George W. Bush aún lleva la delantera en las encuestas en lo que respecta a la lucha contra el terrorismo. De ahí que el mensaje del jefe de Al Qaeda, en un video difundido a sólo 4 días de las elecciones presidenciales estadounidenses, sea interpretado en principio como un espaldarazo para el candidato a la reelección. Porque sus palabras y amenazas indirectas de nuevos atentados vuelven a despertar el recuerdo del 11 de septiembre del 2001 y el temor a la propia vulnerabilidad.

Los objetivos de Bin Laden

No sorprendería que Osama Bin Laden viera con buenos ojos una prolongación del mandato del actual inquilino de la Casa Blanca. Al fin y al cabo, si hay algo en lo que partidarios y detractores de Bush coinciden, es en que su figura polariza. Y nada conviene más a los fines del terrorismo que una opinión pública dividida, a nivel estadounidense y mundial. Por otra parte, cuanto más visceral sea la política de Washington, más fácil resulta para Al Qaeda reclutar adeptos en el mundo islámico.

No obstante, una segunda lectura permitiría sacar conclusiones diferentes. Según el análisis de Der Spiegel, el video de Bin Laden apunta a mostrar dos cosas los fundamentalistas islámicos del mundo entero: que está vivo y que habla cuando le da la gana. Un mensaje que no conviene precisamente a Bush, ya que deja en claro que su política dista de haber reportado mayor seguridad a Estados Unidos. Para el candidato demócrata, John Kerry, se confirma en cambio uno de los principales argumentos de su campaña electoral: el actual gobierno desvió la atención del verdadero enemigo principal.

La campaña de Michael Moore

Pero, en medio del fragor de la batalla final por los votos, nada asegura que se imponga una segunda lectura de los acontecimientos. Así, la cuenta regresiva continúa, y cada bando quema sus últimas municiones y videos. Los partidarios de Kerry cuentan, para ello, con las municiones de grueso calibre que ofrece el cineasta Michael Moore en su documental Fahrenheit 9/11.

Para disgusto de los republicanos, Moore está empeñado en que todos puedan ver antes de los comicios su material fílmico contra Bush. Co ese fin está dispuesto a renunciar a una posible nominación para el Oscar, adelantando el plazo para su exhibición por televisión. El público alemán podrá ver el 1 de noviembre, por un canal privado, esta película que recién se estrenó en los cines germanos el pasado mes de julio. También los usuarios de internet tendrán la oportunidad de bajarla el lunes de la red, en la página web CinemaNow, por algo menos de 10 dólares.