Bolivia ratifica denuncia de despliegue militar de Chile
9 de mayo de 2016
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ratificó una denuncia sobre el despliegue militar de Chile a unos 15 kilómetros de la frontera común de ambos países sudamericanos.
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"No puedo entender que el contrabando se pueda combatir con misiles, aviones o finalmente con tanques", declaró Morales en el Palacio Quemado de La Paz. El presidente Morales precisó que en la región chilena de Cariquima se instala desde abril un sistema de defensa antiaéreo de misiles tierra-aire y tanques de guerra.
"Una cosa dice el canciller (Heraldo Muñoz), otra dice el ministro de Defensa (José Antonio Gómez) y otra las Fuerzas Armadas y el comandante de la región", señaló Evo Morales, quien lamentó que el despliegue militar de Chile haya coincidido con el anuncio de Bolivia de una nueva demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), por el uso gratuito de aguas nacidas en vertientes en el sudoeste del departamento boliviano de Potosí.
"La buena vecindad y la buena hermandad no se construye ni con misiles, ni tanques de guerra, ni bases militares. Para nosotros es importante el diálogo. Queremos construir una amistad para compartir lo poco que tenemos", agregó.
A las declaraciones del presidente boliviano se sumaron las del ministro boliviano de Defensa, Reymi Ferreira, en declaraciones a los medios estatales, en las que insistió en que la instalación chilena guarda relación con el conflicto bilateral por las aguas de los manantiales del Silala y cuenta con un equipo bélico de "alto potencial" y tecnología "satelital".
Bolivia ha anunciado su intención de llevar la controversia sobre el Silala ante la Corte de La Haya al considerar que Chile hace desde hace más de un siglo un "uso abusivo" de este recurso natural. Según el Ejecutivo boliviano, la preparación de esta causa legal tardará dos años y la deuda que habría contraído Chile por el consumo de esas aguas en cien años estaría cifrada en mil millones de dólares.
¿Qué dice Chile?
El canciller de Chile, Heraldo Muñoz, había rechazado el domingo (8.05.2016) la versión boliviana del despliegue militar. "Lo que ha habido es una intensificación del patrullaje militar en territorio chileno para impedir los ataques contra civiles, robos, contrabando y narcotráfico provenientes de Bolivia, lo cual ha tenido el efecto de disminuir notoriamente esos actos delictivos", explicó.
Las autoridades chilenas consideran "totalmente infundada" la acusación del Gobierno boliviano y, según el país austral, "la única instalación militar en la zona del Río Silala se encuentra en el lado boliviano, apenas a 1,5 kilómetros en línea recta de la frontera con Chile, y Bolivia debiera responder por esa presencia militar permanente en la frontera".
Aunque, según la agencia alemana de noticias alemana dpa, Chile sí habría desplegado en abril una base militar en Cariquima, pueblo de unos 400 habitantes en el altiplano chileno a unos 15 kilómetros del límite fronterizo con Bolivia por donde fluyen las aguas del Silala, que abastecen al norte chileno. La nueva base militar pertenece a la Segunda Brigada Acorazada Cazadores del Desierto, de la VI División del Ejercito chileno, según fuentes militares.
Sobre el Silala, Chile defiende que se trata de un río que discurre por territorio internacional y que tiene derecho al uso de ese recurso natural. Ambos países ya están enfrentados en la CIJ por la centenaria reivindicación boliviana de recobrar una salida al Pacífico, perdida en una guerra a finales del siglo XIX. Chile deberá presentar un documento de respuesta antes del 25 de julio en esa causa abierta por Bolivia.
RML (dpa, efe)
"Cholitas" en la cima de los Andes
Su meta es alta: un grupo de mujeres indígenas de Bolivia se ha propuesto conquistar las cimas de los Andes. Las escaladoras buscan desafiar la cultura machista de su país. Su rebelión ha contagiado a toda la sociedad.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Imparables
Hasta hace poco, estas mujeres aimaras trabajaban como cocineras en los campamentos para escaladores. Hoy día, son guías de montaña y llevan a los turistas a las cimas más altas de los Andes bolivianos. Uno de los destinos preferidos es el “Huayna Potosí” o “Montaña joven”, de 6.088 metros de altura. Este gigante se encuentra a 25 kilómetros de La Paz.
Imagen: Reuters/D. Mayta
Con carisma y sombrero
Berta Vedia (izquierda), Dora Magueno (centro) y Lidia Huayllas (derecha) ya no querían seguir siendo cocineras y cargadoras y permanecer en segundo plano. Fue así como las tres decidieron juntarse y fundar un grupo de escaladoras para hacerle la competencia a sus colegas masculinos.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Una vestimenta inusual
En la estación de montaña, las indígenas cambian el sombrero por un casco y bajo sus tradicionales faldas -polleras -se ponen los crampones -piezas de metal con púas que se fijan a las botas para escalar. Una pollera consta de hasta ocho metros de tela y puede llegar a tener hasta diez capas. El traje típico aimara incluye también una manta y un sombrero de fieltro.
Imagen: Reuters/D. Mercado
La pollera: ¿una provocación?
Durante mucho tiempo la falda tradicional de las “cholas” era mal vista. Actualmente la vestimenta tradicional es un símbolo de la creciente autoestima de los pueblos indígenas de Bolivia.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Una tradición cara
En el pasado, la pollera era considerada una prenda de vestir para la población indígena pobre. Hoy día, el traje típico se usa en el carnaval, en procesiones religiosas y fiestas populares. Incluso se ha convertido en un negocio lucrativo. Un atuendo completo cuesta alrededor de 274 euros, una manta de lana de vicuña puede llegar a costar hasta 900 euros.
Imagen: DW
Escalar contra el machismo
En Bolivia, las mujeres aimaras sufren doble discriminación, tanto de género como étnica. Si bien la autoestima de los grupos autóctonos ha crecido notablemente desde que el presidente aimara, Evo Morales, gobierna el país, las escaladoras siguen luchando contra la cultura machista en sus propias filas.
Imagen: Reuters/D. Mercado
El llamado de la montaña
Las escaladoras Lidia Huayllas (izquierda), de 48 años, y Dora Magueno, de 50 años, presentan orgullosas su equipo: picahielos, crampones, cuerda, cinturón y casco. Desde hace dos años, las mujeres trabajan como guías de montaña y ayudan a los turistas a superar pendientes y abismos.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Lugares sagrados
En la madrugada, las mujeres aimaras se peinan su larga cabellera negra y se hacen trenzas. Después empiezan a escalar las montañas, por ejemplo el "Illimani", de 6.430 metros de altura sobre el nivel del mar. La segunda montaña más alta de Bolivia es un lugar sagrado para los aimaras.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Carga pesada, buen pago
Una cargadora se prepara para escalar el "Illimani". Gracias a este trabajo, las mujeres aimaras se han vuelto más independientes en el plano económico. Como cargadoras que acompañan a los turistas ganan alrededor de 35 dólares estadounidenses por día. En comparación, el ingreso salarial de un ama de casa ronda los 175 dólares por mes.
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Unidas son más fuertes
Las hazañas de las mujeres indígenas han impulsado cambios en la sociedad boliviana. “Las cholas comercian y han alcanzado la independencia económica antes que las mujeres de la clase alta blanca”, dice Justa Elena Canaviri, una famosa presentadora de televisión aimara de Bolivia.
Imagen: Reuters/D. Mercado
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Litigios en América Latina
América Latina sigue teniendo pugnas territoriales sin resolver, algunas de las cuales son un legado colonial. En buena parte de los casos se ha recurrido a la corte internacional de La Haya para zanjar controversias.
Focos de tensión
Los conflictos territoriales no han desaparecido del mapa latinoamericano en el siglo XXI. La mayoría se extiende ya por décadas e incluso hay algunos que tienen sus orígenes en la época colonial. En buena parte de los casos se ha recurrido a la Corte Internacional de La Haya para zanjar controversias. Aquí les ofrecemos una panorámica de los principales litigios que aún generan tensiones.
Chile - Perú
Perú reclama ante la CIJ un área marítima de cerca de 38.000 km² cuadrados, hasta ahora bajo la soberanía de Chile. Según Lima, el límite marítimo debía corresponder a una línea equidistante de las costas, trazada desde el último hito de la frontera terrestre, y no al paralelo que cruza ese punto. Santiago daba por zanjado el asunto con la Declaración de Santiago, de 1952, y en el Acuerdo de 1954.
Imagen: CC-BY-NC-ND-marcosHB 3.0
Chile- Bolivia
En abril de 2013, la CIJ acogió una demanda de La Paz, que solicita dictaminar la obligación de Santiago de negociar una salida al mar para Bolivia. Chile sostiene no tener asuntos limítrofes pendientes con Bolivia y se remite al tratado de 1904, que definió sus fronteras. Chile se ha reservado el derecho de impugnar la competencia de la corte de La Haya para conocer la causa.
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Colombia- Nicaragua
En 2012, tras un litigio de 11 años, la CIJ adjudicó a Nicaragua casi 100.000 km² en una zona del Mar Caribe, vecina al archipiélago de San Andrés. La corte decidió que las islas y los cayos seguirán bajo jurisdicción de Colombia, pero trazó un nuevo límite marítimo. Bogotá se resiste a aplicar el fallo hasta llegar a un acuerdo con Nicaragua para garantizar la subsistencia de los pescadores.
Imagen: Getty Images
Costa Rica – Nicaragua
Costa Rica acusó a Nicaragua en La Haya de haber realizado una incursión militar en su territorio y denunció los efectos medioambientales del drenaje del río San Juan. Managua, por su parte, demandó a Costa Rica por la construcción de una carretera paralela a dicho río, lo que considera una violación de su soberanía en esa zona fronteriza. La CIJ decidió tramitar ambas demandas conjuntamente.
Guatemala – Belice
Guatemala reclama territorios de Belice desde el tiempo en que ese país era colonia británica. Y eso no cambió tras su independencia, en 1981. Ambos acordaron realizar referendos el 6 de octubre de 2013 sobre si llevar la disputa a la CIJ. Sin embargo, Guatemala quiere postergar la consulta, alegando que Belice cambió sus reglas al decidir que solo será válida con un 60% de participación.
Imagen: CC-BY-SA-archer10 3.0
Guyana - Venezuela
Venezuela reclama desde hace más de un siglo la región de Esequiba, rica en recursos minerales y bosques, en la zona fronteriza de Guyana. El litigio se remonta a la época de la colonia británica y se ha mantenido tras la independencia de Guyana en 1966. Ambos países vienen intentando desde hace años lograr un acuerdo para zanjar el problema con los buenos oficios de la ONU.
Honduras – Nicaragua
La zona del Golfo de Fonseca y la frontera en el Mar Caribe han sido por años foco de disputa entre Honduras y Nicaragua. La CIJ se pronunció al respecto en 1992 y 2007, pero las fricciones no desaparecieron. En mayo de este año, Nicaragua, Honduras y El Salvador acordaron crear una comisión trinacional para reducir conflictos y diseñar un proyecto de desarrollo integral en el Golfo de Fonseca.