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Bolsonaro y Macri buscan ir juntos más allá de Venezuela

Enrique Anarte
15 de enero de 2019

La reunión entre los presidentes brasileño y argentino genera gran expectación, pero ambos son conscientes de los retos que generan sus diferencias.

Kombibild - Jair Bolsonaro und Mauricio Macri

Sus versos riman, pero les falta por demostrar que son capaces vertebrar algo más que una estrofa. En los estertores de la década progresista latinoamericana, con la crisis venezolana en el corazón del debate regional, el primer encuentro entre el presidente brasileño y su homólogo argentino promete dar pistas sobre la capacidad de esta nueva generación de líderes conservadores de poner en pie algo más que la alternativa ideológica que tan vehementemente postulan.

Jair Bolsonaro y Mauricio Macri se sentarán cara a cara ese miércoles (16.01.2019) en Brasilia con la certeza de un consenso respecto a Venezuela y, presumiblemente, la esperanza de poder demostrar la unidad de estos dos gigantes latinoamericanos en algo más.

Los buenos lazos económicos entre ambas naciones juegan a su favor. Brasil es el tercer socio comercial de Argentina, y lo mismo ocurre en el sentido contrario de la relación comercial. “Aunque eso también significa que no hay mucho más que crecer en ese sentido”, incide Leonado Bandarra, del centro de investigador alemán GIGA, en una entrevista con DW. Si acaso, agrega, la diversificación de estos flujos contribuiría a fortalecer el vínculo.

La negociación económica se complica, sin embargo, al tocar uno de los puntos que más expectación generan: Mercosur. Teóricamente, las inclinaciones neoliberales de ambos líderes deberían allanar el terreno a la hora de llegar a puntos de encuentro. Pero hará falta algo más que coincidencias ideológicas para sacar al bloque de sus horas bajas.

La politóloga María Esperanza Casullo se muestra escéptica. "No parece que Macri ni Bolsonaro tengan mucho entusiasmo por el Mercosur", dice a DW. "Hasta este momento no se está viendo una mayor coordinación a nivel supranacional". 

El acuerdo entre Mercosur y la UE, postergado hasta la saciedad, es precisamente otro de los grandes temas que están sobre la mesa. Macri ha sido un firme defensor de la consecución del acuerdo. Desde el Planalto, no obstante, se anunció que se revisaría todo lo negociado por el expresidente Michel Temer, quien tuvo que ceder a la agenda multilateral del argentino por su debilidad institucional.

“Quizás sea más difícil con Bolsonaro”, sostiene Bandarra. En el seno del Ejecutivo brasileño coinciden tres perfiles políticos bien diferenciados –liberales, militares y conservadores– que representan una compleja constelación de intereses. El politólogo cree, no obstante, que pueden surgir más obstáculos desde el lado europeo, ante las reticencias de Francia o Alemania a negociar con Bolsonaro.

La bandera común venezolana

Donde parece claro que comparten el punto de partida es en la turbulenta coyuntura que atraviesa Venezuela, especialmente a raíz de que el presidente de ese país, Nicolás Maduro, iniciase un nuevo mandato el pasado 10 de enero.

Argentina y Brasil son miembros del Grupo de Lima, un mecanismo político que conforman con otros doce países americanos y que el pasado día 4 acordó, con la sola negativa de México, no reconocer al nuevo Gobierno de Maduro. A este le instaron, sin éxito, a que traspasara el poder a la Asamblea Nacional.

“Venezuela es un punto de consenso”, señala Bandarra. ¿Pero qué más pueden hacer estos dos líderes para impulsar un cambio en Caracas? “Bilateralmente no pueden hacer mucho más”, añade. Pero en la próxima reunión de Mercosur, sin embargo, cree que sí podrían ir más lejos: “Podrían recurrir a las sanciones en virtud de la cláusula democrática”.

Macri se juega unas elecciones 

Con los comicios presidenciales argentinos a la vuelta de la esquina, y a la vista de que Macri tendrá pocos logros económicos que presentar a su electorado, la seguridad -la "bolsonarización" de su discurso en este ámbito, sostiene Casullo- es uno de los asuntos que ha cobrado importancia en la agenda de la Casa Rosada. "No era su plan original, pero el Gobierno de Macri no tiene muchas otras áreas donde mostrar éxito", explica la investigadora.

La seguridad marítima, señala Bandarra, es un área de cooperación de la que Argentina puede sacar mucho provecho. Y también la seguridad en la frontera. “La cuestión del narcotráfico no entrará en la agenda común con tanta fuerza por las diferencias entre ambos gobiernos”, augura el experto, “pero la seguridad en las fronteras sí”. Una prueba de ello, subraya, es que la reforma militar que impulsó el Ejecutivo de Macri “tuvo influencias de lo que pasó en Río”. Ello, aclara, “aunque en Argentina siga siendo un tabú la implicación de las Fuerzas Armadas”.

Pero la apuesta por la seguridad, uno de los estandartes políticos de Bolsonaro, no tiene por qué cosechar los mismos frutos en el país vecino. "Es una estrategia que tiene sus riesgos. Argentina no es Brasil. Aquí hay una tradición de un lenguaje de los derechos humanos que nace de la transición a la democracia. En Brasil esto no se encuentra de la misma manera", apunta Casullo. Esto, unido a que Macri carece del factor novedoso que acompañó a Bolsonaro, dificulta que el argentino pueda sacar réditos electorales similares. Jugar las cartas de Bolsonaro, rimar sus versos, puede acabar saliéndole caro en las urnas: "si Macri se mueve demasiado a la derecha, podría perder un apoyo crítico".

(elm)

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