El nuevo presidente deberá enfrentarse al legado y también a la presencia del ex jefe de Estado. Analistas estiman que David Choquehuanca jugará un importante rol en este proceso.
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La sucesión presidencial suele ser un asunto complejo. Basta con mirar cómo se ha llevado en Estados Unidos. Pero a las dificultades inherentes a este proceso político pueden sumarse otros factores, como el hecho de que el elegido en las urnas sea, a la vez, el elegido del mandatario saliente o del caudillo de turno. En Sudamérica hay varios ejemplos: Cristina Fernández escogió a Alberto Fernández como candidato en Argentina, Iván Duque tenía el apoyo irrestricto de Álvaro Uribe y Lenín Moreno llegó al poder como el "delfín” de Rafael Correa en Ecuador.
Algo similar ocurrió en Bolivia, donde el actual presidente, Luis Arce, fue puesto como candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) a instancias del exmandatario Evo Morales. Éste, tras su exilio en México y Argentina, retornó a su país en un baño de masas que no contó con la presencia de Arce. Se especula mucho sobre un distanciamiento entre ambos líderes y sobre una ruptura en el MAS, donde no se vería con buenos ojos el gabiente de perfil técnico escogido por el nuevo jefe de Estado.
"Arce está en un momento conflictivo porque el MAS es un campo de batalla”, dice a DW el analista Marco Montellano, editor de la plataforma Lambada y columnista del diario El Deber. El experto estima que el partido se ha ido fragmentando, pero asegura que Morales mantiene una enorme influencia en el aparato estatal. "No es que Evo haya soltado el poder así como así. Los presidentes de ambas cámaras legislativas son cercanos a él, hace poco nombraron Procurador General a su abogado personal… Morales tiene muchísimo poder. Lo que hay que ver ahora es hasta qué punto Arce va a gobernar o solo va a ser un superministro de Economía sentado en la presidencia”, opina.
Evo, el árbitro
"Cada país tiene un contexto distinto. Yo tiendo a pensar que en Bolivia se va a generar una suerte de híbrido entre la realidad ecuatoriana y la argentina, pero con las peculiaridades locales. Y eso porque el MAS es peculiar y diferente; no es un partido tradicional, es una asociación política compuesta por un montón de organizaciones sociales”, explica a DW Marcelo Arequipa, politólogo y académico de la Universidad Católica Boliviana (UCB). Para el especialista, es evidente que Morales jugará un rol en el futuro político del país, porque "es el presidente del MAS y es un líder histórico, un personaje político contundente”. Sin embargo, descarta que se trate de un poder en las sombras.
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"Eso forma parte de una mitología más que de una cosa concreta. Quienes viven a la sombra de Morales son los del bloque antimasista. Pensar que él tomará todas las decisiones y los demás son títeres es una mirada limitada de lo que significa la política y la dinámica de las organizaciones sociales en Bolivia”, dice Arequipa, que además es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Madrid.
"Yo creo que la figura importante es la de David Choquehuanca”, sostiene Montellano. "Arce es respetado, por supuesto, por su conocimiento técnico de economista, y a él se le atribuye el milagro económico boliviano. Pero Choquehuanca, que es un indigenista de cosmovisión aymara, es un conciliador que servirá de contrapeso al carácter de Morales", estima. Sin embargo, concede que "Evo sin duda es un factor determinante dentro del MAS y podría decirse que será el árbitro de la política boliviana al menos por los próximos cinco años”.
No habrá jubilación
En Bolivia, además, se da un nuevo escenario: el líder del principal partido no es el líder del país. Evo Morales tendrá su propio rol al frente del MAS, y Arce estará dedicado a las labores propias del Ejecutivo. "Ahora son dos cosas separadas, y el MAS también está en un proceso de reestructuración interna”, dice Arequipa, quien destaca que Arce conformó un gabinete técnico que ofrece otro matiz: sus miembros son personas preparadas, con estudios, "y no huelen a elitismo tradicional, sino que tienen una marcada identidad boliviana”.
Pese a esa separación, hay un hecho concreto que no puede pasarse por alto, dice Montellano: Morales tendrá un rol fundamental en la elección de los candidatos para las votaciones de marzo de 2021, cuando se elija a cerca de 4.000 autoridades. "Eso terminará de reconfigurar el poder en Bolivia”, estima el especialista. Y quien guiará la selección de los candidatos será Morales. "Sigue siendo el presidente del partido que históricamente es una máquina electoral y es muy probable que buena parte de las nuevas autoridades sean militantes del MAS”, asegura.
Con todo, ambos expertos consideran que Arce centrará su mandato en la economía, que es su fuerte, y posiblemente delegue los asuntos más políticos en las manos de Choquehuanca, que fue ministro de Exteriores de Evo Morales. "Creo que Arce estará en muchos sentidos entre la espada y la pared, pero el MAS va a cuidar su gobierno. Ahora queda ver hasta qué punto podrá gobernar, porque nunca fue un personaje muy político”, dice Montellano. Y agrega: "Lo que está claro es que Evo no se va a jubilar”.
(ers)
Bolivia: hitos de una crisis política
Tras renunciar Evo Morales, en medio de protestas contra un presunto fraude electoral y tras perder apoyo militar, Bolivia vivió casi un año de crisis y transición hacia lo que se perfila como un nuevo gobierno del MAS.
Imagen: Ueslei Marcelino/Reuters
Dijeron que no, pero...
La crisis se propició tres años antes. El 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum constitucional en Bolivia para evaluar una modificación a la Carta Magna, que permitiera al jefe de Estado reelegirse en dos ocasiones sucesivas. El "No" ganó con el 51,3 % de los votos, lo que significaba que Evo Morales quedaba imposibilitado de competir en las presidenciales de 2019. No obstante, compitió.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Bolivia's Communication Ministry/R. Martinez
Derecho humano a ser candidato
Morales argumentó ante la Justicia que si no podía competir en las elecciones se coartaba el "derecho humano" de todo ciudadano a elegir y ser electo. El Tribunal Constitucional dio por buena esta premisa y Morales inscribió su candidatura ante el Tribunal Supremo Electoral en diciembre de 2018. Las protestas opositoras no se hicieron esperar.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Carlos Mesa vuelve al ruedo
Carlos Mesa, expresidente del país y una de las voces más críticas con Morales, dijo que la decisión de la Justicia era una "herida de muerte a la democracia". Otros opositores incluso hablaron de un "golpe de Estado" institucional y del comienzo de una "dictadura". El 6 de octubre de 2018, Mesa anunció que enfrentaría a Morales en las elecciones e inscribió su candidatura en noviembre de ese año.
Imagen: AFP/A. Raldes
Un giro sorpresivo
Finalmente, el 20 de octubre de 2019 se realizaron las elecciones generales. El 88,31 % de los votantes participó del proceso, cuyos resultados se fueron entregando a cuentagotas, lo que despertó sospechas en la oposición y en organismos internacionales. En un comienzo, Morales no logró los votos necesarios para ganar en primera vuelta, pero un giro sorpresivo le dio finalmente el triunfo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Triunfo estrecho
Tras varios días, se entregaron por fin los resultados definitivos: Morales obtuvo el 47,08 %, contra el 36,51 % de Carlos Mesa. Con esas cifras, el mandatario superaba por más de 10 puntos a su principal rival y cumplía con la norma que da el triunfo en primera ronda a quien venza por esa cantidad de votos a su más cercano perseguidor. La oposición acusó fraude y salió a las calles.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Llamados a manifestaciones
Carlos Mesa llamó a sus seguidores a defender los votos y forzar la realización de una segunda vuelta. "Todos nosotros tenemos que estar decididos, sin ningún tipo de reparo, a salir a la calle para demostrar que no aceptamos el fraude", dijo el exmandatario. Las protestas y los enfrentamientos comenzaron poco después de las elecciones, y fueron ganando violencia con el paso de los días.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
La rabia no cede
El gobierno de Evo Morales y la OEA acordaron la realización de una auditoría, una medida que no aplacó la rabia en la calle. Poco después, el jefe de la misión de la OEA renunció y las protestas arreciaron nuevamente en distintas ciudades del país. Al 9 de noviembre se contaban 3 muertos y casi 350 heridos, en un ambiente de creciente polarización.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
Surgen nuevos líderes
A la figura de Carlos Mesa se sumaron otros liderazgos. Quizás el más convocante fue el de Luis Fernando Camacho, líder del comité cívico de Santa Cruz. Camacho logró convocar a distintas organizaciones para pedir la renuncia de Morales. "Nosotros hemos asumido una posición totalmente ciudadana. No queremos segunda vuelta, queremos un nuevo proceso eleccionario", exigía Camacho.
Imagen: Getty Images/AFP/D. Walker
Rebelión policial
Al ya agitado ambiente se sumaron la noche del viernes 8 de noviembre de 2019 los policías, que en distintas regiones del país se amotinaron. Un agente dijo a la prensa que "no podemos seguir con este narco-gobierno, con esta democracia injusta". Si bien el Gobierno dijo que no desplegaría militares para enfrentar la rebelión, Evo Morales sí denunció que había un golpe de Estado "en marcha".
Imagen: Reuters/L. Gonzalez
Renuncia
El 10 de noviembre de 2019, tras 14 años en el poder, Evo Morales renunció. La presión de las protestas, y la pérdida del apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía, apuraron su decisión. Morales aseguró que su salida fue causada por un "golpe de Estado". Los disturbios se extendieron en varias ciudades tras su renuncia, con incendios, saqueos y ataques a viviendas como la del propio exmandatario.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
México concede asilo político a Evo Morales
Tras la renuncia de Morales, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó en rueda de prensa que el político boliviano había aceptado la oferta de asilo ofrecida por México. Ebrard expresó que México "ha decidido conceder asilo por razones humanitarias" a Morales "en virtud de la urgencia que afronta en Bolivia, donde su vida e integridad corren peligro".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Granados
Presidenta interina
El 12 de noviembre, la senadora Jeanine Áñez fue proclamada nueva presidenta interina de Bolivia. Tras la renuncia de todos los que constitucionalmente podían suceder a Morales, la abogada de 52 años pasó de segunda vicepresidenta a presidenta del Senado, accediendo así a la vía sucesoria. Desde México, Morales aseguró que este era "el golpe más artero y nefasto de la historia" de su país.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
De México a Cuba, y a Argentina
En diciembre de 2019, el exmandatario boliviano viajó a Argentina en un operativo secreto, para ser acogido como refugiado, con la condición -luego incumplida- de no hacer declaraciones políticas. Morales viajó a Buenos Aires desde Cuba, donde se hizo un chequeo médico. Lo acompañaron el exvicepresidente Álvaro García Linera, la exministra de Salud Gabriela Montaño y el excanciller Diego Pary.
Imagen: picture alliance/ZUMA Wire/M. Ramos
Incendios, pandemia, corrupción, denuncias contra Morales
Entre cambios drásticos en política exterior, acusaciones de persecución a partidarios del MAS, escándalos de corrupción en el manejo de la pandemia de COVID-19, declaración de desastre nacional por incendios forestales, denuncias contra Evo Morales por "estupro", "asesinatos y torturas", Áñez llegó a cumplir su tarea como presidenta interina: el llamado a nuevas elecciones, pospuesto dos veces.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. P. d. Carpio
Nuevas elecciones, casi un año después
Tras dos fechas pospuestas, por la pandemia mundial de coronavirus, el electorado boliviano votó finalmente en nuevas elecciones este 18 de octubre de 2020, para elegir otro presidente y vicepresidente. Casi un año después de la renuncia de Evo Morales, que el exmandatario aún achaca a un "golpe", los bolivianos eligieron también a 130 diputados y 36 senadores, para renovar el Congreso bicameral.
Imagen: Martin Mejia/AP Photo/picture-alliance
Arce celebra el retorno del MAS, a boca de urna
Pasada la medianoche de la jornada electoral, se conoció que las encuestas a boca de urna otorgan más del 50 % de los votos al candidato del MAS, Luis Arce. Le seguirían Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, con más del 30%, y Luis Fernando Camacho, de Creemos, con alrededor del 14 %. Arce celebró en La Paz un triunfo que dio por seguro, mientras el recuento oficial iba por alrededor del 7%.
Imagen: Ronaldo Schemidt/AFP/Getty Images
Evo: "Tarde o temprano vamos a volver"
Evo Morales, que dirigió desde Argentina la campaña electoral del MAS, también celebró el triunfo. "Tarde o temprano vamos a volver" a Bolivia, afirmó. Sin embargo, dirigentes del MAS como la presidenta del Senado y la Asamblea Legislativa de Bolivia, Eva Copa, manifestaron que aún "no es el momento adecuado" para su regreso, porque Morales todavía tiene "problemas que solucionar".
Imagen: Manuel Cortina/NurPhoto/picture-alliance
Mesa será "cabeza de oposición"
Con el recuento oficial de votos aún en curso, Carlos Mesa, líder y candidato presidencial de Comunidad Ciudadana, compareció en La Paz ante los medios, para reconocer que los sondeos a boca de urna auguran un "claro triunfador en primera vuelta": el exministro Luis Arce, del Movimiento Al Socialismo (MAS). Comunidad Ciudadana ejercerá de "cabeza de la oposición", informó en Twitter.
Imagen: Luis Gandarillas/AFP/Getty Images
Presidenta interina felicita y pide esperar resultados oficiales
También la presidenta interina del país, Jeanine Áñez, que había retirado su candidatura tras verse relegada en las encuestas, reconoció que (aún sin el cómputo oficial) la victoria del MAS parece segura. Felicitó a sus candidatos, pidiéndoles "gobernar pensando el Bolivia y en la democracia". A los ciudadanos y partidos, les pidió "paciencia" y "madurez" para esperar los resultados oficiales.
Imagen: Presidencia de Bolivia/AFP/Getty Images
Felicitaciones de Trump, Maduro, la OEA, la UE y la ONU
Los principales aliados regionales del expresidente Evo Morales -los presidentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua, México, y Argentina- fueron los primeros en celebrar el retorno del MAS al poder en Bolivia. Pero también EE. UU., la OEA, la UE y la ONU felicitaron al virtual futuro presidente, Luis Arce. Washington anunció su disposición de trabajar con el nuevo gobierno.