Boko Haram utiliza cada vez más niños para ataques suicidas
12 de abril de 2017
En los últimos tres años, 117 niños fueron empleados para perpetrar ataques con bomba en la cuenca del lago Chad. Alrededor de un 80 por ciento de los atentados fueron perpetrados por niñas, según UNICEF.
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La milicia terrorista radical islámica Boko Haram utiliza cada vez más niños como atacantes suicidas en los países en torno al lago Chad, informó hoy (12.04.2017) el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Esta cifra se triplicó en el primer trimestre del año en comparación al mismo periodo del año anterior, hasta llegar a 27, señaló este miércoles UNICEF en un nuevo reporte. La región en torno al lago Chad comprende partes de Nigeria, Níger, Chad y Camerún.
"En los tres primeros meses del año, el número de niños utilizados en ataques con bomba es casi el mismo que durante todo el año pasado. Este es el peor uso posible de niños en conflicto", declaró Marie-Pierre Poirier, directora regional de UNICEF para África Occidental y Central.
En los últimos tres años, 117 niños fueron empleados para perpetrar ataques con bomba en la cuenca del lago Chad. Alrededor de un 80 por ciento de los atentados fueron perpetrados por niñas, según UNICEF.
Temen estigmatización y represalias
Como consecuencia, niños y niñas son observados con creciente temor en mercados y puntos de control, explicó UNICEF. En entrevistas, varios niños relacionados con Boko Haram cuentan que mantienen en secreto su experiencia, porque temen la estigmatización e incluso violentas represalias de su comunidad.
Ellos "son víctimas y no victimarios", recalcó Porier. Amina, quien vivía en una isla en el lago Chad, contó su caso a UNICEF: fue drogada y obligada a participar en un ataque suicida cuando tenía 16 años.
Este informe se produce casi tres años después de que Boko Haram secuestrara a 276 menores nigerianas de una escuela en la localidad de Chibok, en el noreste del país, el 16 de abril de 2014. Desde 2009 al menos 14.000 personas murieron a manos de los fundamentalistas suníes en Nigeria, Chad, Camerún y Níger.
Según datos de Naciones Unidas, alrededor de 2,7 millones de personas de la región huyeron de sus hogares a causa de Boko Haram. El objetivo del grupo es establecer un Estado en la región donde rija una estricta interpretación de la ley islámica, la sharia.
CT (dpa, EFE)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.