El alza constante en los precios del petróleo y el agotamiento de las energías no renovables -en un horizonte cada vez menos lejano- siembran serias dudas acerca del futuro de los combustibles tradicionales. Es por ello que cada vez suenan con más fuerza las voces que reclaman un mayor protagonismo para los carburantes biológicos, procedentes de las materias primas renovables. Al carácter sostenible de estos combustibles hay que añadir que no son contaminantes.

Para demostrar al mundo la eficacia y competitividad de los carburantes ecológicos, una expedición alemana recorre estos días la famosa carretera Panamericana, la más larga del mundo con 25.000 kilómetros desde Alaska hasta la Tierra del Fuego. La caravana tiene previsto realizar el trayecto en menos de 15 días a bordo de tres vehículos impulsados exclusivamente por combustible biodiesel. Para llevar a cabo la misión, nueve pilotos conducirán día y noche en turnos de cinco horas.

El recorrido

La ruta discurre entre Alaska y Argentina. A lo largo de dos semanas, la caravana atravesará catorce países hasta llegar a la ciudad más austral del continente americano: Ushuaia, en la Tierra del Fuego. Los tramos de la Panamericana de Alaska, Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina serán testigos de la larga travesía.

Los creadores y directores del proyecto, que cuenta con el apoyo académico de la Universidad Internacional de Ciencias Aplicadas de Bad Honnef-Bonn, son Matthias Jeschke y Jörg Sand. Ambos cuentan con una gran experiencia en la disputa de rallyes internacionales, así como en mecánica de automóviles. Antes del inicio de la expedición, Jeschke y Sand realizaron un viaje preparatorio por la Panamericana que duró 60 días.

Combustibles biológicos

El consumo total de combustible necesario para recorrer los 25.000 kilómetros de la Panamericana se eleva a unos 11.000 litros de biodiesel. El biodiesel es solamente uno de los carburantes alternativos que forman el abanico de combustibles biológicos, elaborados a partir de materias primas renovables. En concreto, el biodiesel se produce a partir de todas las plantas oleaginosas. En síntesis, es aceite vegetal con etanol añadido.

Las diferencias en cuanto a consumo y potencia son pequeñas respecto a los tradicionales combustibles fósiles. En cambio, la emisión de gases sí que es considerablemente menor en el caso del biodiesel: un 56% menos de polvo fino, un 40% menos de hidrocarburos, un 100% menos de bencenos y un 100% menos de azufre. Además, se ahorra lubricantes y no libera CO2 adicional.