Bolivianos protestan contra posible reelección de Morales
11 de octubre de 2017
En varias ciudades bolivianas se congregaron los manifestantes exigiendo que se respete el referéndum de febrero de 2016.
Publicidad
Miles de bolivianos salieron a las calles para manifestar su desacuerdo con lo que consideran un intento de reelección indefinida del presidente Evo Morales. En la manifestación pidieron respeto a la votación del referendo del 21 de febrero de 2016, donde se rechazó una reforma constitucional que posibilitaba la presentación del mandatario a la próxima elección presidencial de Bolivia.
Las mayores concentraciones tuvieron lugar en La Paz y en Santa Cruz (este), también hubo protestas en Cochabamba (centro), Sucre (sureste), Potosí (oeste) y Oruro (oeste), todas se realizaron durante la noche.
Las manifestaciones coincidieron con la celebración de los 35 años de vida de la democracia boliviana. Un proceso que comenzó el 10 de octubre de 1982, cuando asumió el presidente Hernán Siles Zuazo, tras un periodo de dictaduras que duró 18 años.
El expresidente de Bolivia, Carlos Mesa (2003-2005), se presentó en el acto convocado en La Paz. En la ocasión señaló que participaba en las concentraciones para recordarle a Morales y al Tribunal Constitucional (TC) "que no pueden burlar la soberanía del pueblo" porque ya se rechazó en 2016 la modificación de la Constitución, lo que impide la reelección. Además condenó que los magistrados del máximo tribunal estudien actualmente un recurso para la reelección, pasando por alto la consulta popular de febrero del año pasado, el referendo que aprobó la Constitución en 2009 y la Asamblea Constituyente de 2006.
Morales busca ahora un cuarto mandato para el período 2020-2025 y para eso su partido ha pedido al Constitucional que declare inaplicables varios artículos de la Constitución y anule otros de la Ley Electoral que impiden la nueva candidatura del mandatario. Argumentando la protección de los derechos humanos y políticos de Morales, y el derecho del pueblo a volver a votar por él, al margen de lo que señala la Carta Magna que permite solo dos periodos consecutivos de gobierno.
MN (efe, dpa)
"Cholitas" en la cima de los Andes
Su meta es alta: un grupo de mujeres indígenas de Bolivia se ha propuesto conquistar las cimas de los Andes. Las escaladoras buscan desafiar la cultura machista de su país. Su rebelión ha contagiado a toda la sociedad.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Imparables
Hasta hace poco, estas mujeres aimaras trabajaban como cocineras en los campamentos para escaladores. Hoy día, son guías de montaña y llevan a los turistas a las cimas más altas de los Andes bolivianos. Uno de los destinos preferidos es el “Huayna Potosí” o “Montaña joven”, de 6.088 metros de altura. Este gigante se encuentra a 25 kilómetros de La Paz.
Imagen: Reuters/D. Mayta
Con carisma y sombrero
Berta Vedia (izquierda), Dora Magueno (centro) y Lidia Huayllas (derecha) ya no querían seguir siendo cocineras y cargadoras y permanecer en segundo plano. Fue así como las tres decidieron juntarse y fundar un grupo de escaladoras para hacerle la competencia a sus colegas masculinos.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Una vestimenta inusual
En la estación de montaña, las indígenas cambian el sombrero por un casco y bajo sus tradicionales faldas -polleras -se ponen los crampones -piezas de metal con púas que se fijan a las botas para escalar. Una pollera consta de hasta ocho metros de tela y puede llegar a tener hasta diez capas. El traje típico aimara incluye también una manta y un sombrero de fieltro.
Imagen: Reuters/D. Mercado
La pollera: ¿una provocación?
Durante mucho tiempo la falda tradicional de las “cholas” era mal vista. Actualmente la vestimenta tradicional es un símbolo de la creciente autoestima de los pueblos indígenas de Bolivia.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Una tradición cara
En el pasado, la pollera era considerada una prenda de vestir para la población indígena pobre. Hoy día, el traje típico se usa en el carnaval, en procesiones religiosas y fiestas populares. Incluso se ha convertido en un negocio lucrativo. Un atuendo completo cuesta alrededor de 274 euros, una manta de lana de vicuña puede llegar a costar hasta 900 euros.
Imagen: DW
Escalar contra el machismo
En Bolivia, las mujeres aimaras sufren doble discriminación, tanto de género como étnica. Si bien la autoestima de los grupos autóctonos ha crecido notablemente desde que el presidente aimara, Evo Morales, gobierna el país, las escaladoras siguen luchando contra la cultura machista en sus propias filas.
Imagen: Reuters/D. Mercado
El llamado de la montaña
Las escaladoras Lidia Huayllas (izquierda), de 48 años, y Dora Magueno, de 50 años, presentan orgullosas su equipo: picahielos, crampones, cuerda, cinturón y casco. Desde hace dos años, las mujeres trabajan como guías de montaña y ayudan a los turistas a superar pendientes y abismos.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Lugares sagrados
En la madrugada, las mujeres aimaras se peinan su larga cabellera negra y se hacen trenzas. Después empiezan a escalar las montañas, por ejemplo el "Illimani", de 6.430 metros de altura sobre el nivel del mar. La segunda montaña más alta de Bolivia es un lugar sagrado para los aimaras.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Carga pesada, buen pago
Una cargadora se prepara para escalar el "Illimani". Gracias a este trabajo, las mujeres aimaras se han vuelto más independientes en el plano económico. Como cargadoras que acompañan a los turistas ganan alrededor de 35 dólares estadounidenses por día. En comparación, el ingreso salarial de un ama de casa ronda los 175 dólares por mes.
Imagen: Reuters/D. Mayta
Unidas son más fuertes
Las hazañas de las mujeres indígenas han impulsado cambios en la sociedad boliviana. “Las cholas comercian y han alcanzado la independencia económica antes que las mujeres de la clase alta blanca”, dice Justa Elena Canaviri, una famosa presentadora de televisión aimara de Bolivia.