BMW: ¿Quienes son los Quandt?
30 de septiembre de 2005Con una mezcla de talento empresarial, tradición familiar y cálculo político, la familia Quandt construyó el imperio empresarial alemán más poderoso del siglo XX. Ocho miembros del clan figuran en la lista de las 100 personalidades más acaudaladas del país. Entre los componentes más conocidos del imperio se encuentran el grupo automotriz BMW y la fábrica de pilas y baterías Varta, pero la familia Quandt también es propietaria del consorcio farmacéutico Altana, de compañías administradoras de fondos de inversión, cuenta con participaciones en numerosas empresas así como una impresionante cartera de propiedades en bienes raíces.
Emigrantes holandeses
De origen holandés y credo calvinista, esta familia fabricante de sogas para barcos que emigró a Alemania en 1700, tiene una biografía que refleja en pequeña escala, la historia alemana desde el siglo XIX. Los fundamentos del multimillonario patrimonio familiar, estimado actualmente en unos 22.000 millones de euros, se remontan al año de 1883 cuando Emil Quandt fundó una fábrica textil en Pritzwalk, una pequeña localidad en Brandenburgo, no muy lejos de Berlín.
En 1890 el afanoso empresario ya tenía un contrato exclusivo como proveedor de tela para confeccionar los uniformes del ejército imperial. Su hijo Günther Quandt, nacido en 1881, pronto sucedió a su enfermo padre al frente del negocio.
Günther Quandt
Tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, Günther Quandt fue nombrado director de la empresa estatal “Reichswolle AG”, principal proveedor de textiles del ejército imperial. En 1921 se casó con María Magdalena (Magda) Behrendt. De la unión nació Harald, quien tras el divorcio de sus padres en 1929, creció bajo tutela paterna.
Durante los años de entreguerras, Günther Quandt, colocó los cimientos que transformarían la empresa familiar en un moderno grupo textil: adquirió plantas eléctricas y compró la mayoría de las acciones de la fábrica de acumuladores AG AFA. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, esos acumuladores fueron utilizados para la construcción de motores de submarinos de guerra, mientras que la fábrica textil proveía al ejército nazi de cobijas y otras de las empresas familiares fabricaban armas y municiones para la maquinaria bélica.
Magda Goebbels
Dos años después de su divorcio de Günther Quandt, (1931), Magda contrajo nupcias con Josef Goebbels, el jefe de propaganda de Hitler, con quien tuvo seis hijos. Cuando su marido fue nombrado ‘Representante plenipotenciario del Reich para la guerra total’, Magda Goebbels fue designada ‘Primera Dama’, dado que Hitler no tenía oficialmente una mujer a su lado. Cuando las tropas rusas tomaron Berlín en mayo de 1945, Magda Goebbels envenenó a sus seis hijos con cianuro para después suicidarse ella junto con su marido en el Búnker berlinés de Hitler y evitar con ello caer en cautiverio y ser procesados. Harald, hijo de su primer matrimonio con Günther Quandt, fue tomado prisionero por las tropas británicas, pero fue el único vástago que la sobrevivió.
Tras la capitulación de Hitler y el proceso de desnazificación, Günther Quandt fue condenado como colaborador del nacionalsocialismo, pero pese a ello, con el paso de los años se volvió a levantar. Con el inicio del milagro económico alemán, Günther Quandt recuperó su posición como reconocido empresario y cuando murió repentinamente en diciembre de 1954 durante un viaje en El Cairo, dejó a sus hijos Herbert, y al medio hermano de éste, Harald, un imperio consistente de unas 200 empresas, entre ellas la fábrica de baterías Varta, el consorcio petroquímico Wintershall, el consorcio textil, Stohr, así como un paquete de acciones del grupo automotriz Daimler Benz.
La herencia se divide en dos
Los dos herederos administraron la herencia conjuntamente, pero les fueron delegadas responsabilidades por separado. Mientras que Harald Quandt se ocupó de las actividades del consorcio fabricante de máquinas industriales, Herbert Quandt se hizo cargo de Varta, y de la participación en las empresas automotrices Daimler Benz y BMW. Éste último, la fábrica de motores bávara con sede en Múnich, se convertiría después en el mayor desafío de la familia y al mismo tiempo su mayor éxito empresarial.