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Boris Johnson amenaza con nuevas elecciones

Barbara Wesel
3 de septiembre de 2019

La lucha de poder entre Boris Johnson y el Parlamento está entrando en una ronda decisiva. Los rebeldes conservadores quieren votar junto con la oposición para hacer que el "brexit" sin acuerdo con la UE sea imposible.

Boris Johnson
Primer ministro británico Boris Johnson. Imagen: Reuters/D. Martinez

"No quiero nuevas elecciones, ustedes no quieren nuevas elecciones", exclamó Boris Johnson en Downing Street el lunes (02.09.2019) por la noche. Pero su pronunciamiento se lee al revés: Si hasta 20 rebeldes tories votan junto con la oposición el martes, el primer ministro lo recibirá como un voto de confianza. Y si pierde, se verá practicamente obligado a convocar a una nueva elección. La lucha de poder entre Johnson y el Parlamento se trata de movimientos estratégicos y de quién puede maniobrar mejor que el otro. En las afueras, los manifestantes gritaban "alto al golpe", en referencia a la suspensión del Parlamento que Johnson planea emitir la semana entrante. El primer ministro estaba visiblemente irritado, pero tiene que acostumbrarse a esas críticas.

¡No me cortes los pies!

Estaba "confiado en los progresos", continuó Boris Johnson, refiriéndose a la renegociación de un nuevo acuerdo "brexit" con la UE. Sin embargo, hasta ahora, este progreso solo está en su imaginación, porque todavía no se han llevado a cabo debates concretos sobre nuevas propuestas en Bruselas. Los británicos tendrían que presentar ideas alternativas si quisieran eliminar del acuerdo el mecanismo de protección, el controvertido reglamento para mantener la frontera abierta entre Irlanda e Irlanda del Norte. Tanto la canciller alemana, como el presidente francés, lo dejaron claro cuando Boris Johnson les habló hace diez días.

Por otra parte, el primer ministro británico da la impresión de que es, sobre todo, la amenaza de un "brexit" duro y no regulado lo que podría hacer que los demás países de la UE cedan. "No corten los pies a la posición negociadora británica", advirtió a los rebeldes de su propio partido en vísperas de la decisiva sesión parlamentaria, como si los europeos no estuvieran ya preparándose para un "brexit" duro.

A finales de agosto, cientos de miles de personas se manifestaron en contra de la decisión de Boris Johnson de suspender al Parlamento.Imagen: dpa/PA Wire/B. Birchall

"Eviten otro retraso inútil a "brexit"", continuó Johnson advirtiendo sobre los planes de atar sus manos con una ley de vía rápida, la cual lo forzaría a pedir de nuevo una prórroga a la UE. El primer ministro juró que "bajo ninguna circunstancia" lo haría. De todo ello se pueden extraer dos conclusiones: podría Johnson no acatar una ley así, sino ignórala. Esta fue una posibilidad que su ministro Michael Gove ya había abierto en la entrevista. La otra alternativa es que Johnson convoque a nuevas elecciones, le apueste a la victoria y así tendría la mayoría parlamentaria para un "brexit" duro.

Un póquer de apuestas altas

En los últimos días se han contado alrededor de 20 rebeldes en las filas del partido conservador. Entre ellos se encuentran Philipp Hammond, ministro de Finanzas del gobierno de Theresa May, y otros exministros y exfuncionarios. Además, está el pequeño grupo de proeuropeos y algunos conservadores moderados que luchan específicamente contra un "brexit" duro sin un acuerdo con la UE.

Mientras tanto, Johnson amenazó con expulsar del partido y bloquear la candidatura de sus oponentes en las nuevas elecciones. Esto le costó la acusación de hipocresía, puesto que hizo exactamente lo mismo con Theresa May: Johnson votó en contra de la primera ministra y su acuerdo "brexit", lo que contribuyó a su derrota sin sufrir consecuencias.

El plan de los disidentes y la oposición ahora planea adoptar la agenda e introducir una nueva ley. Se pretende obligar al primer ministro a solicitar a la UE una nueva prórroga si no se ha negociado ningún nuevo acuerdo de salida antes de la cumbre de la UE del 17 de octubre.

En principio, la votación tendrá lugar el miércoles, pero puede ser que Boris Johnson vuelva a arrodillar a sus oponentes, convoque a nuevas elecciones antes de esta votación, y someta al Parlamento inmediatamente a votar por esta decisión. Si el primer ministro ganara la aprobación de dos tercios del parlamento, se disolvería y no podría hacer nada más para evitar un "brexit" duro.

¿Una trampa para la oposición?

El lunes por la mañana, el antiguo líder laborista, Tony Blair, advirtió a su propio partido que no se dejara seducir por Boris Johnson hacia nuevas elecciones. Esto podría convertirse en una "trampa de elefantes" para el Partido Laborista, porque si tienen lugar antes de la fecha de "brexit", los votos de la oposición se dividirían, asegurando la victoria de los conservadores bajo el sistema electoral británico. Después de la masiva caída del Partido Laborista en las elecciones al Parlamento Europeo, muchos creen que su candidato Corbyn no podría vencer a Boris Johnson.

Sin embargo, el propio líder laborista puso a sus partidarios en el ambiente de la campaña electoral en la ciudad de Salford el lunes: "Yo estoy listo, ustedes están listos..." y confirmó que votaría por nuevas elecciones. Otros en su propio partido, por otro lado, consideran más importante impulsar primero la moción de una ley contra el "no deal", que volver a sumergir al país en una campaña electoral. Sin embargo, tampoco hay un triunfo del Partido Laborista en las cartas: es probable que en estos momentos se esté apuntando de nuevo a un parlamento sin una clara mayoría.

Otro truco en esta mezcla es que Boris Jonson tiene el poder de determinar la fecha de las elecciones a mano alzada. Incluso si deja que los diputados voten por nuevas elecciones para el 14 de octubre, podría posponer la fecha para después del "brexit". Eso significaría que podría sacar a Gran Bretaña de la UE el 31 de octubre, pase lo que pase. Y en noviembre podría contar con los votos de todos los brexiteers, incluidos los que ahora apoyan a Nigel Farage y a su partido "brexit". Porque después del "brexit", ese sería el fin de su carrera política.

Todo el asunto es un juego de apuestas altas con cartas entarimadas. Boris Johnson lidera una lucha definitiva de poder con el Parlamento y está dispuesto a tirar por la borda todas las reglas y tradiciones, y si no tiene éxito, sacar de su bolsillo la amenaza de nuevas elecciones. Para la mayoría de los rebeldes esto significa la pérdida de su cargo político y el fin de su carrera partidaria, pero Boris Johnson puede ganar y perder esta apuesta. Es mucho mejor defensor que su predecesora Theresa May, pero en "brexit"-Bretaña no hay nada seguro en este momento.

(pana/ee) 

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