En el séptimo capítulo de esta bitácora amazónica, los periodistas de DW entrevistan al chamán de la comunidad y prueban uno de los remedios ancestrales.
Los uchunya expresan la importancia que tienen para ellos sus tierras ancestrales y su laguna diciendo que son su "mercado". De ahí sacan todo lo que necesitan para vivir: caza, pesca, fruta, madera... y medicinas. Es también su "farmacia". Hoy el sabio del poblado, Manuel Silvano, padre del jefe de la comunidad y uno de los fundadores del asentamiento, nos lleva a ver dónde tiene cultivada la ayahuasca, una planta trepadora que contiene un potente alucinógeno.
Ayahuasca significa en quechua "cuerda de los espíritus" o "liana de los cielos" y sirve para designar tanto la planta como la bebida que se extrae de ella. En shipibo a esta la llaman nishi cobin, algo así como "bebida de los sabios". Manuel nos muestra la planta: "es para curar a los enfermos". Aunque advierte que hay que tomarla con una dieta especial. "Si no tu cara se pone amarilla", nos dice… "Primero se vuelve todo negro, luego te vienen visiones, culebras… te quiere [la ayahuasca] hacer gritar, te quiere hacer alocar". ¿Y para curar qué enfermedades se usa? Pues dolor de cabeza, dolor de tripa, gripe… Incluso como anticonceptivo se utiliza.
Conocimientos sobre la ayahuasca, 'Patrimonio cultural del Perú'
En abril de 2008, se declaró 'Patrimonio cultural de la Nación' a los conocimientos y usos tradicionales de la ayahuasca practicados por las comunidades nativas amazónicas, como garantía de continuidad cultural", destacando que "constituye uno de los pilares fundamentales de la identidad de los pueblos amazónicos, y que su uso ancestral en los rituales tradicionales, garantizando continuidad cultural, está vinculado a las virtudes terapéuticas de la planta".
Videoblog: La importancia del plátano para los uchunya
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Está considerada una planta maestra "que enseña a los iniciados los fundamentos mismos del mundo y sus componentes" y supone una "entrada al mundo espiritual y a sus secretos", según el documento oficial del Instituto Nacional de Cultura. Que, aclara, "busca la protección del uso tradicional y del carácter sagrado del ritual de ayahuasca, diferenciándolo de los usos occidentales descontextualizados, consumistas y con propósitos comerciales".
Remedio "para cuando uno es haragán"
Como Manuel ya no prepara ayahuasca y nos advierte de los peligros de tomarla sin control, nos quedaremos sin probarla, aunque un amigo aficionado al esoterismo me cuenta los efectos: efectivamente se ven vívidas alucinaciones. Pero son alucinaciones cargadas de significado para el que las experimenta. De ahí que confirme su poder curativo, a nivel psicológico y físico. "Al día siguiente, aunque no hayas dormido nada, te sientes descansado y con la mente al cien por cien", me explica.
Un rato después estamos entrevistando a varios niños de la comunidad cuando nos interrumpen abruptamente: "¡Vamos, vamos, le están dando remedio!". Remedio llaman aquí a toda medicina natural. Una abuela está tratando de meter por la nariz a su nieta con una cucharilla el extracto de unas raíces exprimidas con la mano. La niña patalea y trata de zafarse. "¿Para qué es este 'remedio'?", le preguntamos. "Para la gripe… y para cuando alguien es haragán, cuando se porta mal".
Amazonía Uchunya: un especial multimedia de DW
Tras el shock inicial, pienso que en Occidente se les dan anfetaminas a los niños con déficit de atención. La niña finalmente aspira el preparado por la nariz. Y, tras ella, todos los presentes, por turnos. "Ahora tú", me dicen los niños empujándome. ¿Los efectos? Primero picor, luego las fosas nasales se despejan completamente. Ligera taquicardia, repentino calor. Sin duda, es un potente estimulante. Desde luego, disipa cualquier atisbo de pereza. Si hubiera tenido gripe, me la hubiera quitado también. O al menos los síntomas.
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Gastronomía uchunya, una importante tradición culinaria
La cocina peruana está siendo cada vez más reconocida como una de las tradiciones culinarias más destacadas del mundo. ¿Tiene la forma tradicional indígena de cocinar de los shipibo del Ucayali algo que ver en esto?
Imagen: DW/E. A. Lazo
Variedad de frutas
Empecemos por el postre... El mango, como el que se está comiendo esta niña (así, sin siquiera pelarlo), es solo una de la gran variedad de frutas que crecen y se cultivan en torno a Santa Clara de Uchunya. Entre ellas, la sidra, que es un tipo de cítrico, la naranja, el limón dulce, el panapén y el coco.
Imagen: DW/L. G. Casas
Fruto del cacao
Todo el mundo conoce el chocolate en Europa. Pocos, sin embargo, han probado el fruto del cacao. El sabor es parecido a la chirimoya y, como en esta fruta, se chupa la pulpa y se desechan las semillas. Esas semillas, machacadas sobre una piedra caliente, sueltan la grasa que conocemos como chocolate y que ya los mayas extraían: cacao significaba en su idioma "alimento de los dioses".
Imagen: DW/L. G. Casas
Parecida al cacao
Esta fruta es similar al cacao. Las semillas, sin embargo, en lugar de guardarse para la siembra, como se hace con las del cacao, se cuecen después para hacer un plato que les encanta a los niños. Además, aquí las semillas del fruto del cacao tampoco se utilizan para hacer chocolate, aunque sí que se elabora con ellas un delicioso vino.
Imagen: DW/L. G. Casas
Chifle de plátano
El plátano está en la base de la alimentación para los shipibo, en general, y para los habitantes de Santa Clara de Uchunya, en particular. En la zona crecen variedades como el plátano común, capucho, bellaco, de seda o de la isla. Lo comen crudo, o cocinado en diferentes formas. Quizá la más conocida es el chifle, habitual también en otras regiones: cortado en rodajas o tiras y frito en aceite.
Imagen: DW/E. A. Lazo
Mazamorra: plátano para beber
Tanto para desayunar como para cenar es muy habitual la mazamorra, a base de plátano machacado y hervido con harina. Por la mañana se sirve como bebida y, por la noche, como sopa. Es nutritiva, sabrosa y da la energía suficiente para un día en la chacra (las plantaciones), la cocha (el lago) o para ir de caza.
Imagen: DW/E. A. Lazo
La yuca
Otra de las bases de su alimentación es la yuca, un arbusto cuyas raíces dan un fruto parecido a la patata. La forma más habitual de presentarla es frita en tiras con arroz y carne o pescado. El arroz no es una planta autóctona, pero la cantidad de zonas inundables que hay en torno al pueblo y su durabilidad y facilidad de almacenamiento han hecho que se integre muy bien en su cultura culinaria.
Imagen: DW/E. A. Lazo
Aprendiendo a cocinar
La cocina es principalmente cosa de mujeres entre los uchunya. Aquí, la hija del jefe juega a rallar yuca, conocida también como mandioca. De esta planta hay incluso variedades venenosas (la "yuca brava") que los indígenas han aprendido también en otras regiones a cocinar, extrayéndole el cianuro y la acetona. La que crece aquí, sin embargo, como la mayoría de ellas, no tiene toxicidad alguna.
Imagen: DW/E. A. Lazo
Alimento para las personas... y para los pollos
El maíz también es fácilmente almacenable, aunque la planta corre el riesgo de secarse con una ola de calor. Los granos se comen hervidos o fritos, aunque en ocasiones se tuesta la mazorca entera en la parrilla y se come directamente. No solo lo consumen las personas: se planta también para dar de comer a las aves de corral que corretean por todo el poblado y cuyos huevos son también apreciados.
Imagen: DW/L. García Casas
Tiendas en Santa Clara
Aunque los uchunya dicen que su "mercado" son el río, la cocha y sus tierras, donde van a pescar, cazar y recolectar, lo cierto es que también disponen de un par de pequeñas tiendas en el poblado. Están en la casa de las familias con motocarro, que pueden acercarse al pueblo de Nueva Requena para abastecerse. Si no tenemos huevos, pollo o, incluso, galletas y especias, podemos comprarlos aquí.
Imagen: DW/L. G. Casas
Tacacho
Quizá el plato más característico sea el tacacho. Como no podía ser de otro modo, está preparado a base de plátano, machacado y aliñado, con diversas especias y sal. El aspecto y la textura es como el de las tradicionales migas de pan tostado españolas, aunque el sabor es diferente.
Imagen: DW/E. A. Lazo
Tacacho de pescado
Si el tacacho se cuece en agua con pescado se obtiene el gelatinoso "tacacho de pescado". Su sabor es parecido a la conocida sopa de pescado, pero el plátano le da un toque característico y más consistencia. Aunque pueda parecer extraño, lo suelen tomar en el desayuno, que aquí se ingiere en torno a las ocho de la mañana, algunas horas después de haberse despertado.
Imagen: DW/E. A. Lazo
Pescado autóctono
El carachama (foto) es un pez típico del Amazonas y del Ucayali. A pesar de su aspecto, es realmente sabroso y nutritivo. También son muy apreciados el paiche, la juariña y el aguaje, aunque se pesca también el fuasaco, a pesar de sus pequeñas espinas, con el bocachica y las pirañas. Se comen en la sopa, o simplemente a la parrilla. En la ciudad, sin embargo, se preparan más elaboradamente.
Imagen: DW/E. A. Lazo
Fusión y tradición: ceviche de paiche
El ceviche es un plato ya conocido mundialmente: se hace con pescado troceado y marinado en jugo de limón, acompañado de un aliño que varía en cada zona con cebolla picada y, en algunos sitios, también tomate. Se sirve, como aquí, con maíz tostado, chifle y, al lado, ensalada de tiras de chonta. El paiche es el pez más grande del Amazonas: puede llegar a 3 metros de largo y más de 250 kg de peso.
Imagen: DW/L. G. Casas
San Juan, el sabor de la selva
También en la región se hace cerveza. En Pucallpa está la marca San Juan (con fábrica también en Lima), cuyo slogan publicitario es "El sabor natural de la selva". Es muy popular también el agua de cebada, un refresco sin alcohol a base de este cereal hervido. Y, por supuesto, el pisco, un aguardiente que, como se ve al fondo en la imagen, se puede macerar con distintos sabores.