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PolíticaBolivia

Bolivia: se requiere cohesión y coherencia en el gobierno

23 de octubre de 2025

Las expectativas sobre una posible retirada de políticos que han dominado la escena política en Bolivia son probablemente exageradas. El vencedor, Rodrigo Paz, también proviene de una antigua dinastía política.

Rodrigo Paz deberá hacer frente a numerosos retos, tanto dentro como fuera de su equipo de gobierno.Imagen: Ipa Ibanez/REUTERS

Tras las elecciones y la victoria de Rodrigo Paz, en muchos círculos predomina el alivio por el fin de la era del "MASismo" en Bolivia y por el inicio de un nuevo ciclo político en el país. Sin embargo, es probable que la evolución no sea tan sencilla, ya que se han acumulado demasiadas crisis y los recursos (financieros y políticos) para superarlas son más bien escasos. Como siempre, en Bolivia es importante tener en cuenta las fuentes "extrainstitucionales" de la crisis y su gestión, que no solo se encuentran en Evo Morales, los sindicatos, el ejército y la justicia, sino también en Santa Cruz, así como en las previsibles distorsiones económicas de los precios políticos (gasolina) y la presión inflacionista sobre la población en general. El país se enfrenta a tiempos turbulentos.

¿Se trata realmente de un nuevo ciclo político?

Por un lado, Rodrigo Paz ganó en seis de los nueve departamentos de la parte occidental del país, donde viven principalmente andinos e indígenas. Sin embargo, perdió en la región de la Media Luna, la más rica, cuya población es mayoritariamente de origen europeo. Esto pone de manifiesto una vez más la tradicional división de Bolivia, ya que su contrincante,"Tuto" Quiroga, no logró ampliar su dominio sobre las zonas que tradicionalmente le son leales. Él no es el único que se enfrenta ahora a la decisión de una posible retirada de la vida política, también lo tienen que hacer Samuel Doria Medina, Manfredo Reyes Villa y Evo Morales. En total, cuatro políticos que, desde hace más de veinte años, han marcado en gran medida la vida política del país sin éxito, si se exceptúa a Morales y sus correspondientes manipulaciones políticas. La mayoría de ellos ha intentado alcanzar la presidencia en cuatro ocasiones, sin lograr acercarse a su objetivo. Solo el expresidente Carlos Mesa lo reconoció tras su última derrota en 2020 y decidió no volver a presentarse como candidato. 

Sin embargo, las expectativas sobre una posible retirada de los políticos que han dominado la escena durante años son probablemente exageradas, sobre todo teniendo en cuenta que el vencedor, Rodrigo Paz, también proviene de una antigua dinastía política. Ha sido varias veces diputado y alcalde de la ciudad de Tarija en representación del MIR, el partido de su padre, pero en estas elecciones se presentó por el Partido Demócrata Cristiano, que prácticamente resurgió para permitir su candidatura.

Solo su compañero de campaña presidencial, el expolicía Edman Lara, carece de un "pedigrí" político inmediato, pero precisamente por eso podría resultar un "elemento incontrolado" en el equipo de Gobierno, sobre todo porque, con su imagen de luchador contra la corrupción y su presencia en las redes sociales, se atribuye la contribución decisiva a la victoria y quiere iniciar su propia carrera política.

La cohesión es imprescindible

Por lo tanto, para Rodrigo Paz será fundamental mantener la cohesión interna en la pareja presidencial y en el nuevo equipo de gobierno, y evitar iniciativas unilaterales que podrían beneficiar a la oposición política, que solo espera la oportunidad de imponer sus propias ideas tras las elecciones. Pero también se trata de garantizar la cohesión externa, la interacción con las fuerzas afines en el Parlamento, donde el vicepresidente Lara tendrá que asumir un papel central. Las presiones de tener ahora vía libre para hacer valer los intereses económicos propios y las preferencias políticas que no pudieron imponerse en los 20 años de gobierno del MAS serán probablemente enormes a nivel nacional e internacional y vendrán acompañadas de muchas ofertas cuestionables. Sin coherencia, es muy probable que el Gobierno fracase. 

Ante la abrumadora agenda de problemas, el nuevo presidente y su Gobierno deben establecer prioridades claras para satisfacer las necesidades de la población y abstenerse de llevar a cabo acciones revanchistas por parte de las fuerzas conservadoras, como una reforma constitucional, la detención de Evo Morales o la liberación inmediata de la expresidenta Jeanine Áñez, que tienen el potencial de provocar importantes conflictos institucionales. La prioridad es eliminar las consecuencias de la crisis económica, como los problemas de suministro de gasolina, medicamentos, etc., sin que se produzca un repunte de la inflación por motivos políticos. Esto seguramente solo se podrá lograr con "dólares frescos", ya que el país se encuentra al borde de la insolvencia.

Precisamente, la explotación de los recursos naturales que se le ha propuesto al Gobierno desde el extranjero, con la perspectiva de obtener los ingresos en divisas tan necesarios, difícilmente podrá llevarse a cabo rápidamente, dadas las posiciones intransigentes en materia de soberanía nacional. Por lo tanto, será fundamental mantener unas prioridades claras de forma coherente y evitar distraerse con temas que solo generan disputas adicionales. No obstante, la alta propensión al conflicto de la política boliviana podría suponer un obstáculo, sobre todo teniendo en cuenta las expectativas de la población de que se produzca una mejora tras los años del prolongado hundimiento económico bajo la presidencia de Luis Arce.

En el MAS, tras la dura derrota electoral, es probable que se desate una lucha por el liderazgo. Esta afectará tanto a la relación futura con el Gobierno como a la preservación y protección de los derechos de la población indígena, un legado importante del "MASismo". Desde la perspectiva actual, aún está por ver si se producirá un cambio generacional bajo el liderazgo del joven Andrónico Rodríguez.

Bolivia se enfrenta a decisiones cruciales que influirán de manera determinante en el futuro del país. Cabe preguntarse si el lema del recién elegido presidente Paz, "Capitalismo para todos", es el modelo adecuado. Se necesitan soluciones concretas para que la población pueda hacer frente a las penurias de la vida cotidiana.

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