Caso Áñez abre debate sobre "exceso" de prisión preventiva
Camilo Toledo-Leyva
26 de agosto de 2021
Protestas a favor y en contra de la expresidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, terminaron el miércoles en agresiones físicas en las afueras de la prisión en la que cumple prisión preventiva por el caso "golpe de Estado".
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Con palos, agua y piedras se anfrentaron este miércoles manifestantes a favor y en contra de la expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, en las afueras del penal de mujeres Miraflores de La Paz en el que está detenida preventivamente desde marzo. El pasado fin de semana, Áñez presuntamente intentó suicidarse infligiéndose cortes en los brazos, tras lo que ha reiterado "no querer vivir" más y ha mostrado preocupación por los medicamentos que se le suministra en prisión.
En el marco del caso "golpe de Estado", la exmandataria está acusada de “conspiración, sedición y terrorismo” por su presunta participación en noviembre de 2019 en un golpe de Estado que terminó con la renuncia del entonces presidente Evo Morales.
Áñez, que hasta ese momento era la segunda vicepresidenta del Senado de Bolivia, asumió la Presidencia siguiendo la línea de sucesión después que junto con Morales renunciaran su vicepresidente y los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, todos miembros del partido gobernante Movimiento al Socialismo, MAS. Tras casi un año de gobierno de Áñez y por medio de elecciones, el MAS regresó al poder con Luis Arce.
“Mensaje de auxilio”
El último fin de semana, tras confirmar la autolesión, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, dijo que la salud de la exmandataria es “completamente estable” y que tiene unos “pequeños rasguños en uno de sus brazos”. Sin embargo, el abogado de la expresidenta, Jorge Valda, ha señalado que con este hecho, Áñez, que sufre de hipertensión arterial y síndrome ansioso depresivo, está enviando “un mensaje de ayuda, auxilio y socorro”. Por su parte, una comisión de la ONU, que pudo visitarla en prisión, ha constatado que la expresidenta se siente "físicamente debilitada y profundamente afectada emocionalmente".
Para Franco Albarracín, abogado especialista en derechos humanos del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib), más allá de la posición política o ideológica que se pueda tener sobre la expresidenta, o si es culpable de delitos durante su gobierno transitorio, “ella es un ser humano y tiene derechos como cualquier otra persona”. “El Ministerio Público y el Poder Judicial han emitido decisiones ilegales en contra de Áñez y la han detenido sin previa notificación, incumpliendo no solo la ley nacional, sino también los tratados internacionales”, explica Albarracín a DW, criticando también que, a comienzos de agosto, un juez haya decidido extenderle por seis meses la prisión preventiva.
Otro ejemplo de las arbitrariedades contra Áñez sería su reclusión en una cárcel de La Paz, cuando ella vive en Beni: “La norma dice que cualquier persona que sea privada de su libertad tiene que cumplir, por lo menos, esta restricción dentro de un penal en su lugar de residencia”, comenta el experto del Cedib. Sin embargo, estas irregularidades no serían una novedad. “La detención preventiva de forma ilegal ha sido muy constante y normalizada en los gobiernos de Morales, Áñez y ahora de Arce, y nos olvidamos que esto puede afectar también de manera psicológica”, lamenta Albarracin.
“Venganza” como lógica política
En esa misma línea opina la politóloga Bettina Schorr, del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, quien critíca que todo lo que el actual partido de gobierno reprochó a sus oponentes, lo está reproduciendo dentro de su propio régimen. “Esto huele un poco a venganza. Al parecer, una lógica política muy presente en Bolivia es que el oponente político es tu enemigo. Y cuando tú estás en el poder, tú puedes vengarte de él. Áñez también lo hizo durante su gobierno interino”, dice la experta alemana.
Esta situación, según Schorr, refleja que en Bolivia no hay un Estado de derecho y no existen órganos del Estado que funcionen independientemente de quién esté en el Ejecutivo. “Si todo se estuviese haciendo de forma transparente, ¿por qué no hay un proceso debido para Áñez? ¿Por qué no se agiliza el caso?¿Por qué no se permite a médicos privados que ingresen a la prisión?”, cuestiona la politóloga Schorr.
Un hecho más grave, a juicio del jurista boliviano Albarracín, es que se trate de impedir las visitas de organizaciones de derechos humanos: “En más de tres ocasiones, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia ha intentado visitar a Áñez y fue impedida. Nos ha impresionado el desconocimiento y la ignorancia de nuestras autoridades sobre el tema”. El experto asegura que esto ha provocado que los bolivianos hagan una reflexión “mucho más profunda” sobre los derechos de los privados de su libertad y el “abuso de la prisión preventiva”, en un país en el que el 70% de los detenidos están en esa situación.
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Investigaciones deben continuar
“Las principales consecuencias es que cuando se comienza a vulnerar los derechos de una persona, que está siendo investigada por otras violaciones de derechos humanos, lamentablemente se la convierte en una víctima. Y la gente comienza a dejar en segundo plano las graves violaciones de derechos humanos que han sido confirmadas en un reciente informe de expertos de la CIDH”, afirma Albarracín.
Según dicho informe de un grupo de expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que trabajó en Bolivia durante ocho meses, se han hallado pruebas del uso desproporcionado de la fuerza militar y policial en la convulsión social desatada tras las polémicas elecciones del 20 de octubre de 2019.
La investigación del denominado Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), indica que los agentes estatales no previnieron adecuadamente los actos de violencia, dejando desprotegida a la ciudadanía y víctimas de ambas partes del conflicto. Se calcula que al menos 37 personas perdieron la vida y cientos resultaron lesionados, tanto física como psicológicamente.
Por esa razón, sostiene el experto Albarracín, se tiene que seguir investigando lo ocurrido en el “conflicto electoral”. Pero “si el actual gobierno continúa con irregularidades y violaciones de derechos humanos, a final de cuentas no vamos a poder tener una verdadera justicia y reparación por los hechos acontecidos durante el gobierno de Evo Morales y Jeanine Áñez”, advierte.
(er)
Bolivia: hitos de una crisis política
Tras renunciar Evo Morales, en medio de protestas contra un presunto fraude electoral y tras perder apoyo militar, Bolivia vivió casi un año de crisis y transición hacia lo que se perfila como un nuevo gobierno del MAS.
Imagen: Ueslei Marcelino/Reuters
Dijeron que no, pero...
La crisis se propició tres años antes. El 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum constitucional en Bolivia para evaluar una modificación a la Carta Magna, que permitiera al jefe de Estado reelegirse en dos ocasiones sucesivas. El "No" ganó con el 51,3 % de los votos, lo que significaba que Evo Morales quedaba imposibilitado de competir en las presidenciales de 2019. No obstante, compitió.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Bolivia's Communication Ministry/R. Martinez
Derecho humano a ser candidato
Morales argumentó ante la Justicia que si no podía competir en las elecciones se coartaba el "derecho humano" de todo ciudadano a elegir y ser electo. El Tribunal Constitucional dio por buena esta premisa y Morales inscribió su candidatura ante el Tribunal Supremo Electoral en diciembre de 2018. Las protestas opositoras no se hicieron esperar.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Carlos Mesa vuelve al ruedo
Carlos Mesa, expresidente del país y una de las voces más críticas con Morales, dijo que la decisión de la Justicia era una "herida de muerte a la democracia". Otros opositores incluso hablaron de un "golpe de Estado" institucional y del comienzo de una "dictadura". El 6 de octubre de 2018, Mesa anunció que enfrentaría a Morales en las elecciones e inscribió su candidatura en noviembre de ese año.
Imagen: AFP/A. Raldes
Un giro sorpresivo
Finalmente, el 20 de octubre de 2019 se realizaron las elecciones generales. El 88,31 % de los votantes participó del proceso, cuyos resultados se fueron entregando a cuentagotas, lo que despertó sospechas en la oposición y en organismos internacionales. En un comienzo, Morales no logró los votos necesarios para ganar en primera vuelta, pero un giro sorpresivo le dio finalmente el triunfo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Triunfo estrecho
Tras varios días, se entregaron por fin los resultados definitivos: Morales obtuvo el 47,08 %, contra el 36,51 % de Carlos Mesa. Con esas cifras, el mandatario superaba por más de 10 puntos a su principal rival y cumplía con la norma que da el triunfo en primera ronda a quien venza por esa cantidad de votos a su más cercano perseguidor. La oposición acusó fraude y salió a las calles.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Llamados a manifestaciones
Carlos Mesa llamó a sus seguidores a defender los votos y forzar la realización de una segunda vuelta. "Todos nosotros tenemos que estar decididos, sin ningún tipo de reparo, a salir a la calle para demostrar que no aceptamos el fraude", dijo el exmandatario. Las protestas y los enfrentamientos comenzaron poco después de las elecciones, y fueron ganando violencia con el paso de los días.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
La rabia no cede
El gobierno de Evo Morales y la OEA acordaron la realización de una auditoría, una medida que no aplacó la rabia en la calle. Poco después, el jefe de la misión de la OEA renunció y las protestas arreciaron nuevamente en distintas ciudades del país. Al 9 de noviembre se contaban 3 muertos y casi 350 heridos, en un ambiente de creciente polarización.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
Surgen nuevos líderes
A la figura de Carlos Mesa se sumaron otros liderazgos. Quizás el más convocante fue el de Luis Fernando Camacho, líder del comité cívico de Santa Cruz. Camacho logró convocar a distintas organizaciones para pedir la renuncia de Morales. "Nosotros hemos asumido una posición totalmente ciudadana. No queremos segunda vuelta, queremos un nuevo proceso eleccionario", exigía Camacho.
Imagen: Getty Images/AFP/D. Walker
Rebelión policial
Al ya agitado ambiente se sumaron la noche del viernes 8 de noviembre de 2019 los policías, que en distintas regiones del país se amotinaron. Un agente dijo a la prensa que "no podemos seguir con este narco-gobierno, con esta democracia injusta". Si bien el Gobierno dijo que no desplegaría militares para enfrentar la rebelión, Evo Morales sí denunció que había un golpe de Estado "en marcha".
Imagen: Reuters/L. Gonzalez
Renuncia
El 10 de noviembre de 2019, tras 14 años en el poder, Evo Morales renunció. La presión de las protestas, y la pérdida del apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía, apuraron su decisión. Morales aseguró que su salida fue causada por un "golpe de Estado". Los disturbios se extendieron en varias ciudades tras su renuncia, con incendios, saqueos y ataques a viviendas como la del propio exmandatario.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
México concede asilo político a Evo Morales
Tras la renuncia de Morales, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó en rueda de prensa que el político boliviano había aceptado la oferta de asilo ofrecida por México. Ebrard expresó que México "ha decidido conceder asilo por razones humanitarias" a Morales "en virtud de la urgencia que afronta en Bolivia, donde su vida e integridad corren peligro".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Granados
Presidenta interina
El 12 de noviembre, la senadora Jeanine Áñez fue proclamada nueva presidenta interina de Bolivia. Tras la renuncia de todos los que constitucionalmente podían suceder a Morales, la abogada de 52 años pasó de segunda vicepresidenta a presidenta del Senado, accediendo así a la vía sucesoria. Desde México, Morales aseguró que este era "el golpe más artero y nefasto de la historia" de su país.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
De México a Cuba, y a Argentina
En diciembre de 2019, el exmandatario boliviano viajó a Argentina en un operativo secreto, para ser acogido como refugiado, con la condición -luego incumplida- de no hacer declaraciones políticas. Morales viajó a Buenos Aires desde Cuba, donde se hizo un chequeo médico. Lo acompañaron el exvicepresidente Álvaro García Linera, la exministra de Salud Gabriela Montaño y el excanciller Diego Pary.
Imagen: picture alliance/ZUMA Wire/M. Ramos
Incendios, pandemia, corrupción, denuncias contra Morales
Entre cambios drásticos en política exterior, acusaciones de persecución a partidarios del MAS, escándalos de corrupción en el manejo de la pandemia de COVID-19, declaración de desastre nacional por incendios forestales, denuncias contra Evo Morales por "estupro", "asesinatos y torturas", Áñez llegó a cumplir su tarea como presidenta interina: el llamado a nuevas elecciones, pospuesto dos veces.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. P. d. Carpio
Nuevas elecciones, casi un año después
Tras dos fechas pospuestas, por la pandemia mundial de coronavirus, el electorado boliviano votó finalmente en nuevas elecciones este 18 de octubre de 2020, para elegir otro presidente y vicepresidente. Casi un año después de la renuncia de Evo Morales, que el exmandatario aún achaca a un "golpe", los bolivianos eligieron también a 130 diputados y 36 senadores, para renovar el Congreso bicameral.
Imagen: Martin Mejia/AP Photo/picture-alliance
Arce celebra el retorno del MAS, a boca de urna
Pasada la medianoche de la jornada electoral, se conoció que las encuestas a boca de urna otorgan más del 50 % de los votos al candidato del MAS, Luis Arce. Le seguirían Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, con más del 30%, y Luis Fernando Camacho, de Creemos, con alrededor del 14 %. Arce celebró en La Paz un triunfo que dio por seguro, mientras el recuento oficial iba por alrededor del 7%.
Imagen: Ronaldo Schemidt/AFP/Getty Images
Evo: "Tarde o temprano vamos a volver"
Evo Morales, que dirigió desde Argentina la campaña electoral del MAS, también celebró el triunfo. "Tarde o temprano vamos a volver" a Bolivia, afirmó. Sin embargo, dirigentes del MAS como la presidenta del Senado y la Asamblea Legislativa de Bolivia, Eva Copa, manifestaron que aún "no es el momento adecuado" para su regreso, porque Morales todavía tiene "problemas que solucionar".
Imagen: Manuel Cortina/NurPhoto/picture-alliance
Mesa será "cabeza de oposición"
Con el recuento oficial de votos aún en curso, Carlos Mesa, líder y candidato presidencial de Comunidad Ciudadana, compareció en La Paz ante los medios, para reconocer que los sondeos a boca de urna auguran un "claro triunfador en primera vuelta": el exministro Luis Arce, del Movimiento Al Socialismo (MAS). Comunidad Ciudadana ejercerá de "cabeza de la oposición", informó en Twitter.
Imagen: Luis Gandarillas/AFP/Getty Images
Presidenta interina felicita y pide esperar resultados oficiales
También la presidenta interina del país, Jeanine Áñez, que había retirado su candidatura tras verse relegada en las encuestas, reconoció que (aún sin el cómputo oficial) la victoria del MAS parece segura. Felicitó a sus candidatos, pidiéndoles "gobernar pensando el Bolivia y en la democracia". A los ciudadanos y partidos, les pidió "paciencia" y "madurez" para esperar los resultados oficiales.
Imagen: Presidencia de Bolivia/AFP/Getty Images
Felicitaciones de Trump, Maduro, la OEA, la UE y la ONU
Los principales aliados regionales del expresidente Evo Morales -los presidentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua, México, y Argentina- fueron los primeros en celebrar el retorno del MAS al poder en Bolivia. Pero también EE. UU., la OEA, la UE y la ONU felicitaron al virtual futuro presidente, Luis Arce. Washington anunció su disposición de trabajar con el nuevo gobierno.