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Bolivia: los fantasmas de Macri y Maduro

Diego González
10 de septiembre de 2019

A menos de dos meses de las presidenciales, Bolivia enfrenta dramáticos incendios en el oriente del país, con probables costos políticos. Pero también inciden en el panorama preelectoral las crisis de la región.

Bolivien Wahlen 2014 Symbol
Foto de archivo.Imagen: A.Raldes/AFP/Getty Images

El 20 de octubre habrá elecciones en Bolivia. La situación parecía bajo control para el oficialismo y según encuestadores y analistas era muy probable un triunfo en primera vuelta. Pero de pronto dos fuegos removieron el escenario político: el interno, producido por el arder de la Amazonía, que podría afectar la popularidad del presidente Evo Morales, y el externo, relacionado con la crisis del modelo económico llevado adelante por la administración de Mauricio Macri en Argentina, país que, junto a Uruguay, irá a las urnas una semana después que Bolivia.

Incendios forestales

El incendio en la Amazonía boliviana ya afectó a más de un millón de hectáreas y algunos analistas aseguran que representará un costo político para Morales. El propio presidente decidió suspender la campaña electoral por el estado de emergencia y a su decisión se sumaron los principales candidatos de la oposición, Carlos Mesa y Oscar Ortiz.

Además, el mandatario aceptó recibir ayuda internacional y se mostró en los parques apagando el fuego personalmente. Esta última medida fue aplaudida por algunos y criticada por otros, que lo tildaron de oportunista. Parte de la oposición acusó al propio partido oficialista MAS de la quema, por su proyecto de extender la frontera agrícola. El candidato Mesa dijo a la prensa: "Este incendio ha sido causado por Evo Morales y sus políticas. Esto no es algo que tiene que ver con la naturaleza”.

Incendio en la región de Pantanal.Imagen: AFP/Getty Images/A. Raldes

El contexto regional

Por otra parte, también la situación en Argentina repercute en la discusión interna. La crisis de un modelo económico antagónico al boliviano (el que quiso llevar adelante Macri) parece darle un argumento al ejecutivo.

"Para la oposición [boliviana] el referente negativo es Venezuela, pero se dieron cuenta de que tampoco tiene demasiado sentido. Para el oficialismo, el contraejemplo es la Argentina de Macri. Ven los resultados concretos allí de lo que podría significar un giro liberal. Ni siquiera Oscar Ortiz -que es el candidato más liberal- propone privatizar gas o sacar los bonos”, comentó en conversación con DW Philipp Kauppert, director de la Fundación Friedrich Ebert en Bolivia.

En estos años, mientras los países vecinos tambaleaban, Bolivia mostraba números sólidos: en 13 años la pobreza extrema cayó de casi 38 al 15%. El PIB creció de 9.000 a más de 40.000 millones de dólares y el per cápita se triplicó. Las reservas crecieron y aumentó el salario real.

¿Socialismo?

Luis Arce, el ministro de Economía boliviano, señaló a DW que "queremos lo mejor para la gente y eso es básicamente ser socialista”. Consultado sobre si se podría definir a Bolivia como un ‘capitalismo de Estado', respondió: "Para nada. Este es un modelo diferente: un modelo económico social comunitario productivo. La ‘economía de vanguardia' (que era el capitalismo) no resolvía los problemas de la sociedad. Y entonces empezamos a interactuar con algo que durante el neoliberalismo estaba proscrito: la presencia del Estado. Hoy el Estado toma la vanguardia, es el actor económico más importante”.

Kauppert, en cambio, definiría al proceso como "una combinación entre extractivismo de Estado y política bastante pragmática, en el mejor caso keynesiana”.

Lo cierto es que a pesar de su fortaleza relativa, Bolivia sigue siendo vulnerable a lo externo. Arce distingue dos frentes. "Tenemos un contexto internacional: la guerra comercial entre EE.UU. y China está afectando a todos”, opinó. Pero también está el aspecto regional, dado que una gran parte de las exportaciones bolivianas van a los dos grandes del sur. "Brasil y la Argentina son dos bombas de tiempo”, comentó.

Macri, bajo presión.Imagen: picture-alliance/dpa/AP/N. Pisarenko

El gobierno utiliza la actual crisis Argentina y también la brasileña como ejemplos del mal que podría haber detrás de un giro conservador. "En Argentina han tomado medidas fondomonetaristas y neoliberales que han profundizado los problemas. Y Brasil no está muy lejos: la gente que había salido de la pobreza ha vuelto a caer”, profundizó.

La oposición acusa a Morales por sus relaciones con Venezuela. Sobre ese país, el Ministro opinó: "Tenemos muy buenas relaciones pero no tenemos una gran relación económica ni de comercio exterior. Por eso lo que ha estado ocurriendo no ha tenido un impacto económico. Pero por supuesto que nos preocupa”.

Kauppert define a Arce como "una de las personas más moderadas” del gobierno y considera que el discurso del oficialismo es "bastante centrista, no es tan izquierdista”. A su juicio, las chances de Morales de resultar electo por cuarta vez consecutiva son altas, a pesar de las controversias que genera su candidatura.

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