Aviones de combate no identificados bombardearon los alrededores del hospital M10, uno de los más grandes en el este de la ciudad siria de Alepo y de los últimos que quedan en el bastión controlado por los rebeldes.
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El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, informó que aviones de combate no identificados habían bombardeado este sábado (1.10.2016) los alrededores del hospital M10, uno de los hospitales más grandes en el este de la ciudad siria de Alepo y de los últimos que quedan en el bastión controlado por los rebeldes. El ataque dejó un muerto y daños materiales considerables.
La clínica, situada en el noreste de la ciudad, fue alcanzada por dos barriles bomba (depósitos llenos de explosivos, petróleo y fragmentos metálicos), denunció un médico. Rescatistas de la organización Cascos Blancos dijeron que el edificio había sido dañado hasta el punto de dejar de funcionar totalmente. Grupos defensores de derechos humanos responsabilizan al régimen de Bashar al Assad y a su aliado, Rusia, por el ataque.
Varias personas resultaron heridas al ser alcanzadas por las explosiones cercanas al hospital, que se encontraba fuera de servicio desde el pasado 28 de septiembre, cuando también fue objetivo de otro bombardeo. El miércoles (28.9.2016), la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) informó de que los hospitales M2 y M10 del este de Alepo fueron atacados. El saldo de esa embestida: dos pacientes muertos y dos empleados heridos.
Los dos conocidos hospitales, patrocinados tanto por la Fundación estadounidense Syrian American Medical Society (SAMS) como por MSF, se vieron obligados a interrumpir sus actividades, reduciendo de cuatro a tan sólo dos el número de centros con servicios quirúrgicos que quedan en la parte oriental de la ciudad, que está en manos de grupos opuestos al régimen de Bashar al Assad.
El este de Alepo es objetivo desde el pasado 22 de septiembre de una nueva ofensiva del régimen sirio, respaldado por aviones rusos, lo que ha disparado las tensiones entre Rusia y Estados Unidos, que el pasado 12 de septiembre habían negociado un alto el fuego de siete días en Siria.
ERC ( EFE / dpa )
Refugiados y sus historias
Hamber al Issa, de Siria
En Damasco Hamber trabajaba de cirujano. Tuvo que abandonar su patria por razones de las que no quiere hablar. Espera que no sea para siempre. En cuando sea posible quiere regresar a Siria para abrir allí un centro médico.
Macedonia
Hamber huyó a Alemania por la ruta de los Balcanes. Cuando llegó a Macedonia tuvo que seguir a pie hasta la frontera con Serbia. Cada vez que llegaba a una ciudad se comunicaba con su familia por Internet. Sus padres estaban muy preocupados por él.
Croacia
Desde Croacia Hamber intentó seguir su viaje hacia Hungría en ferrocarril. Estuvo dos días esperando hasta que consiguió sitio en un tren.
Por fin en Alemania...
Hamber todavía no puede trabajar como médico en Alemania, pero intenta aprovechar el tiempo de forma práctica y seguir formándose en su profesión. Actualmente trabaja de traductor en un centro médico.
Toba Shirmohammadi, de Afganistán
Toba tiene 16 años y huyó de la ciudad afgana de Herat. Los terroristas de su país atacan a las escolares para mantenerlas alejadas de las escuelas. El deseo de Toba era estudiar y asistir a los cursos de preparación para la universidad.
Toba y su familia
Toba huyó a Alemania con sus dos hermanas y los maridos de éstas. Después de atravesar Irán, Turquía y Grecia tomaron también la ruta de los Balcanes hacia Alemania.
Esperando para continuar el viaje
Toba y su familia esperaron en un centro de acogida en Macedonia antes de continuar hacia Serbia:
La meta: llegar a Alemania
Toba espera poder estudiar en Alemania, pero primero quiere aprender el idioma. Su meta es llevar una vida independiente.
Ahmed Alwan, Heba Alwan y Saleh Zeer, de Siria
También Ahmed (en el centro), su mujer Heba y su amigo Saleh Zeer tuvieron que abandonar Siria. Ahmed es periodista y trabajaba en diversos medios árabes. Su esposa Heba trabajaba como arquitecta. Saleh estaba a punto de recibir el título de ingeniero.
Idlib, Siria
Ahmed, Heba y Saleh son de Idlib. Esta ciudad del noroeste de Siria fue destruida por los bombardeos. Cuando fue tomada por Estado Islámico, se hizo imposible continuar trabajando como periodista. Tras recibir amenazas, Ahmed se decidió a huir con su esposa y su amigo.
Jana Alwan
Ahmed y Heba también se llevaron consigo a Jana, su hija de un año.
Camino a Alemania
Como otros muchos, el grupo tomó la ruta de los Balcanes hacia Alemania. En cuanto mejore la situación en Siria quieren regresar a casa. Ahmed desea seguir ejerciendo su profesión de periodista, Saleh terminaría sus estudios y Heba ayudaría a reconstruir el país como arquitecta.