Bernd, el pan, liberado de un largo secuestro
2 de febrero de 2009El pobre pan debe seguir con el miedo metido en la miga. Dos semanas estuvo encerrado en el sótano de un cuartel abandonado, secuestrado por un grupo de extrema izquierda, hasta que unos jóvenes lo encontraron e informaron a la policía de su paradero.
Desde el domingo, Erfurt ha recuperado a uno de sus ciudadanos más emblemáticos. La comunidad recibió al pan entre gritos de júbilo y los niños vuelven a dormir tranquilos: su ídolo televisivo está sano y salvo.
Contra un pan inocente y pacífico
El 21 de enero de 2009, como cada día desde que fuera concebido, Bernd se encontraba en una plaza colindante al ayuntamiento de Erfurt, en el centro de Alemania. Pese a sus casi dos metros de altura y sus 125 kilos de peso, Bernd no pudo imponerse en el probable forcejeo con sus captores. Sus brazos son demasiado cortos. Sus ojos sólo miran al frente. Y Bernd es de un plástico poco flexible, además de un pan pacífico.
Pronto apareció un vídeo en el que se daban a conocer los autores del macabro acto: un grupo de extrema izquierda que decía actuar en solidaridad con el movimiento “okupa” de la ciudad. Los jóvenes que desde 2001 habitan el edificio abandonado de la antigua fábrica Topf & Söhne aseguran no tener nada que ver con el secuestro. Bernd nunca estuvo en su poder. Seguramente se trató de una acción perpetrada por simpatizantes.
“Me parece que un secuestro, aunque sea sólo el de pan, es el camino equivocado para alcanzar objetivos políticos”, declaraba en su día el dibujante de Bernd, Thomas Krappweis, al diario Süddeutschezeitung. “Además”, añadía Krappweis, “el pobre muchacho ya ha sufrido bastante: ha sido garabateado, volcado… y ¡ahora esto!”. Mientras tanto, la policía reconocía no tener “ninguna pista” sobre su paradero.
Bernd ya está en casa
Por fin, el pasado domingo acabó el suplicio de Bernd. Unos chicos dieron con el escondite en el que lo mantenían preso y alertaron a los agentes. Bernd, el pan, vuelve a su plaza. Y, aunque en su ausencia los episodios de Bernd, das Brot siguieron emitiéndose en televisión, los niños notaron su falta. Podían verlo como dibujo, pero la desaparecida estatua de plástico dejaba un hueco en Erfurt.
Miles de cartas y llamadas telefónicas han llegado durante estas dos semanas a la redacción de la cadena infantil Ki.Ka, mostrando compasión con Bernd. Algunas escuelas amenazaron con declararse en huelga si el pan no regresaba a su lugar; otras se preparaban para recaudar fondos que financiasen su búsqueda.
Pero nada de eso ha sido necesario. En Ki.Ka, en Erfurt y en los cuartos de los más pequeños se respira alivio: Bernd ya está en casa.