Ataques rusos y sirios en Idlib, posibles crímenes de guerra
15 de octubre de 2020
Una campaña militar en la región siria dejó cientos de muertos y desplazó a 1.4 millones de personas, alertó la organización, que responsabilizó a Putin y Al Asad. Los ataques "alcanzaron hospitales, escuelas, mercados".
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El bombardeo de civiles por parte de las fuerzas armadas sirias y rusas durante una campaña contra el último bastión rebelde en el noroeste de Siria puede constituir crímenes de lesa humanidad, indicó Human Rights Watch (HRW) en un informe este jueves (15.10.2020).
La organización explicó que investigó decenas de ataques aéreos y terrestres "ilegales" contra objetivos civiles en la región alrededor de la ciudad de Idlib entre abril de 2019 y marzo de 2020, que dejaron cientos de muertos y desplazaron a más de 1.4 millones de personas.
Asimismo, llamó a la comunidad internacional a que sancione al presidente ruso Vladímir Putin y al mandatario sirio Bachar al Asad, además de otros responsables militares y civiles por abusos contra civiles durante la ofensiva.
En su informe de 167 páginas, titulado "Tener como objetivo la vida en Idlib: bombardeos rusos y sirios contra infraestructuras civiles", HRW presentó cientos de fotos, imágenes satelitales y otros registros para examinar 46 incidentes, lo que representa solo una fracción de los ataques aéreos y bombardeos que tuvieron lugar.
Los ataques suponen repetidas violaciones que fueron "aparentes crímenes de guerra y pueden constituir crímenes de lesa humanidad", apunta el informe.
Los ataques "alcanzaron hospitales, escuelas, mercados, áreas residenciales. No solo inadvertidamente, no mientras intentaban atacar a los llamados terroristas, sino deliberadamente", dijo Kenneth Roth, director global de la organización, a la agencia de noticias Reuters.
El objetivo de la campaña militar de 11 meses "era expulsar a los civiles y hacerles la vida imposible con la esperanza de facilitar a las fuerzas armadas rusas y sirias recuperar el territorio", detalló Roth.
La campaña terminó después de un alto el fuego firmado en marzo de este año entre Turquía y Rusia, que apoyan a bandos opuestos en el conflicto.
Rusia interviene militarmente en Siria desde 2015 en apoyo a Al Asad con personal de las fuerzas armadas, policía militar, fuerzas especiales y aviación que han llevado a cabo bombardeos en Idlib, según HRW.
rrr (reuters/afp/efe)
Idlib, Siria: un desastre humanitario
El ejército sirio, apoyado por Rusia, está bombardeando la región de Idlib, en el norte del país. Los refugiados huyen hacia la frontera turca. La ONU advirtió sobre un inminente "baño de sangre".
Imagen: picture-alliance/AA/E. Hacioglu
En pleno escape
El tráfico es fuerte en las carreteras que se dirigen al norte a través de la región de Idlib, hacia la frontera turca. Los soldados del régimen de Al Assad avanzan desde el sur y el este, asistidos por sus aliados rusos e iraníes. Algunos grupos rebeldes sirios son apoyados por Turquía, que también tiene sus propios soldados en la región. Pero la gente común solo quiere llegar a un lugar seguro.
Imagen: Reuters7K. Ashawi
"El horror se ha multiplicado"
Casi 1 millón de personas han sido desplazadas desde diciembre. Según el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, "el horror se ha multiplicado" en las últimas semanas. Las líneas del frente se están cerrando y están provocando grandes movimientos de personas en solo unos pocos días. Al Assad quiere expulsar a la población civil de Idlib y se moviliza para capturar este último bastión rebelde.
Imagen: Reuters/K. Ashawi
Bombardeada a pedazos
Maaret Al Numan y sus alrededores han sido en particular gravemente afectados por los ataques. La ciudad ha sido bombardeada a pedazos y está prácticamente desierta. La importante carretera M5 pasa por aquí, desde Damasco, a través de Alepo, y hasta la frontera turca. La mayoría de los que huyen intentan llegar a Turquía, pero la frontera está cerrada.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Said
Esperando en la frontera
Alrededor de 100 personas, incluidos 35 niños, murieron en los bombardeos solo en las primeras dos semanas de febrero, según la ONU, que ha denunciado el "desprecio flagrante por la vida y la seguridad de los civiles". La familia de la foto huyó a la frontera turca hace meses. Están viviendo en el campo de refugiados de Kafr Lusin y se aferran a la esperanza de que Turquía los deje entrar.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Medio millón de niños en emergencia
Se estima que alrededor de la mitad de las casi 1 millón de personas que han huido son niños. Del resto, la mayoría son mujeres. No hay suficientes albergues en la frontera turca para todos y muchos refugiados viven en tiendas de campaña. Los campos a menudo se levantan a toda prisa y están muy hacinados. La gente duerme en las puertas y en pedazos de cartón, a veces a temperaturas bajo cero.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Alimento y medicinas escasas
Los que han podido encontrar una tienda de campaña la comparten con hasta una docena de familiares. La medicina se está acabando en muchos de los campamentos, y los alimentos básicos y la ropa también están escaseando. Los médicos informan que muchos niños sufren de malnutrición, algunos incluso mueren de hambre. El frío también está pasando factura: algunas personas se han congelado hasta morir.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Refugio en una escuela
Muchos niños en la región ya no pueden ir a la escuela, por lo que algunos edificios escolares han sido reutilizados. La escuela de la foto fue convertida en un refugio. Incluso los campos de refugiados son a veces blanco de los bombardeos.
Imagen: Getty Images/B. Kara
Tratando de alcanzar la seguridad
La ruta ilegal a través de la frontera con Turquía es costosa y casi nadie puede pagarla. Los contrabandistas están cobrando a las personas hasta 1.800 euros. Los que se atreven a intentarlo arriesgan sus vidas: los guardias fronterizos turcos tienen cámaras térmicas para ayudarlos a detectar las personas que intentan cruzar. Y a veces disparan a los refugiados que intentan escalar el muro.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Buscando dignidad
La ONU ha dicho que la situación en Idlib podría ser el mayor desastre humanitario del siglo XXI. Nadie sabe si habrá o no un alto el fuego. A los refugiados no les importa quién ponga fin a la guerra, solo quieren una vida con seguridad y dignidad para ellos y sus hijos. Una cumbre entre Turquía, Rusia, Francia y Alemania, prevista para el 5 de marzo, está ahora en peligro.