuesta al empeño de Trump en destruir la alianza transatlántica y a la Unión Europea desde dentro.
Brantner propone hacerle frente porque "fortalecer a los conservadores y a los ‘antisistema' en Europa es una pieza más en la agenda aislacionista del presidente Trump”. Udo von Massenbach, presidente de la asociación American-German Business Club Berlin, dice no comprender la conmoción causada por las declaraciones de Grenell; al contrario, él celebra la claridad con que habla el diplomático porque ella permite saber a ciencia cierta cómo piensa. "Yo no sabía cómo pensaba su predecesor”, enfatiza Von Massenbach en entrevista con DW. En todo caso, Grenell ha sido invitado a conversar en el Ministerio Alemán de Exteriores este 6 de junio.
Richard Fuchs (ERC)