Bombardeo ruso en Siria deja 11 milicianos proturcos muertos
26 de septiembre de 2021
El ataque, considerado “inusual” por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, se produjo en una región que es controlada por Turquía y sus aliados regionales.
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El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó este domingo (26.09.2021) que al menos 11 combatientes de un grupo sirio proturco murieron como consecuencia de bombardeos rusos, un hecho que la entidad considera "inusual” en una zona controlada por Turquía y sus aliados locales en el norte de Siria. Los proyectiles cayeron sobre un colegio usado por los soldados como cuartel.
"Once combatientes de la división Hamza murieron y otros 13 resultaron heridos en ataques de la fuerza aérea rusa contra la localidad de Brad, en la región de Afrín", situado en la provincia de Alepo, precisó el OSDH, que tiene su sede en Londres y dispone de una amplia red de informantes sobre el terreno, en un nuevo balance. Los aviones rusos llevaron a cabo diez ataques aéreos desde el sábado, detalló el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
La ONG indicó que los equipos de rescate están trabajando para encontrar a aquellos que quedaron sepultados bajo los escombros tras el ataque aéreo y añadió que "la cifra de víctimas mortales podría aumentar". El ataque de este domingo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, se produce en el marco de "una escalada rusa" contra la zona.
Rusia y Turquía, actores relevantes
Afrín está bajo control de las fuerzas turcas y sus facciones regionales aliadas, que la conquistaron en marzo de 2018, y luchan contra las milicias kurdosirias de las Unidades de Protección Popular (YPG), que tuvieron que aliarse con el Ejército gubernamental frente al avance turco. Ahora los tres bandos controlan partes diferentes, pero vecinas, de las regiones del norte de Siria.
Rusia, aliada incondicional del régimen sirio, y Turquía, que apoya a los grupos rebeldes pero combate a los kurdos, son dos actores importantes en el conflicto sirio y en 2020 auspiciaron un acuerdo de alto el fuego en la región de Idlib, en el noroeste de Siria, que sigue fuera del control de Damasco. La guerra siria comenzó en 2011 tras la represión violenta de protestas prodemocráticas, se fue haciendo más compleja con el paso de los años y ha dejado alrededor de medio millón de muertos y millones de desplazados y refugiados.
DZC (AFP, EFE)
Idlib, Siria: un desastre humanitario
El ejército sirio, apoyado por Rusia, está bombardeando la región de Idlib, en el norte del país. Los refugiados huyen hacia la frontera turca. La ONU advirtió sobre un inminente "baño de sangre".
Imagen: picture-alliance/AA/E. Hacioglu
En pleno escape
El tráfico es fuerte en las carreteras que se dirigen al norte a través de la región de Idlib, hacia la frontera turca. Los soldados del régimen de Al Assad avanzan desde el sur y el este, asistidos por sus aliados rusos e iraníes. Algunos grupos rebeldes sirios son apoyados por Turquía, que también tiene sus propios soldados en la región. Pero la gente común solo quiere llegar a un lugar seguro.
Imagen: Reuters7K. Ashawi
"El horror se ha multiplicado"
Casi 1 millón de personas han sido desplazadas desde diciembre. Según el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, "el horror se ha multiplicado" en las últimas semanas. Las líneas del frente se están cerrando y están provocando grandes movimientos de personas en solo unos pocos días. Al Assad quiere expulsar a la población civil de Idlib y se moviliza para capturar este último bastión rebelde.
Imagen: Reuters/K. Ashawi
Bombardeada a pedazos
Maaret Al Numan y sus alrededores han sido en particular gravemente afectados por los ataques. La ciudad ha sido bombardeada a pedazos y está prácticamente desierta. La importante carretera M5 pasa por aquí, desde Damasco, a través de Alepo, y hasta la frontera turca. La mayoría de los que huyen intentan llegar a Turquía, pero la frontera está cerrada.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Said
Esperando en la frontera
Alrededor de 100 personas, incluidos 35 niños, murieron en los bombardeos solo en las primeras dos semanas de febrero, según la ONU, que ha denunciado el "desprecio flagrante por la vida y la seguridad de los civiles". La familia de la foto huyó a la frontera turca hace meses. Están viviendo en el campo de refugiados de Kafr Lusin y se aferran a la esperanza de que Turquía los deje entrar.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Medio millón de niños en emergencia
Se estima que alrededor de la mitad de las casi 1 millón de personas que han huido son niños. Del resto, la mayoría son mujeres. No hay suficientes albergues en la frontera turca para todos y muchos refugiados viven en tiendas de campaña. Los campos a menudo se levantan a toda prisa y están muy hacinados. La gente duerme en las puertas y en pedazos de cartón, a veces a temperaturas bajo cero.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Alimento y medicinas escasas
Los que han podido encontrar una tienda de campaña la comparten con hasta una docena de familiares. La medicina se está acabando en muchos de los campamentos, y los alimentos básicos y la ropa también están escaseando. Los médicos informan que muchos niños sufren de malnutrición, algunos incluso mueren de hambre. El frío también está pasando factura: algunas personas se han congelado hasta morir.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Refugio en una escuela
Muchos niños en la región ya no pueden ir a la escuela, por lo que algunos edificios escolares han sido reutilizados. La escuela de la foto fue convertida en un refugio. Incluso los campos de refugiados son a veces blanco de los bombardeos.
Imagen: Getty Images/B. Kara
Tratando de alcanzar la seguridad
La ruta ilegal a través de la frontera con Turquía es costosa y casi nadie puede pagarla. Los contrabandistas están cobrando a las personas hasta 1.800 euros. Los que se atreven a intentarlo arriesgan sus vidas: los guardias fronterizos turcos tienen cámaras térmicas para ayudarlos a detectar las personas que intentan cruzar. Y a veces disparan a los refugiados que intentan escalar el muro.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Buscando dignidad
La ONU ha dicho que la situación en Idlib podría ser el mayor desastre humanitario del siglo XXI. Nadie sabe si habrá o no un alto el fuego. A los refugiados no les importa quién ponga fin a la guerra, solo quieren una vida con seguridad y dignidad para ellos y sus hijos. Una cumbre entre Turquía, Rusia, Francia y Alemania, prevista para el 5 de marzo, está ahora en peligro.