Borrell en Sarajevo: el futuro de Bosnia está en la UE
21 de noviembre de 2020
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El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró este sábado (21.11.2020) en Sarajevo, donde se encuentra con motivo del 25 aniversario del Acuerdo de Paz de Dayton, que el futuro de Bosnia-Herzegovina está en la Unión Europea y que Bruselas apoyará los pasos del país en esa dirección.
"Quiero expresar una vez más el apoyo que ofrecemos a los pueblos de Bosnia-Herzegovina y a su camino europeo: el futuro de este país es europeo", declaró Borrell tras reunirse en Sarajevo con la presidencia tripartita bosnia. Aseguró que su visita al país balcánico no pretende "aleccionar ni sermonear", sino compartir las experiencias de su propio país.
"Vengo de un país que también pasó por una horrenda experiencia de la guerra civil. Nuestra reconciliación es en su mayor parte resultado de un trabajo esforzado en el proceso de la asociación a la UE", subrayó el diplomático español. "Nos habíamos concentrado tanto en el cumplimiento de las condiciones para el acceso a la UE que la reconciliación llegó casi como una consecuencia colateral", abundó.
El miembro bosnio de la Presidencia tripartita, Sefik Dzaferovic, expresó en su saludo a Borrell la esperanza de que la visita del alto representante ayudara a "superar el mal clima político y los debates improductivos" para "volcarse más en el trabajo concreto". Su colega croata, Zeljko Komsic, insistió que la visita "no es solo protocolaria sino expresión de un verdadero apoyo" de la UE.
El miembro serbobosnio de la presidencia, Milorad Dodik, que ayer criticó declaraciones previas de Borrell, subrayó en su saludo la necesidad de respetar la autonomía de la república serbobosnia, uno de los dos entes que componen Bosnia-Herzegovina, en el acercamiento a Europa, pero también solicitó a la UE un nuevo paquete de ayuda para lidiar con la pandemia de COVID-19. (efe)
Mostar: las cicatrices de la guerra
El puente de Mostar fue destruido por las fuerzas armadas de los croatas bosnios. En la actualidad, está de nuevo en pie, al igual que las mezquitas y las calles en la ciudad en Bosnia-Herzegovina.
Imagen: Reuters/D. Ruvic
Símbolo de la destrucción
Las fuerzas armadas de los croatas bosnios destruyeron el 9 de noviembre de 1993 el emblemático puente de piedra de Mostar, del siglo XVI. Mostar fue entoces la capital más reñida de la "República Croata de Herzeg-Bosnia", en Bosnia-Herzegovina (oficialmente, Bosnia y Herzegovina).
Imagen: Reuters/D. Ruvic
Reconstrucción y paz
Después de la guerra, se construyó el puente, copiando con exactitud el antiguo y gracias a muchos años de cooperación internacional. Es el primer tesoro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en el que no solo se conserva un monumento sino que se reconstruye uno destruido, teniendo en cuenta el original. Se inauguró en 2004.
Imagen: Reuters/D. Ruvic
Una ciudad dividida
En la Guerra de Bosnia, la mezquita de Sokollu Mehmet Pasha también sufrió muchos desperfectos. La ciudad estaba dividida: en el oeste vivían los croatas católicos y en el este, los musulmanes bosnios.
Imagen: Reuters/D. Ruvic
Templo musulmán con nuevo esplendor
En la actualidad, la mezquita reconstruida de Mehmet Pasha es una de las atracciones turísticas de la ciudad. La división de la ciudad ya no existe. Pero es un hecho que los croatas siguen viviendo sobre todo en el oeste y los bosnios, en el este.
Imagen: Reuters/D. Ruvic
Desolación y miedo
El asedio de Mostar duró nueve meses. Miles de musulmanes bosnios fueron expulsados de sus casas. Los dirigentes de la proclamada entidad "República Croata Herzeg-Bosnia" querían una fusión con los croatas.
Imagen: Reuters/N. Solic
Huellas del pasado
El casco antiguo de Mostar se reconstruyó. Sin embargo, en algunos edificios se pueden apreciar aún los agujeros que dejó la munición. En la actualidad, las tres etnias del país están representadas en la presidencia de la República Bosnia y Herzegovina: bosnios, serbios y croatas.