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Bolivia: el nuevo presidente y el regreso de Morales

12 de noviembre de 2020

Después de un año de gobierno de transición en Bolivia, la izquierda volvió al poder. El presidente Luis Arce es muy cercano a Evo Morales, que ha regresado al país. ¿Volverá todo a la normalidad?

Bolivien | ehemaliger Präsident Evo Morales
Imagen: Paolo Aguilar/Agencia EFE/imago images

El domingo, el nuevo presidente de izquierda de Bolivia, Luis Arce, prestó juramento en La Paz ante los parlamentarios, ciudadanos comunes y una docena de invitados internacionales. "Comenzamos una nueva etapa de nuestra historia, sin discriminación. Intentaremos reconstruir nuestro país para vivir en paz", dijo Arce.

Las elecciones de octubre, que también estuvieron acompañadas de violentos enfrentamientos, fueron ganadas por el Movimiento al Socialismo (MAS) de Luis Arce, que obtuvo el 55% de los votos. De este modo, ahora la izquierda vuelve al poder en el país sudamericano - y su figura principal ya regresó del exilio en Argentina.

El lunes, Evo Morales fue recibido por miles de seguidores en el paso fronterizo argentino-boliviano de Villazón. Una caravana del expresidente con cientos de vehículos se desplazó por varias regiones hacia el departamento natal de Morales en Cochabamba.

Un sistema de Justicia que se adapta

El camino para el regreso del líder izquierdista de 61 años fue despejado justo después de las elecciones presidenciales: el poder judicial de Bolivia revocó la orden de detención contra él por rebelión y terrorismo. Según esa orden, el socialista habría pedido que se bloquearan las carreteras durante las protestas de hace un año. Morales sigue negando las acusaciones hoy en día.

La organización de derechos humanos Human Rights Watch también acusó al gobierno interino de Bolivia de abusar del sistema de justicia con fines políticos. Para la politóloga Aline-Sophia Hirseland del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos en Hamburgo, hay una fuerte "politización del poder judicial boliviano" - pero no sólo unilateralmente a favor de los conservadores. Esto demostraría que "la orden de arresto ha sido revisada apenas un nuevo gobierno esté en el poder".

El hecho de que el expresidente -y el primer indígena que dirigió Bolivia, a pesar de que los indígenas constituyen más de la mitad de la población- haya regresado al país, plantea interrogantes: ¿Qué papel jugará en la política en el futuro, y cuán grande es su influencia en el nuevo gobierno de Luis Arce? A este último se le suele llamar "protegido" y "confidente" de Morales, algunos incluso lo ven como una marioneta del ex presidente.

Las muestras de independencia

Arce y Morales son, en efecto, compañeros desde hace mucho tiempo. Durante los casi 14 años de presidencia de Morales, Arce fue Ministro de Finanzas y Economía casi todo el tiempo. Solo renunció durante dos años por problemas de salud. Arce era el candidato presidencial preferido de Morales, cuya campaña electoral dirigió luego. "Además, Evo Morales sigue ocupando la presidencia del partido MAS. Así que seguirá siendo una importante figura política para los socialistas", dice convencida Hirseland.

Evo Morales y Luis Arce en enero, en Argentina.Imagen: Julieta Ferrario/Zuma/imago images

Sin embargo, el expresidente no asumirá cargos de gobierno, Luis Arce lo ha dejado claro varias veces en el período previo a las elecciones. En una entrevista, Arce, de 57 años, también confesó que fue "el mayor error" del año pasado presentar a Morales para un cuarto mandato a pesar de un plebiscito negativo sobre una enmienda constitucional. El propio "Camarada Evo" lo habría admitido.

Este distanciamiento del liderazgo del MAS de Morales, según Hirseland, es una estrategia deliberada: "Muchos bolivianos están resentidos con Morales por ignorar el referéndum constitucional y luego presumiblemente manipular los resultados de las elecciones. Las protestas masivas que resultaron de este descontento finalmente condujeron a su renuncia. Creo que el MAS y él mismo son muy conscientes de que no pueden ignorar esto”.

Y parece ser un consenso entre el partido y Morales, que de ahora en adelante se limitará a un papel en segundo lugar. También encaja con esto que Morales recién regresó a Bolivia después de la toma de posesión de Arce, por lo que no estuvo presente en la ceremonia. Y que, por el contrario, los dirigentes del MAS no se presentaron cuando este cruzó la frontera.

Si Arce realmente hace muchas las cosas de manera diferente a su predecesor, como promete, y se toma en serio las demandas de los ciudadanos de más democracia, menos corrupción y clientelismo, el regreso de la izquierda en Bolivia podría ser sostenible y devolver al país a una fase de estabilidad después de tiempos turbulentos.

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