Una serie de incendios azota desde julio a la provincia argentina de Córdoba. Sin embargo, los brotes más grandes se han registrado desde agosto. La vegetación de la zona (arbustos bajos y pastizales) ayuda a una rápida combustión, que se ve azuzada porque los inviernos son absolutamente secos en la región.

No es primera vez que algo así ocurre. En lo que va de este siglo, ha habido siete temporadas con una cantidad de incendios que podríamos calificar de devastadores. Sin embargo, los peores han sido los de 2009, 2013 y 2020. A los factores antes señalados, este año se sumó un verano inusualmente seco. En 2009 se quemaron 226.800 hectáreas y en 2013 fueron 151.800.

Hasta el 29 de septiembre de 2020, el total de hectáreas arrasadas por el fuego llegaba a 146.000, según el Instituto Gulich. Sin embargo, desde ese día las llamas se han intensificado en distintos puntos y los expertos dan por sentado que la cifra de terreno destruido superará con creces al registro de 2013, y podría acercarse peligrosamente al récord de 2009.

Ha habido jornadas infernales, como la del 30 de septiembre, donde los bomberos locales sencillamente no dieron abasto. Son 430 los funcionarios que están trabajando en el control de las llamas, y 10 aviones hidrantes que se reparten entre la docena de focos que siguen activos. El problema es que para los próximos días se esperan temperaturas cercanas a los 30 grados.

Pese a lo complejo del escenario, las autoridades locales no han declarado la alerta roja, solo la amarilla. De esta forma, a los voluntarios cordobeses se van a sumar 64 brigadistas, que están preparados para el combate específico de los incendios forestales. Las autoridades locales hicieron este primer llamado de auxilio al ver que las llamas siguen fuera de control.

En Córdoba la gente no solo está usando el tapabocas por el coronavirus, sino también por la enorme cantidad de humo que está llegando a las zonas urbanas. Las autoridades advirtieron de la peligrosidad de estas emanaciones, especialmente dañinas para niños y ancianos. El olor a quemado y el humo se dejó sentir fuerte el jueves 1 de octubre en Córdoba capital, por ejemplo.

Apenas se decrete la alerta roja, hay ayuda disponible. Desde Santa Fe y Entre Ríos informaron que tienen una cincuentena de agentes preparados para colaborar con sus colegas cordobeses. Villa Carlos Paz, Capilla del Monte, La Calera, Tanti y San Antonio de Arredondo son algunas localidades que se han visto amenazadas directamente por las llamas. Decenas de personas han debido ser evacuadas.

La policía ha detenido al menos a cuatro personas, dos de ellas menores de edad, por haber iniciado focos en distintos puntos de la provincia. Los incendios de este tipo, que atacan desde varios frentes, no son obra de la naturaleza. Ésta, en cambio, se ve afectada: la flora puede tardar hasta 30 años en recuperarse, y la fauna, especialmente reptiles y pequeños mamíferos, suele morir abrasada.